Por Juan Andrés Quezada Junio 9, 2011

Martes. 17.45. Cafetería del Senado en Valparaíso.

-¡Oiga senador Coloma! -llama desde una mesa, Camilo Escalona a su par de la UDI, mientras éste pide un express-, ahora sí que se pasaron con este segundo ejercicio de enlace.

El presidente de la UDI, un poco incómodo ante las miradas del resto de los presentes se acerca a la mesa en que está el parlamentario socialista: "¿Qué está hablando senador?".

-No se le puede hacer lo que le hicieron sus diputados al presidente. Si usted quería ser el Escalona de Piñera, ya no podrá, después de visar este segundo ejercicio de enlace -responde Escalona en referencia a la carta suscrita por 35 diputados de la UDI, en la que reprochan al gobierno la incapacidad que ha demostrado La Moneda para llevar adelante la agenda anunciada el 21 de mayo.

Coloma perplejo responde: "¿Cuál sería el primer ejercicio de enlace?".

- Cuando llegaron en masa al ministerio a escoltar a la ministra Matte por su salida en el caso Kodama, usted, sus parlamentarios, sus ministros, incluido Golborne (lo pronuncia tal como se lee). Nosotros jamás hubiéramos hecho una cosa así senador...

Aunque esta semana la UDI acordó no escalar las críticas y se aprestaba para escuchar a Sebastián Piñera en su consejo general ampliado programado para este fin de semana en las Termas de Cauquenes, la rebelión de los diputados caló hondo en el gobierno y en la Alianza. Para muchos marcó "un antes y un después" en la relación de Piñera con este partido.

Pese a que el Presidente asumió personalmente el control de la crisis ordenando a sus ministros cuidar las relaciones con el gremialismo, la tensión sigue latente. "La falta de coordinación y conducción política del gobierno será el tema en este consejo", advierte el jefe de la bancada UDI, José Antonio Kast. Pablo Longueira, en tanto, suspendió un viaje a Ginebra junto a la ministra Evelyn Matthei y prepara un duro diagnóstico sobre la escasa presencia del sello popular de la UDI en el gobierno.

El disco Pare

Todo partió el 21 de mayo, cuando la UDI celebró como una victoria que el presidente haya borrado de su mensaje presidencial el anuncio del Acuerdo de Vida en Común (AVC).  Sin embargo, al día siguiente, en varias entrevistas en TV, el propio Piñera anunció el envío de un proyecto para cumplir con su promesa de campaña. Esa semana la UDI observó con desazón cómo el ministro Rodrigo Hinzpeter reponía el tema en la agenda acogiendo el llamado de los sectores liberales de RN, e incluso recibiendo en su despacho a un grupo de legisladores de la Concertación.

El lunes, durante el almuerzo de cuatro horas de la UDI y RN con Piñera, Longueira pidió la palabra: "Presidente, si está todo tan bien para qué estamos aquí entonces". Este fin de semana, el senador prepara un duro discurso ante el consejo general de su partido.

El martes 31 de mayo, varios diputados de la UDI llegaron al Congreso muy molestos y, en el almuerzo de la bancada, un grupo liderado por Gonzalo Arenas (38), María José Hoffmann (34) y Arturo Squella (32), además de Kast, señalaron a sus pares que habían sido pasados a llevar por el gobierno.

Fue una comida tensa (incluso se permitió fumar) en que se propusieron varias alternativas para demostrar el malestar: ausentarse martes y miércoles subsiguientes del Congreso, votar en contra -en bloque- el próximo proyecto importante del gobierno, e incluso pedir la renuncia del jefe de gabinete. Sin embargo, finalmente se optó por redactar una carta y hacerla pública. "A actos públicos, respuestas públicas", respondió Kast.

Fue así como el jueves 2 se concretó la rueda de prensa en la Sala Inés Enríquez de la Cámara Baja, y se leyó la carta firmada por 35 de los 39 diputados, que contó con el apoyo de la directiva. La imagen era elocuente: María José Hoffman -esposa del jefe de asesores de la ministra Ena von Baer, Gonzalo Müller- leyendo la carta,  escoltada por el resto de los diputados y la bandera chilena de fondo. Lo que más irritó a algunos fue el diputado Enrique Estay sosteniendo un disco Pare color rojo. "Lamentablemente se ve en el gobierno una agenda valórica paralela a la del Presidente", escribía el diputado Squella en Twitter.

La noticia fue recibida inmediatamente por el mandatario, quien se encontraba de vacaciones recorriendo la costa italiana junto a su familia. Desde aquel momento no soltó su BlackBerry y comenzó a planear con Hinzpeter la forma de enfrentar la rebelión.

