Por Juan Pablo Sallaberry Mayo 23, 2013

Desde las primeras salidas a terreno, el comando de Bachelet detectó como principal reclamo en las poblaciones que este gobierno ha sido más estricto a la hora de completar la ficha de protección social, asunto que se convirtió en el eje de los discursos de la candidata.

En su cita con la CUT, Bachelet señaló en privado que en el empresariado hay inquietud por su reforma tributaria por lo que ella no está en condiciones de hablar de un nuevo código laboral. Insistió en que su eventual gobierno sólo durará cuatro años y que necesita mayoría en el Congreso.

Por los patios de la casona de Tegualda se divisa a  María Angélica Álvarez -la Jupi- y a la amiga de la ex presidenta Estela Ortiz. Las dos cumplen un rol clave en el equipo, pese a mantener un bajo perfil y no haber sido presentadas en la inauguración oficial del comando.

Día uno. Peñaflor.

“¡Y las viviendas!”,  Michelle Bachelet se acerca al micrófono y alza la voz, está en lo mejor de su discurso: “Sí chiquillas, la vivienda también será un tema y cuando uno vote el 30 de junio tiene que hacerlo para que podamos volver a tener los subsidios de todo tipo para que las familias que los necesiten puedan tener la casa propia”. Las 200 personas que repletan la pequeña plaza de Peñaflor estallan en gritos y aplausos y la candidata socialista continúa enumerando su lista de ofertas de campaña: “Y medicamentos, porque hoy día muchos de los medicamentos hay que pagarlos con el bolsillo propio”. - Sííí, dice la gente- “Y el bono marzo de apoyo a la familia. Yo digo 40 mil pesos por carga. Por carga -enfatiza- , no como un bono que dependa de un gobierno o de otro, sino como un aporte permanente”.-Michelle, Michelle, entonan los vecinos.

Viste un traje rojo de dos piezas y un collar de perlas. Atrás quedaron los diseños alegres y coloridos que utilizaba en ONU Mujeres y volvió a su tradicional estilo presidencial. Habla en forma enérgica: “Hay un tema que me preocupa fuertemente. He visto que a muchas personas se les ha dicho que no tienen derecho a recibir pensión de dueña de casa. Que a los adultos mayores han dejado de pagarles el bono de invierno. Y que  han hecho cambios a la ficha de protección social, yo estoy extraordinariamente sorprendida”. -Es verdad, asiente molesta una señora del público. Los asistentes son mayoritariamente mujeres adultas de escasos recursos y madres jóvenes con sus niños en brazos. Desde las primeras salidas a terreno el comando detectó como principal reclamo en las poblaciones que este gobierno ha sido más estricto a la hora de completar la ficha de protección social, asunto que se convirtió en el  eje de los discursos de la candidata.

¡La educación! grita alguien del público. “Ya hablé de educación, una reforma donde se dé término al lucro, donde se avance hacia la gratuidad universal”. -¡Las cárceles!- grita otro. “Sí, hay que ver eso, por cierto, porque hay demasiada gente en las cárceles”. “Ya chiquillas, no tanto hablar porque hay que trabajar -concluye- vayan a votar todos para que podamos tener barrios más amables. Ustedes saben que yo hago lo que digo y cumplo mis compromisos”, remata en medio de una ovación. Los asistentes se agolpan y empujan para tomarse fotos con ella o pedirle un autógrafo. En medio del desorden dos señoras se agarran a golpes, pero son alejadas por los efectivos de seguridad que acompañan a Bachelet.

La abanderada parece no darse cuenta y sonriente inicia el breve puerta a puerta, de media cuadra, saludando a los vecinos. La acompañan tres PPI de Carabineros, su equipo de avanzada y un redactor encargado de tomar los datos de las personas que se acercan con inquietudes puntuales. Durante toda la visita no se despegó de ella Simón Escalona, hermano del senador PS Camilo Escalona, ni el concejal socialista de la comuna Jorge Navarrete, a quien llamaron desde el comando la noche anterior para que se ocupara a toda prisa de los preparativos. Como en todas las actividades en terreno, si el alcalde es oficialista -en este caso UDI-, a cargo de la organización se designa al concejal PS o PPD más votado. Fue él quien consiguió la plazoleta frente al consultorio, puso los letreros con la imagen de Bachelet y un stand donde se reparten chapitas y calendarios y se llenan fichas con los datos de los adherentes. 

El recorrido es registrado en detalle por una fotógrafa y el equipo de prensa -comandado por Paula Walker- quienes van despejando el camino e informan que la candidata no responderá preguntas de los periodistas. Tal cual, Bachelet se retira rápido y en silencio en un Mitsubishi Montero manejado por su chofer. Será su vocero, Álvaro Elizalde, quien esa tarde en el comando se referirá a las novedades del caso tsunami, donde se acogió a trámite una querella contra la ex mandataria.  En Peñaflor dos señoras comentan el tema: “Muy presidenta será pero la Onemi fue la culpable”, dice una.

