Por Juan Pablo Sallaberry Enero 31, 2013

A fines de diciembre a página completa en The New York Times apareció una publicidad en donde la actriz Cameron Diaz lucía un reloj Tag Heuer y manifestaba su respaldo a la labor de ONU Mujeres. En sus oficinas de Manhattan, el  chileno Heraldo Muñoz -subsecretario general de Naciones Unidas y director regional del PNUD- observó con asombro la publicación y de inmediato escribió un mail a Michelle Bachelet, quien estaba de visita en Chile, para felicitarla y preguntarle por la inédita campaña de imagen del organismo internacional que ella dirige. La ex presidenta le respondió que había suscrito un acuerdo con la compañía de relojes suizos, que además de la publicidad en medios, videos y un evento de beneficencia para recaudar fondos, incluía la donación a ONU Mujeres del 10% de las ventas de su lujoso reloj de edición limitada Link Lady, que exhibía la estrella de Hollywood.

No es la única alianza con empresas privadas que ha forjado Bachelet en el último año: también firmó un acuerdo entre ONU Mujeres y Coca-Cola Company para desarrollar iniciativas de empoderamiento de microempresarias en distintas partes del mundo, otro con Microsoft para adaptar la tecnología móvil con el fin de denunciar y prevenir casos de violencia de género, y un tercer acuerdo con alimentos Kraft para conseguir financiamiento con el objetivo de realizar programas de liderazgo femenino en el Medio Oriente. Según relata Muñoz, en Naciones Unidas existe cierta reticencia histórica a trabajar con el mundo privado  y por eso la gestión de la ex presidenta y sus innova ciones para conseguir recursos frescos en medio de la crisis económica internacional, generan admiración en el edificio de Nueva York.

La crisis, los nuevos socios, los proyectos en marcha y el balance de lo que han sido los primeros dos años del organismo, fueron parte de los temas tratados la semana pasada -el 23 y 24 de enero- durante la maratónica sesión de la Junta Ejecutiva, instancia conformada por representantes de 41 países y que rige a ONU Mujeres, supervisando sus actividades operativas. Ante ellos, Bachelet dio un discurso detallando los avances de su administración como secretaria general adjunta, y afirmó que “estamos orgullosos de lo que hemos logrado en los dos últimos años, la organización que hemos construido, los partnerships establecidos y, sobre todo, de los resultados obtenidos. Pero no hay lugar para la complacencia en un mundo donde muchas mujeres y niñas no pueden disfrutar del derecho humano básico a una vida libre de violencia y discriminación”. Asimismo, hizo un claro llamado a aumentar la contribución financiera de los estados miembros, señalando -con humor- que “un colega mío comparó el compromiso de financiar a ONU Mujeres con el compromiso de una pareja en el matrimonio: ‘o lo haces o no lo haces’, o como algunos dicen, no puedes vivir sólo de amor y aire fresco”.

Se trata probablemente de la última cuenta pública de Michelle Bachelet. El próximo encuentro de la Junta Ejecutiva será en junio, fecha en que están previstas las primarias presidenciales de la oposición, por lo que la ex mandataria - que se comprometió a hablar en marzo sobre su futuro político- ya estaría de vuelta en Chile. No obstante, aún queda una actividad importante en la agenda de Bachelet en Estados Unidos: la 57 sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer a realizarse entre el 4 y el 15 de marzo, encuentro clave que la ex presidenta mencionó en su discurso de la semana pasada y que marcaría su despedida. 

 

Las vueltas del mundo

 

Más de 400 mil kilómetros, equivalentes a 10 vueltas al mundo, y un total de 50 países visitados en los cinco continentes, registra Bachelet en los 24 meses de funcionamiento de ONU Mujeres. Esta semana, por ejemplo, estuvo en Adís Abeba, Etiopía, participando en la cumbre de la Unión Africana que eligió a su primera presidenta femenina. Y aunque en cada viaje sostiene  reuniones paralelas con líderes de opinión, debe rechazar muchas invitaciones, por lo que suele enviar videos con saludos. Sólo en el 2012 grabó 60 videos, escribió 24 artículos de opinión y dio más 70 entrevistas. 

