Por Sebastián Rivas Septiembre 6, 2012

 

“¡Chiquillos, voy apurado!¡El presidente me está esperando!”. El miércoles a las 17 horas, el ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, cruzó rápidamente el Patio de los Naranjos en La Moneda rumbo al despacho de Sebastián Piñera. En el camino se encontró con un grupo de alumnos de educación básica que visitaban el palacio y que se abalanzaron sobre él para sacarse fotos. Sonriendo, Golborne les explicó que no podía detenerse: Piñera lo había citado de urgencia para una reunión bilateral, sólo minutos antes de viajar a la cumbre APEC en Rusia, un vuelo programado para despegar a las 18 horas.

En la cita se abordaron no sólo temas sectoriales, sino también el escenario de la carrera presidencial para los próximos meses. Un tema que preocupó durante la semana al mandatario y que cerró con la convocatoria a Golborne, quien en las encuestas aparece como la mejor carta de la Alianza para competir en 2013. La misma inquietud se ha acrecentado en las últimas semanas en RN y la UDI, donde la encuesta CEP instaló la alerta sobre las dificultades para derrotar a Michelle Bachelet.

La situación ha activado los análisis entre los parlamentarios y dirigentes oficialistas sobre la posición actual de Golborne. Entre otras cosas, los dilemas que se analizan son los tiempos de la salida del gabinete; los equipos con los que armará su candidatura; su relación con los partidos; cómo armará su propuesta programática y cómo afrontará una eventual candidatura de Bachelet.

Sin embargo, hay algo claro: el ministro está decidido a jugarse todas las cartas. Y en el camino ha dado señales de cómo está pensando sus próximos pasos.

Cómo enfrentar a Bachelet

50 puntos contra 9. Ésa fue la diferencia que marcó la encuesta del CEP difundida el pasado 21 de agosto en intención de voto entre Bachelet y Golborne. La diferencia agitó las aguas al interior de los partidos de la Alianza, e incluso provocó llamados a adelantar las definiciones presidenciales para este año, como el del presidente de la UDI, Patricio Melero.

Pero en el entorno del ministro la encuesta no fue recibida con sorpresa. Las cifras concuerdan con otras mediciones similares que manejan. Es más: en el análisis, otros dos resultados del sondeo fueron rescatados. El primero es que sólo Bachelet y Golborne superan el 50% de valoración positiva. Y el segundo es que ante una eventual primaria al interior de la Alianza, el titular de Obras Públicas lograba el 26% de apoyo contra el 7% de Andrés Allamand. Es decir, una diferencia de casi 4 votos a 1 que lo consolidaría como la mejor carta oficialista. “Si la Alianza quiere volver a ser gobierno, el único candidato viable es Golborne”, afirma su círculo.

El ministro ha utilizado una metáfora futbolística: dice que hoy es el minuto de “poner la pelota contra el piso” y ver el panorama.  Su mirada es que Bachelet hoy está en su techo de intención de voto, y que una vez que regrese a Chile debería bajar, al verse obligada a definirse en temas como una asamblea constituyente, la legalización de la marihuana o las demandas estudiantiles.

A diferencia de otras voces oficialistas, Golborne considera que ninguna decisión que tomen los candidatos de la Alianza afectará los tiempos de Bachelet. Por eso, en su entorno se maneja marzo como la fecha real de comienzo de la carrera presidencial.

A diferencia de otras voces oficialistas, Golborne considera que ninguna decisión que tomen los candidatos de la Alianza afectará los tiempos de Bachelet. Por eso, en su entorno se maneja marzo como la fecha real de comienzo de la carrera presidencial, aun cuando reconocen que el panorama se deberá ir evaluando caso a caso. Por ejemplo, después de las elecciones municipales de octubre.

Marca personal

El viernes 10 de agosto, el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter (UDI), recibió un llamado en pleno almuerzo. Días antes no había asistido a una comida en la casa de Pablo Zalaquett en que Golborne compartió con varias de las principales cartas municipales de ese partido, como Vicky Barahona, Rodrigo Delgado y Jorge Castro. Cuando contestó su celular, se llevó una sorpresa: al otro lado de la línea estaba el propio ministro para saludarlo, comentar por qué no había podido llegar a la cita y conversar sobre algunas obras en su comuna.