Más allá de los detalles, la doble lectura para La Moneda fue preocupante: por primera vez la UDI (duros y blandos, diputados y coroneles, partidarios de Coloma, Novoa y Kast) se unía detrás de un tema y no de una persona. "Nos estaban disparando con pistolas de agua y les respondimos con un cañonazo". Así resumía un diputado la operación, calificada como exitosa por la unanimidad de la comisión política reunida el lunes.

El sábado, en un ambiente caliente, la UDI lanzó en el Café Literario de Providencia su red de profesionales. Allí se volvieron a encontrar todos. El orador principal -junto a Coloma y Von Baer- fue Longueira, quien dijo a los jóvenes de entre 30 y 40 años: "¡Para ser de la UDI hay que tener coraje!". Fue ovacionado.

La rebelión de la UDI

Un alto personero del partido señala que el AVC fue la excusa, la gota que rebasó el vaso y que detrás de la rebelión está la sensación de ser ignorados por el gobierno en su posición frente a los proyectos sociales, especialmente en el enfoque del posnatal y la eliminación del 7% de los jubilados. "Los proyectos no han ido acompañados de la fuerza de recursos para materializarlos", señalan apuntando al ministro Felipe Larraín. Longueira ha comentado que el problema de fondo es que Piñera pide políticas costo cero a sus ministros, pero que tienen un infinito costo político.

Piñera decidió tomar el control de la crisis: monitoreará personalmente el proyecto de AVC, este fin de semana enviará un fuerte mensaje a la UDI y ya convocó a todos los partidos a un almuerzo para este lunes en su despacho. Todo esto será reforzado por un plan comunicacional.

Lo que se  repite en la casona de calle Suecia es que detrás de todo lo sucedido en los últimos días está la pregunta: ¿Vamos a ser un gobierno de derecha con sentido social o vamos a ser un gobierno de derecha con un sentido económico?.

En la reunión del pasado martes, micrófono en mano, Coloma expuso en detalle el almuerzo del día anterior con Piñera, subrayando el mea culpa hecho por el titular de Interior. "Hinzpeter admitió errores", señalaba a sus diputados como un general intentando calmar a sus soldados. Lo que no reprodujo el senado fue el momento más tenso de aquella jornada de cuatro horas en La Moneda, cuando Longueira pidió la palabra y le dijo: "presidente, si está todo tan bien ¿para qué estamos aquí entonces?".

En el comedor de la UDIen la Cámara -donde luce un gran retrato de Jaime Guzmán- Kast llamó a llegar con una postura común al consejo de este fin de semana, un voto que dejara clara la postura del partido frente a la agenda social del Ejecutivo. El senador sólo les pidió que asistieran al cónclave y que juntos redactaran el voto político.

El fracaso del Chilean Way

[ Juan Carvajal, ex director de la Secom]

La actual administración -presidente y gobierno- enfrenta una crisis de representación. Así lo demuestran los resultados de Adimark, que confirmaron la tendencia a la baja en aprobación y un fuerte rechazo, que ya había sido pronosticado semanas antes, cual "profecía autocumplida", por el ministro del Interior.

Es evidente que tales resultados se explican por una falla multisistémica: deficiencias de gestión política y administrativa. Pero también se percibe la inexistencia de un diseño comunicacional global que dé identidad y sello propio a la actual administración.

Un punto neurálgico que da origen a la actual situación está en el error de generar altas expectativas con la promesa de la "nueva forma de gobernar". A poco andar,  todo se ha ido diluyendo en leves cambios cosméticos, que no tienen ni la consistencia ni la eficiencia prometidas. No hay un hilo conductor que indique a las personas cuál es el gran desafío por el que se está trabajando y por el cual el gobierno de Piñera quedará en la historia. Botones de muestra son el proyecto del posnatal o el voto para los chilenos en el exterior.

El gobierno ha tenido incapacidad de conducción política y de su operación político-comunicacional para mantener a su coalición en  actitud de apoyo y lealtad hacia sus iniciativas. La ciudadanía observa que la UDI hace una crítica pública a la conducción gubernamental, mientras que, a su vez  los representantes de RN, en más de una oportunidad, han responsabilizado a la ministra Von Baer y pedido su salida. El resultado: se proyecta a una coalición fracturada, que no da garantías de conducción sólida.

Es inútil intentar mostrarse cómo una administración que está haciendo todo bien, cuando los chilenos constatan a diario la incoherencia entre lo que se declara y lo que se hace. Esto afecta de lleno la credibilidad del presidente y explica el crecimiento de los niveles de rechazo, que es el punto más difícil de revertir.

¿Cuál fue el diseño para el Mensaje del 21 de Mayo? Pasó sin pena ni gloria. Al final, no fue ni una buena cuenta, ni entregó importantes anuncios, ni constituyó una buena pieza discursiva que cambiara la conversación de las elites y de la ciudadanía, instalando las prioridades del gobierno. Lo único que trascendió fue el proyecto de las uniones de hecho que, curiosamente, no fue parte del discurso.