El mandato de la agencia es promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer en el mundo y muchos de sus programas apuntan,  por lo mismo, a asesorar a los gobiernos para que reformen sus políticas, así ha ocurrido en al menos 58 países. También a través del Fondo para la Igualdad se incentiva el emprendimiento de las mujeres en el comercio. Una iniciativa concreta es que aumente la representación de la mujer en los cargos de autoridad y así lo lograron en México con el programa SUMA donde el porcentaje de diputadas pasó del 28% al 37%.

Cada país tiene su realidad y por eso han realizado programas específicos como la capacitación en Ruanda para que 100 mil mujeres reclamaran sus derechos de herencia y propiedad, o la reforma laboral en Montenegro para que recibieran igual remuneración por igual trabajo. Sin embargo, el organismo se encontró con que en la mayoría de los casos los problemas  tenían que ver más con agresiones y violencia sexual, por lo que se han enfocado en campañas de prevención, así como en temas de salud como el combate al sida. 

Según diversas fuentes de Naciones Unidas, aunque ONU Mujeres es una agencia pequeña en recursos y personal (400 funcionarios) -menor que Unicef, por ejemplo-, el principal logro de Bachelet ha sido visibilizar el tema de género y ponerlo en primera línea de las políticas internacionales. “Hoy en la arena internacional y en el sistema de Naciones Unidas no se concibe el desarrollo sin considerar el empoderamiento de la mujer. Si las sociedades no avanzan en temas de equidad de género sus posibilidades de alcanzar el desarrollo se reducen”, señala un embajador latinoamericano. Otro diplomático agrega que la ex presidenta logró avances en materia de género incluso en países como Irán o Arabia Saudita. La inclusión de este último como miembro de la Junta Ejecutiva de ONU Mujeres generó críticas cuando Bachelet asumió el cargo, pero la ex Presidenta era de la idea de que convenía trabajar directamente con los países más deficitarios en este tema. 

Los primeros meses no fueron fáciles: ONU Mujeres debió fusionar bajo su alero a cuatro organismos menores encargados de los temas femeninos en Naciones Unidas (la División para el Adelanto de la Mujer, el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer, la Oficina del Asesor Especial en cuestiones de género  y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer) no todos igual de satisfechos por perder sus atribuciones y poder. Además, Bachelet debió enfrentar las trabas burocráticas y diplomáticas de Naciones Unidas, donde los procesos son lentos, lo que le impidió conformar rápidamente su equipo. Así sucedió, por ejemplo, con la ex asesora de su gobierno, Paula Narváez, quien debió someterse a un exigente concurso interno para acceder a trabajar como especialista de ONU Mujeres en América Latina y el Caribe.

Heraldo Muñoz cuenta que una de las medidas más visibles de la gestión de la ex mandataria fue traspasar las políticas de género al interior de la propia ONU. Así, el programa en favor de la “coherencia” interna busca promover la paridad entre los funcionarios del organismo, rendimiento de cuentas y aumento de recursos para la igualdad de género. También ha abogado por la mayor incorporación de mujeres entre los efectivos de las misiones de paz. 

Bachelet tiene influencia interna.  Casi semanalmente participa con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon en los encuentros de coordinación del equipo directivo, donde no sólo se abordan las temáticas operativas, sino también se analizan las crisis internacionales.

Cuando asumió se hablaba de un presupuesto de US$ 500 millones anuales, provenientes de donaciones, y luego el plan se ajustó a US$ 300 millones. Sin embargo, la recaudación de 2011 y 2012 sólo bordeó los US$ 230 millones cada año. Muy lejos de la meta, pese a que aumentó el número de países donantes de 107 a 117. “Estamos en una situación crítica y haciendo todo lo posible con fondos limitados. Pero no vamos a ser capaces de alcanzar los resultados esperados de nosotros, si no obtenemos el financiamiento necesario”, dijo enfática Bachelet en su discurso ante la Junta Ejecutiva. En inversiones privadas han logrado superar los US $ 3 millones estimados, pero el problema radica en gobiernos afectados por la crisis como el español, que redujo a la mitad su aporte y cerró su oficina en Madrid. 

Esto ha obligado a efectuar ahorros creativos: la reunión de la Junta Ejecutiva se realizó con el nuevo sistema en marcha blanca de la ONU, Paper Smart, que busca una utilización eficiente del papel y por eso  todos los documentos y acuerdos de la reunión se encuentran on line, con lo que se busca ahorrar US$ 100.000 al año.

 

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