Al interior de la Alianza reconocen que, pese a los prejuicios sobre la poca experiencia política de Golborne, el ministro ha desarrollado una técnica eficaz: mantener contacto directo tanto con dirigentes de la UDI como de RN. El alcalde de Santiago, por ejemplo, se ha convertido en uno de los principales articuladores de su campaña, organizando reservadas comidas.

Golborne además ha buscado generar relaciones personales con los parlamentarios. Varios diputados relatan la misma anécdota: haber recibido el día de su cumpleaños una llamada del titular del MOP a primera hora. Entre quienes están en su círculo de contactos frecuentes se encuentran los diputados Gustavo Hasbún, María José Hoffmann, Mónica Zalaquett, Andrea Molina y Ernesto Silva, de la UDI, y Karla Rubilar, de RN. También tiene contacto permanente con el senador Alberto Espina (RN). Con ellos suele intercambiar opiniones a través de mensajes de texto. Además, Golborne ha optado por cuidar los equilibrios: equipara las visitas a las bancadas de ambos partidos y ha sostenido reuniones políticas con algunos parlamentarios los fines de semana. Todos coinciden en que en los últimos meses el ministro ha dejado claro en las conversaciones privadas que pretende competir sí o sí por ser el candidato del sector.

Golborne busca mantener lazos con ambos partidos, dada su posición de independiente. Evalúa que la única forma de lograr un triunfo en noviembre del próximo año es sumar a RN y la UDI detrás de la campaña. Incluso, la apuesta es emular algunos pasos clave que llevaron a Bachelet a La Moneda, como aprovechar su historia personal y su cercanía con la gente.

Plazos a favor

El martes por la mañana, Piñera suspendió sus pautas programadas y citó a los tres ministros de palacio: Rodrigo Hinzpeter, Andrés Chadwick y Cristián Larroulet. La convocatoria generó rumores sobre un eventual cambio de gabinete. A esa hora Golborne estaba en Chiloé hablando del puente en el canal de Chacao. Y en su entorno afirman que está convencido de que se mantendrá en su puesto, a lo menos, hasta después de las municipales.

En privado ha sido categórico en desechar la posibilidad de salir del cargo en un plazo corto. Su análisis es que el tiempo corre a su favor. Quienes lo han escuchado señalan que ve altos costos en dejar el gabinete junto con Allamand, porque la salida desatará una fuerte competencia interna que podría dañar sus posibilidades. Además, cree que aún hay espacio para lograr apoyos a su candidatura en RN, especialmente entre antiguos adversarios del ministro de Defensa.

Para Golborne, el mejor escenario de la Alianza si quiere disputarle la presidencia a Bachelet es que se unan detrás de un candidato lo más pronto posible. El ministro ha planteado en privado que para que se realicen primarias tiene que haber dos candidatos competitivos, cosa que, según él, hoy no se da. Su análisis es que Allamand finalmente no arriesgará su capital político perdiendo con un rostro que lleva poco tiempo en la política. En esa línea, el propio presidente Piñera comentó el miércoles a Radio Cooperativa que las elecciones internas en la Alianza deben hacerse “sólo si es necesario”. Es más: el lunes pasado, en una cena en su casa junto a Melero y el senador Carlos Larraín, los presidentes de la UDI y RN, el mandatario les pidió expresamente que el mecanismo no fuera un tema central de discusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"A la Alianza no le convienen las primarias”

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[Sergio Melnick, analista político]

-¿Cuándo debería salir Golborne del gabinete?

-En mi opinión muy personal, primero, estimo que ni Golborne, ni Allamand, ni Longueira deben salir del gabinete porque están haciendo un gran trabajo técnico en sus carteras, prestigian al gobierno, tienen gran aprobación y este gobierno pasará a la historia por la cantidad de logros. Por eso no hay que quitarles impulso, ya que esos logros son la principal fuerza electoral para el sector. Segundo, si lo hacen, ayudan a ordenarse a la Concertación, que vive el peor momento de su historia. Si aparece un candidato de la Alianza, tienen una causa que los una. Tercero, la Bachelet del silencio se debilita cada día más y acumula una mochila demasiado pesada si quiere entrar a la pista. Yo aún mantengo la apuesta de que ella no va a ser candidata finalmente. Cuarto, en las primarias o equivalentes, el principal adversario es de la misma coalición. Si se mantienen en el gobierno se evitan roces innecesarios. Quinto, la Alianza no tiene definido el mecanismo de selección del candidato, de modo que no hay ningún apuro en nada, menos aun antes de las municipales.

