Por Juan Andrés Quezada Febrero 21, 2013

Un calzón rosado con la frase “por un voto firme”, un delantal parrillero que dice “a no repetirse el plato”, pelotas y paletas de playa para niños con el rostro del candidato, y poleras con ingeniosos diseños y leyendas como “5 años estudiando y 15 pagando”. Éstos son algunos de los productos que ofrece la recién inaugurada tienda www.dondemarco.cl que, en sus primeras 12 horas, recibió 16 mil visitas. Todo el dinero va para financiar la nueva etapa de la campaña de Marco Enríquez-Ominami.

Los novedosos productos -que van desde petacas a ropa de guagua y para perros- también lucen en una vitrina del comando presidencial que, en el último mes, comenzó a recuperar una dinámica de trabajo que se había perdido el 2012. La antigua casona de avenida Salvador 1029 ha recibido nuevo personal -asistentes, periodistas, publicistas…- y ha reactivado el trabajo del equipo político del PRO, integrado por su presidenta, Patricia Morales, y su secretario general, Camilo Lagos.

Este nuevo aire coincide con un mayor protagonismo de ME-O en los medios de comunicación, que partió hace unas semanas con guiños a la Concertación. “Hemos detenido el tren progresista y estamos escuchando. Sin embargo, este tren llega hasta el final y sin estaciones, a menos que ellos quieran dialogar sobre los temas que plantea el PRO”, señaló el pasado sábado en Reportajes de La Tercera.

Este nuevo tono de sus declaraciones, que por primera vez abrían la puerta a la posibilidad de competir en las primarias de la Concertación, fue leído por algunos como la capitulación de ME-O al camino propio.

“Por primera vez, Marco abre la puerta si hay un acuerdo programático”, señala Francisco Vidal. Pero en el entorno del candidato aseguran que es todo lo contrario y que su objetivo es complicar a la Concertación y dividir a sus partidos. Justamente éste habría sido el objetivo del PRO al enviar hace algunas semanas cuatro cartas a los presidentes de la DC, el PS, el PPD y de los radicales invitándolos a dialogar. “Sabíamos que Ignacio Walker se complicaría, y eso sucedió”, señala un dirigente del PRO.

Sin embargo, en la DC existe un amplio sector que es partidario de sentarse a conversar con ME-O y su partido. Alberto Undurraga por ejemplo, que integra la lista a la reelección de Walker, no tiene dudas al respecto: “Creo que la DC se debe reunir con todos aquellos que compartan la necesidad de renovar la política y el término de la desigualdad en Chile y Marco por cierto está en ello”.

Mientras el movimiento de piezas de ME-O apunta a revivir su candidatura, en la Concertación hacen cálculos sumando el 5% obtenido por el PRO en las pasadas municipales. Más aún si el Partido Progresista ya inició los contactos para llevar candidatos fuertes al Parlamento, como Rolando Jiménez, Marcelo Trivelli, Jaime Mulet y, si es necesario, al propio Carlos Ominami.

Pero el juego de ME-O está claro: poner condiciones casi imposibles a la Concertación -como no presentar a candidatos que vayan a un tercer período en el Parlamento-, para culpar al bloque opositor de la imposibilidad de un acuerdo. Así lo expresó su directiva en la reciente reunión con el presidente del PS, Osvaldo Andrade.

Por ello, para dirigentes como Francisco Aleuy, uno de los hombres de confianza de Bachelet en el PS, Enríquez-Ominami no es tema. Lo mismo para el vicepresidente del PS, Ricardo Núñez, quien señaló en La Segunda que “ME-O no está actuando de buena fe y no veo cómo llevar al PRO a un pacto”.

Se encienden las alarmas

La tarde del jueves 4 de octubre del año pasado Enríquez-Ominami se adelantó al resto de los presidenciables y fue proclamado en un Teatro Caupolicán repleto. Si bien tuvo menos cobertura e impacto mediático del esperado, se lograba dar la señal de que su opción seguía viva.

En noviembre, tras haber hecho un fuerte desgaste en la campaña municipal obteniendo menos votos que en la presidencial, ME-O se replegó. Cansado, el cineasta bajó la intensidad de su trabajo, lo que encendió algunas alertas en su equipo. “Por primera vez lo veía sin esa energía que lo caracteriza”, recuerda un miembro de su comando. En ese entonces surgieron algunas interrogantes  en el entorno del candidato. ¿Sería la hora de negociar con la Concertación y no llegar a primera vuelta?, era la pregunta que comenzó a rondar.

Consciente de que se iniciaba una nueva etapa política en el país y que durante el primer semestre del 2013 la atención mediática estaría puesta en las primarias de la Concertación y de la Alianza y no en su hijo, Carlos Ominami invitó a Chile, a fines de noviembre, al experto comunicacional francés Jacques Séguéla. El asesor se encerró por un día completo con Marco y su equipo para trabajar en la estrategia de campaña. La visita se cerró con un cóctel en la casa de ME-O en La Dehesa, donde su esposa Karen Doggenweiler fue la anfitriona.

También gestionó contactos con asesores cercanos al Partido de los Trabajadores (PT). Justamente, la semana pasada ME-O se reunió con los brasileños Luis Favre y Valdemir Garreta, quienes trabajaron en la campaña de  Lula da Silva, y con la experta en encuestas de la misma nacionalidad, Marisol Recamán.

Las recomendaciones de Séguéla fueron claras: mantener el tono de ruptura, pero no apuntar a Bachelet, sino  a quienes la acompañan. Y esperanzadoras: el malestar de los jóvenes, reflejado en las marchas, era bueno para Marco. Por ello, el consejo fue seguir sorprendiendo, pero con un perfil más serio. Los resultados de la CEP, publicados a principios de enero y que lo situó como el candidato más competitivo de la centroizquierda tras Bachelet, oxigenaron el comando y alentaron la nueva etapa.

ME-O inició su séptima gira por el país y, mientran tanto, seguirá coqueteando con miembros del PS, PPD y PRSD intentando provocar a la DC. El martes pasado, por ejemplo, lanzó su propuesta en salud pública junto al diputado Enrique Accorsi (PPD).

La idea, además, es seguir marcando agenda, tal como hizo con su propuesta de adopción en parejas gay. En tanto, el 16 de marzo el PRO realizará una convención nacional en el ex Congreso y, semanas después, en un acto más festivo en un teatro de Santiago, el candidato recibirá un documento elaborado con propuestas de la gente. Aunque los detalles aún se están afinando, algo es seguro: en algún lugar del recinto habrá un kiosco vendiendo los souvenirs de su nueva tienda, el sello de la apuesta de un Enríquez-Ominami modelo 2013.

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