Por Juan Andrés Quezada Mayo 9, 2013

"¿Qué es lo que están tratando de hacer con las primarias presidenciales? Angostar la avenida. Que haya muchas ideas que se expresen, grupos de trabajo y planteamientos, pero que éstos sólo lleguen hasta un cierto punto y que después tengan que encauzarse. El ideal para la Concertación es que la izquierda sólo llegue a los play off"

Jorge Arrate camina por avenida Irarrázaval hacia el oriente, desde José Manuel Infante, su barrio, hasta el café California, donde es un cliente habitual. En el trayecto la gente lo reconoce, lo paran, lo saludan. Un joven le comenta que votó por él, y un poco más allá otra persona le propone que postule al Senado, que siga en la lucha.

-Parece que hubiera sacado más del 6,21% que obtuvo en las pasadas elecciones presidenciales del 2009...

-Es que éste es mi barrio, éste es mi sector, en Ñuñoa obtuve el 12%, pero ayer, por ejemplo, fui a Isidora Goyenechea y no me saludó nadie, más bien creo que algunos tenían ganas de pegarme-, comenta bromeando.  El otrora líder del socialismo renovado hoy está lejos de las campañas presidenciales. Aunque sigue participando en reuniones y mítines, Arrate (72 años) comenzó a escribir sus memorias. Apuesta a que sean dos tomos y, a diferencia de las de otros políticos chilenos -comenta-no serán un traspaso de episodios, datos y fechas desde los tacos de las agendas guardadas hasta el libro final. Al contrario, quiere que sean golpeadoras y reveladoras de varias décadas de la política chilena, donde él fue un actor relevante. Para ello, cuenta, en los últimos meses se ha dedicado a leer memorias. Partió con las de escritores -Vladimir Nabokov, Henry Miller, Joseph Conrad y Jorge Edwards, entre otros- y continuará con las memorias de grandes políticos. “Usted sabe que a mí me gusta escribir, entonces mis huellas digitales están en todos los lugares del crimen, en blanco y negro, todo lo que yo he pensado”, señala.

-En un año electoral como éste, ¿echa de menos estar más activo en política? ¿Le pican las manos?

-El año 2010 señalé que no iba a volver a postular a ninguna candidatura y que no tenía como perspectiva en mi vida volver a ocupar algún cargo de gobierno. Sigo políticamente muy activo, pero de una manera muy distinta. He estado trabajando por configurar una izquierda influyente en Chile, pero he tenido dificultades, no he podido realizar ese proyecto como hubiese querido.

-¿Fracasó en su idea de aglutinar el apoyo que logró el 2009?

-No tuve la capacidad ni la fuerza para lograr un proceso convergente y más bien se produjo un proceso de centrifugación. Hoy hay partidarios de mi candidatura que están con Enríquez-Ominami, otros con Bachelet, otros con Claude, otros con Roxana Miranda, otros con Gómez y otros por la huelga electoral, es decir, por la abstención activa.

-¿Y usted con qué candidato está?

-Con nadie, no tengo una decisión respecto de la elección presidencial. El único candidato que hoy tengo decidido apoyar es Francisco Figueroa, ex vicepresidente de la FECH, quien aspira a ser diputado por Providencia-Ñuñoa, en representación la Izquierda Autónoma.

-¿Por qué no apoya a Michelle Bachelet?

-Porque no tengo la confianza en que la gente que la acompaña y la coalición que ella ha sostenido -porque digámoslo bien, ella ha sido el salvavidas de la Concertación- sea capaz de hacer lo que el país hoy requiere. Tengo una buena opinión de ella como persona, es una mujer honesta, lo que en Chile hoy es muy importante, pero para mí eso no es suficiente, soy una persona que hace opciones políticas y no personales.

-¿Y no lo identifica el concepto de “nueva mayoría” del que habla Bachelet?

-Lo que la Concertación ha tratado de hacer es lograr constituir una nueva mayoría electoral, y lo ha hecho cuando se dan cuenta que solos no pueden ganar la elección ni gobernar. Ahí recurren ahora al Partido Comunista, tal como lo hicieron Lagos y Bachelet en sus respectivas segundas vueltas, que ganaron gracias a los votos de la izquierda. Yo siempre fui partidario que la Concertación apostara a una nueva mayoría cuando por sí sola podía ganar. Ésta no es una nueva mayoría en función de los objetivos políticos.

-¿Y no cree que se puedan hacer cambios a partir de una nueva mayoría política?

-Hoy nos están metiendo el dedo en la boca con la nueva mayoría. Nos dicen que con la nueva mayoría vamos a poder derrotar a la derecha en el Parlamento. Para ello, hay que doblar en 10 ó 12 distritos, lo que es imposible. Entonces qué cuento es el que nos están contando. Aquí son puros cuentos: no se inscriben los jóvenes, inscribámoslos nosotros con inscripción automática, resultado:  61% de abstención en las elecciones municipales, ése es el país del que estamos hablando. Los porcentajes con los que salieron electos los alcaldes son mínimos, entonces inventemos las primarias para que la gente pueda participar, resultado: no va a haber primarias, segundo: los independientes no pueden participar.