-¿Cómo se pueden compatibilizar los tiempos de Golborne y los de la UDI? 

-La UDI tiene varios sectores de opinión en su interior, lo que es muy positivo, y en el tema del timing también hay bastantes opiniones diversas. En cada alternativa del plazo hay ventajas y desventajas, y muchas son muy subjetivas. Lo más importante ahora no es el timing de la UDI o de RN por sí mismos, sino en su conjunto. A mi entender, la Alianza no necesita ni le convienen las primarias. Yo me inclino por la sabiduría de la observación y de la prudencia, no hay que arrebatarse, menos frente a fantasmas que no existen, y creo que la campaña presidencial debiera partir sólo el próximo año para dejar que el gobierno termine bien todas las cosas pendientes.

Golborne en cuenta regresiva

 

Las garantías de la UDI

A inicios de julio, los senadores de la UDI Jovino Novoa y Juan Antonio Coloma -dos de los dirigentes más cercanos a Golborne- impulsaron un documento en que planteaban un principio fundamental: quien sea el abanderado del partido deberá comprometerse con ciertos principios básicos de la colectividad. La semana pasada, bajo la coordinación de los diputados Javier Macaya y Ernesto Silva, y Jaime Bellolio, de la Fundación Jaime Guzmán, comenzó el trabajo de las comisiones Chile Nuevo, divididas hasta el momento en ocho áreas -entre ellas, Familia, Trabajo, Educación y Salud-, cuya misión es preparar los ejes programáticos de cara al próximo gobierno, y que tienen un plazo inicial de enero para entregar sus conclusiones, coincidiendo con el consejo general que debería proclamar al abanderado.

En la UDI definen estas propuestas como el “estatuto de garantías” para apoyar a Golborne. Entre las áreas que se prevé serán más relevantes están los compromisos valóricos -como que no se impulse el matrimonio homosexual- y aspectos vinculados a la economía.

Sin embargo, tanto en la UDI como en el entorno de Golborne afirman que se buscará un acuerdo de convergencia, pero que mantenga el sello independiente del titular del MOP. Justamente, uno de los aspectos que el ministro buscará resaltar frente a Bachelet es su historia personal: su familia era de clase media, votó “No” en el plebiscito y una de sus hermanas participaba en las Juventudes Comunistas. Paralelamente, mantiene lazos con varios personeros de la Concertación, entre ellos el ex “hombre clave” de la ex presidenta en La Moneda, Juan Carvajal.

Un punto que queda por resolver es el rol de Pablo Longueira. El lunes pasado, la cena de celebración de su cumpleaños en el restaurante Raúl Correa y Familia -a la que asistieron cerca de 40 personas, entre ellas los diputados Felipe Ward, Giovanni Calderón y Carlos Recondo- fue vista como un gesto de reconocimiento a su trayectoria. Y pese a que los oradores de la  cita le plantearon su respaldo en caso de que decida competir por La Moneda, el propio ministro de Economía aterrizó las expectativas: dijo que si bien estaba disponible para postular, “el voluntarismo no conduce a nada”. Y destacó que Golborne es hoy el mejor posicionado. Al interior del partido creen que el propio Longueira terminará haciendo un gesto para respaldar a su par de Obras Públicas.

Cómo prepara su elenco

Una de las mayores incógnitas que rodean a Golborne es cuál será el equipo con el que sustentará su comando y sus eventuales campañas, incluida una posible primaria. A diferencia del propio Allamand y de la mayor parte de los candidatos en las elecciones de la década pasada, el ministro del MOP no tiene un partido al que pueda regresar ni un centro de estudios para posicionarse. Incluso, algunos de sus asesores afirman que ése es un factor importante a la hora de decidir permanecer en el gobierno.