Día dos. Antofagasta.

Ese día ya circulan las entrevistas  que Bachelet dio a revista Cosas y la sección mujer de Publimetro, únicos medios escritos con los que ha accedido a hablar además de The Clinic. En el comando señalan que por lo pronto no ha aceptado entrevistas con La Tercera y El Mercurio. En sus actividades, la candidata suele evitar a la prensa o sólo contestar un par de preguntas y, con el propósito de impedir aglomeraciones o contramanifestaciones, los avisos de sus actividades se hacen pocas horas antes.

Así ocurrió en Antofagasta, donde en el comunicado enviado a la prensa regional se indicó que el recorrido que haría Bachelet por la costanera era “sólo para gráficos y cámaras”. La candidata caminó el par de cuadras que separan el hotel del terminal pesquero, saludó a los locatarios y en un puesto se comió una ración de erizos. A esa misma hora, los otros candidatos presidenciales estaban en un seminario organizado por el Grupo Res Pública Chile en la Universidad Católica, donde recibieron un libro con 95 propuestas de expertos para el país.

Bachelet estaba acompañada por los candidatos a diputado Pedro Araya (PRI) y Marcela Hernando, pese a que va en el cupo del PRSD y es cercana al candidato José Antonio Gómez. Según la conductora de la radio local Madero FM, Patricia Palma, se les dijo a los periodistas que Bachelet sólo daría “un saludo” y se les pidió no preguntar sobre el tsunami. El corresponsal de TVN desobedeció y le formuló la pregunta. “Cuando hay un proceso en curso, lo que corresponde es no comentar y dejar que la justicia haga su trabajo y que no haya presiones políticas de ningún tipo”, se excusó la ex mandataria.  También se refirió al terremoto de Tocopilla de 2007, afirmando que en su gobierno la reconstrucción alcanzó el 75%, cifra que esa misma tarde fue rebatida por el intendente Pablo Toloza (UDI), según el cual el gobierno recibió la ciudad con un 48% de reconstrucción .

La gira organizada por el equipo de avanzada en menos de una semana, también contempló  un cóctel con dirigentes políticos del sector norte de Antofagasta, una reunión con mujeres -de la Red de Mujeres por Bachelet, que coordina Carmen Andrade- y un encuentro programático que se realiza en todas las capitales regionales. A la fecha, Bachelet ha viajado a ciudades de 6 regiones (Punta Arenas, Valparaíso, Valdivia, La Serena, Rancagua y Antofagasta), ahora visita Concepción y Talcahuano -zonas afectadas por el terremoto- y espera visitar las restantes regiones antes del 30 de junio.

Día tres. Sede de la CUT.

10.15 de la mañana. Bachelet viene entrando a la sede de la Central Unitaria de Trabajadores, pero en la recepción del antiguo edificio de la Alameda no hay ningún dirigente para recibirla. “Sería bueno que bajaran a esperarla acá”, reclama la encargada de programación del comando, María Eugenia Paris, a un par de funcionarios. “Parece que llegué un poco antes”, comenta la ex presidenta, quien saluda de beso a los presentes. Al cabo de un rato baja a buscarla la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, ambas comentan que se conocían sólo por fotos. El encuentro había sido solicitado por el equipo de Bachelet y fue leído como una señal hacia el PC, partido en que milita Figueroa y que a la fecha aún no resuelve su apoyo explícito a la candidata de oposición.

En el encuentro privado participan todos los directivos de la asociación de trabajadores y se extiende durante casi dos horas. Aunque el tono es cordial, allí el ex líder sindical Arturo Martínez le recuerda que las demandas de la CUT son las mismas que se arrastran desde su gobierno. También le dicen que para ellos no es suficiente una AFP estatal y que se requiere una renovación profunda al sistema de pensiones.

Tras la cita, algunos dirigentes de la asociación multigremial quedaron con una sensación agridulce. Según testigos, Bachelet fue sumamente cauta para expresarse, cada tanto pedía cifras a su jefe económico y programático, Alberto Arenas, y repitió en varias oportunidades que su eventual gobierno sólo durará cuatro años y que necesita mayoría en el Congreso para cualquier proyecto.  La candidata agregó que en el empresariado ya hay inquietud por su reforma tributaria -que va de la mano con la reforma educacional-, por lo que ella no está en condiciones de hablar de un nuevo código laboral, como pide la CUT. En el comando bacheletista ratifican esta versión y dicen que las “batallas hay que darlas de a una”. Por eso al término de la reunión, cuando la prensa le pregunta si está en sus planes una reforma al código laboral, Bachelet responde que “hay plena disposición en mi candidatura a avanzar en el mundo del trabajo. Los componentes específicos los estamos construyendo”. 

En la ocasión también se refiere por primera vez a la situación personal de Camilo Escalona, quien la jornada anterior resolvió bajar su candidatura al Senado, luego que el PS ordenara primarias, como exigía Bachelet: “Conozco a Camilo hace muchos años, le tengo un gran cariño, un gran respeto, ha tomado una decisión que yo respeto”, dijo. Antes de que se hicieran más preguntas, la conferencia fue interrumpida abruptamente por una de sus asesoras que dijo que la candidata tenía otras actividades.