-Pero todos coinciden en que las primarias son un avance.

-Las primarias presidenciales son un recurso para mantener la binominalización del país. Para qué son las primarias presidenciales si este país tiene tres vueltas, incluso podría tener cuatro vueltas si consideramos que Orrego partió con primarias internas de la DC.  En ningún país del mundo donde hay balotaje, es decir, primera y segunda vuelta, hay primarias legales. ¿Qué es lo que están tratando de hacer? Angostar la avenida (mueve sus manos de afuera hacia adentro), que haya ideas, planteamientos, pero que lleguen hasta sólo un cierto punto y que después tengan que encauzarse, que las diferencias no se expresen a fondo y por eso el ideal para ellos es que la izquierda sólo llegue a los play off. Yo entiendo que cuando un equipo de provincia, que no tiene recursos, llega a los play-off, el club le haga una comida al equipo y al entrenador para celebrar porque están entre los ocho mejores, pero si estamos hablando de la U y de Colo-Colo eso no sirve, hay que llegar a la final. Bueno, yo quiero una izquierda que quiera llegar a la final.

 

Sin candidato

-¿Cree que la Concertación está buscando una nueva mayoría sólo para ganar la elección?

-Se lo planteo de otro modo: ¿es esa una nueva mayoría para una asamblea constituyente?, ¿es ésa una nueva mayoría para recuperar algunas riquezas naturales: el cobre, el litio y el agua, ¿es ésa una nueva mayoría para resolver el tema de la autonomía de los pueblos originarios y sus derechos establecidos internacionalmente?, ¿es ésa una nueva mayoría para impulsar educación pública, gratuita y sin lucro? Entonces, de qué nueva mayoría me está hablando.

-Pero Bachelet constituyó un equipo de expertos para cambiar la Constitución…

-No, ella dice que está estudiando ese tema y la verdad es que hemos tenido hartos años para estudiarlo.

-También apoyó educación gratuita de calidad.

-Después de las vacilaciones que ella tuvo sobre el tema, pareciera que se ha asentado en una postura de educación gratuita, y yo lo celebro.

-Si Bachelet gana  las primarias, ¿ve posible una alianza de gobernabilidad DC-PC?

-No creo. Siempre puede haber acuerdos cuando una de las partes reduce al mínimo sus aspiraciones, pero no creo que el Partido Comunista sea partidario de reducir al mínimo sus aspiraciones programáticas. Creo que el PC, más allá de participar legítimamente en el juego por ganar poder en las instituciones políticas, posee una gran implantación social, y creo que seguirá defendiendo los grandes temas que han caracterizado su programa desde la candidatura de Gladys Marín en adelante. Incluso no sé si el PC va a poder darle su apoyo a Bachelet, más aún si este cuento de las primarias se ha puesto tan sombrío.

-¿Por qué no apoya a Marcel Claude, entonces, que es más radical con estas reformas?

-Porque soy partidario de que una izquierda significativa y en crecimiento tenga un solo candidato. No soy partidario de que todos los grupos de izquierda levanten un candidato por su cuenta. Yo me siento orgulloso de haber sacado la votación más alta que ha sacado la izquierda que estaba excluida en Chile en una campaña presidencial, y sólo con los recursos fiscales. Como le decía, tras la campaña apoyé la unión de una gran fuerza de izquierda que surgiera con nuevos liderazgos, pero yo perdí esa mano, pero voy a seguir luchando por lo mismo.

-Hace unas semanas, en radio Cooperativa, usted elogió algunas propuestas recientes de ME-O, ¿ve posible un acercamiento a él?

-Yo valoro queBachelet haya sustentado su posición sobre el lucro y sobre la universalidad de la gratuidad de la educación, y espero que la mantenga; valoro que Roxana Miranda esté intentando representar una voz que no se escucha y que viene de los sectores más humildes de la sociedad, y valoro que ME-O haya finalmente apoyado una asamblea constituyente. Esto no era así el 2009. Recuerdo que él dijo: “A una asamblea constituyente se sabe por donde se entra, pero no por dónde se sale”. Yo no critico a la gente que va modificando sus ideas positivamente. El problema es que no sé lo que va a plantear sobre Codelco ahora, porque en la elección pasada propuso privatizar un 20% de Codelco. No he recuperado mi confianza en lo que él expresa.

-Usted fue parte del establishment de la Concertación, fue ministro de Educación, vocero de gobierno, embajador en Argentina, ¿en qué momento se produce este quiebre con todo?

-Yo fui muy activo en la Concertación desde el plebiscito hasta los gobiernos de Frei y Lagos. Desde lo que fue la renovación del socialismo, a fines de los 80, yo no me he movido mucho, lo que pasa es que todos los que estaban a mi izquierda me han pasado corriendo por el lado hacia la derecha. Yo sigo siendo partidario de una nueva Constitución y los que estaban a mi lado hoy consideran que eso es fumar opio.

 

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