Sin embargo, hay pistas claras. Desde su llegada a Minería en marzo de 2010, Golborne ha mantenido a su mismo “círculo de hierro”. Lo encabeza su jefa de gabinete, Luz Granier, una de las militantes fundadoras de RN y que mantiene “línea directa” con ese partido. Otros asesores son el abogado Juan Antonio Coloma Álamos, hijo del senador de la UDI; Juan Pablo Koljatic, en el área de Estudios, y Franco Devillaine, fiscal nacional del MOP. En su entorno afirman que lo más probable es que este mismo grupo desembarque junto a Golborne.

En cuanto a los temas programáticos, el titular del MOP ve con interés lo que pueda desarrollar Horizontal, el nuevo think tank fundado por figuras “sub 40” de la Alianza, como Felipe Kast, Juan Carlos Jobet y Hernán Larraín Matte. El sello más liberal de sus propuestas y el “recambio” de sus rostros son factores que ayudarían a que ocupen un rol relevante en la campaña.

Un punto a  resolver es cómo se dará la relación entre Golborne y el mandatario una vez que lance su candidatura. Ambos han conversado en numerosas oportunidades del tema. Si bien mantienen una relación de respeto, a muchos les ha sorprendido la forma en que Golborne se enfrenta de igual a igual a Piñera.

En su entorno están conscientes de que la campaña requerirá muchos recursos. El nombre que más se repite como su contacto es Juan Antonio Guzmán, presidente de Polpaico y Clínica Indisa, de quien es socio y  amigo desde la época en que trabajó en Gener.

Informalmente, un amplio grupo de personeros de La Moneda colabora a título personal con el titular del MOP. Varios de ellos forjaron lazos en la época del rescate de los 33 mineros, donde Interior y la Secretaría de Comunicaciones jugaron un rol clave. Incluso, la secreta relación de Golborne con algunos asesores presidenciales ha irritado a Piñera.

Justamente, un punto a  resolver es cómo se dará la relación entre Golborne y el mandatario una vez que lance su candidatura. Ambos han conversado en numerosas oportunidades del tema. Si bien mantienen una relación de respeto, a muchos les ha sorprendido la forma en que Golborne se enfrenta de igual a igual a Piñera. Hace algunas semanas, el ministro no dudó en marcar su fuerte molestia por la broma que hizo a Andrés Allamand en una gira por Aysén, presentándolo como “futuro presidente”. Y en el entorno de ambos anticipan que un punto de conflicto será cuando el ministro salga para iniciar la competencia presidencial, pues una parte importante de sus asesores podría llegar desde el gobierno.

 

 

 

 

 

 

 

 

“Hay espacio para ser un poco más audaz”

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[Gonzalo Müller, experto electoral (UDI)]

-¿Cuándo debería salir Golborne del gabinete? ¿Cree que quedarse es la estrategia adecuada o que debería arriesgar más?

-Creo que lo que se espera de él son cosas distintas, más allá de si sale o no del cargo. Se espera que de alguna manera sorprenda. Hay un itinerario demasiado anunciado que conspira con el interés de las personas. Pese a que hay primarias en mayo, no va a pasar nada durante este año. Entonces, el desafío es tratar de ser un poco más audaz, pero no por nombrarse candidato, sino que por la vía de la agenda, de las ideas. Ese espacio no se está ocupando. Debería empezar a proponer ciertas ideas, que sin violentar el rol que tiene permitan que se noten las propuestas que él considera importantes para el país. Cuando uno ve que hay una consulta ciudadana de participación abierta del Ministerio de Obras Públicas, ahí hay algo más. A primera vista se puede ver sólo como campaña, pero creo que la audacia es que detrás de ese marco aparezcan ideas. Uno espera que haya ideas.   

-¿Cómo se pueden compatibilizar los tiempos de Golborne y los de la UDI?

-En resumen creo que no por mucho madrugar se amanece más temprano. En este momento es impensable una campaña presidencial de 18 meses, como las de antes. La tensión se genera porque los partidos tienen tiempos distintos que los candidatos y por primera vez los postulantes de la Alianza no provienen de ellos, sino que del gobierno, lo que genera una situación inédita. Creo que es importante contener la ansiedad de los partidos, pero si se mantiene como ministro hasta marzo habrá que abrir espacio al debate de ideas para que Golborne pueda ir respondiendo a preguntas que existen a su candidatura.

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