Día cuatro. Cine.

A las 11 de la mañana del domingo, Bachelet llegó al mall Florida Center en compañía de su madre,Angela Jeria, y su hija menor, Sofía Henríquez. Aunque su familia no suele involucrarse en la campaña, era una ocasión especial ya que habían sido invitadas, junto a una cincuentena de mujeres bacheletistas,  a una función privada de la película Gloria,organizada por la productora Fábula a petición del comando. El centro comercial se revolucionó y empleados de las grandes tiendas y los locales de comida rápida salían a saludar a la ex presidenta. Durante la función, Bachelet bromeó con los pocos hombres que había en la sala: “Que bueno que hay hombres también, para que vean qué nos pasa a una edad más madurita”, rió. Tras la película comentó que “expresa la realidad de mujeres que quieren tener una vida de trabajo, por un lado, pero tener la posibilidad de replantearse relaciones afectivas”.  La candidata de 61 años ha negado en varias oportunidades haber conocido una pareja en la ONU y ha dicho que extraña de su vida en Nueva York el anonimato y poder descansar los domingos.

Día cinco. Comando

Es lunes y el comando presidencial en calle Tegualda en Providencia está en plena actividad. Mientras la ex líder pinguina Karina Delfino, a cargo del área jóvenes, revisa en su notebook un nuevo video de campaña con testimonios de apoyo a la candidata, por los patios se divisa a la coordinadora de Fundación Dialoga, María Angélica Álvarez -la Jupi- y a la amiga de la ex presidenta Estela Ortiz,  quien se pasea hablando por celular señalando que ya están constituidas las 15 comisiones de trabajo. Las dos cumplen un rol clave en el equipo, pese a mantener un bajo perfil y no haber sido presentadas en la inauguración oficial del comando. En la jornada debutó en las vocerías la ex ministra Romy Schmidt (PPD), quien reforzará el trabajo de Elizalde. Su incorporación se debió a que el personero socialista muchas veces estaba de gira y no alcanzaba  a volver a Santiago cuando debía comentar un hecho noticioso.

La única actividad pública del día era un almuerzo con personeros del mundo de la cultura y el arte, en un restaurante a media cuadra del comando. Una asesora avisó que la candidata no hablaría con la prensa y sólo podía ser fotografiada mientras caminaba junto a la nueva jefa de cultura, Claudia Toro, quien reemplazó a Javiera Parada en el cargo. Al evento llegaron figuras como Marcela Serrano, Delfina Guzmán, Voluspa Jarpa, Rodrigo Salinas, entre otros.  Junto a Bachelet el comando ubicó a la actriz Daniela Ramírez “para que se viera un rostro más joven”. Todo era grabado por el equipo audiovisual que está captando las primeras imágenes para la franja presidencial de televisión.

Día seis. 21 de mayo.

Bachelet no tuvo actividades públicas y declinó asistir al mensaje presidencial en Valparaíso, argumentando problemas de agenda. Luego explicaría que no es tradición que los ex presidentes acudan a las cuentas públicas.  Sólo habló su vocero, Álvaro Elizalde, criticando duramente los anuncios y señalando que algunas de las medidas ya habían sido implementadas o promovidas por la candidata.


Día siete. Pequeños empresarios.

“¿Viene a la actividad de la presidenta… perdón, de la ex presidenta?”, pregunta un carabinero a la entrada de la Confederación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa Conapyme. Adentro Bachelet está reunida con los directivos de la entidad gremial que dirige Juan Araya, cercano al PS. En privado le hacen sus demandas -como facilitar el acceso al crédito y regular la fecha de pago a los proveedores- y le plantean su inquietud por el anuncio de reforma tributaria. “Acá se legisla como si todos fuéramos la Coca-Cola”, le reclamó uno de los empresarios. La candidata los tranquiliza y se compromete a integrar sus propuestas en el equipo tributario.

Mientras tanto, afuera los periodistas que cubren la campaña discuten por el silencio que ha mantenido la abanderada en los últimos días. El periodista de un canal dice que ellos decidieron no dar cobertura al vocero del comando como la que se les da a los otros candidatos. Otro señala que Bachelet está en su derecho de no responder, pero que debe aceptar que la interpelen. Están en eso, cuando la jefa de prensa Paula Walker se acerca a decirle que Bachelet contestará preguntas. Y lo hace. En 10 minutos se refiere a la crisis del PS, critica el mensaje presidencial de Sebastián Piñera y su propuesta de bono al tercer hijo para aumentar las tasas de natalidad  y pone en duda la credibilidad de los indicadores económicos como el Censo, el IPC y las cifras de reconstrucción. También bromea con que el próximo año espera asistir al 21 de mayo. Al terminar reprocha a los periodistas: “Espero que en futuro me hagan preguntas sobre las propuestas país”.

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