Con una situación crítica en el Parlamento y las movilizaciones en las calles, la intervención del presidente a su regreso de vacaciones no dio cuenta de la gravedad del cuadro. Es difícil tranquilizar a la ciudadanía y "ordenar" a los partidos y  parlamentarios sólo con palabras o llamados a la unidad sin implementar soluciones de fondo.

La decepción ciudadana se va transformando peligrosamente en indignación.

La rebelión de la UDI

Finalmente, la bancada encomendó al diputado Cristián Letelier redactar un proyecto propio de AVC y esperar el "nuevo trato" prometido por el mandatario.

Un diputado resume la actual situación con un término médico utilizado para evitar una operación de riesgo: wait and see (esperar y observar).

"Queremos imprimir nuestro sello a este gobierno y el sello de la UDI está claro, es el sello popular. Como bancada queremos priorizar el trabajo de la mujer y jóvenes, educación preescolar y superior, seguridad ciudadana, incentivos tributarios". Al respecto,  agrega que ya acordaron convocar durante los próximos dos meses a expertos de las fundaciones Libertad y Desarrollo y Jaime Guzmán para ir recogiendo ideas  para perfeccionar las iniciativas.

"Nos costó mucho llegar al gobierno, fueron 20 años de lucha, donde a mí me tocó estar en los Tribunales de Justicia en juicios penales muy duros, por eso duele ver hoy la falta de afecto del gobierno frente a nosotros", señala el diputado Letelier.

"En una alianza de gobierno no existe la incondicionalidad", agrega el diputado Alejandro García-Huidobro, quien advierte sobre un nuevo episodio que puede tensionar las relaciones con el gobierno: las diferencias entre los trabajadores y contratistas de Codelco.

En Palacio tampoco pasó inadvertida la activa participación de 11 diputados de la UDI, además del senador Hernán Larraín en la protesta del agro realizada el lunes.

"Más de la mitad de los agricultores de Chile hoy están en Dicom y por ello no pueden acceder a líneas de crédito. Me reuní con el ministro Larraín junto a los empresarios agrícolas de la VI y VIII Región, nos escuchó, anotó todo, pero nunca recibimos respuesta", dice el diputado Ignacio Urrutia.

En La Moneda coinciden que, más allá de los  resultados de la encuesta Adimark, los efectos de HidroAysén o las divisiones que hoy existen entre sus equipos, lo que golpeó esta semana a Piñera fue ver a la UDI unida ante una crítica a su gobierno. Por ello, decidió tomar en sus manos la crisis. Él monitoreará el proyecto de AVC, en Cauquenes esbozará una nueva relación con el gremialismo y  ya convocó a todos los partidos a un almuerzo para este lunes en su despacho. Todo esto será reforzado a través de una arremetida comunicacional diseñada por la Secom y el Segundo Piso.

Este equipo puede jugar mejor

[ Por Cristina Bitar, Azerta Comunicación Estratégica ]

Las últimas semanas hemos visto un intenso debate al interior de la Alianza y entre gobierno y oposición; el clima político se ha enrarecido y la encuesta Adimark cayó como una verdadera bomba de racimo en la coalición gobernante.  Desde la propia Alianza se ha pedido cambio de gabinete y la cabeza del ministro del Interior ha sido solicitada como sacrificio purificador de errores pasados. Prefiero hacer un análisis, si se quiere, más modesto, pero creo que más práctico, apuntando a tres factores que son posibles de cambiar.

1.-  El gobierno no ha sido capaz de asociar en la mente de la gente el éxito del país con su gestión. Chile está pasando por el que, probablemente, sea uno de los mejores momentos de su historia, el crecimiento económico es extraordinario, la generación de empleo está más alta que nunca, los salarios crecen y la salida al final del túnel del subdesarrollo está a la vista.  Pero todo eso es percibido por la gente como algo que ocurre con independencia del gobierno, es algo tan autónomo e inercial como el paso del invierno a la primavera.  No se percibe una agenda que visual y simbólicamente una el crecimiento con la gestión gubernamental, probablemente haya sido tanta la preocupación por no aparecer ante el país como un gobierno "de los empresarios", que las autoridades se han apartado comunicacionalmente de los espacios donde están pasando muchas cosas interesantes, no se ve a las autoridades inaugurando empresas, visitando a los mayores empleadores, asociándose a una economía que va para arriba.

2.- Se ha puesto un énfasis desmedido en medirse de acuerdo al éxito o fracaso de la capacidad legislativa. Ni una cosa ni la otra parecen poner el foco donde tiene que estar, porque para el presidente Piñera el Congreso es territorio adverso, tiene minoría en ambas cámaras y eso no va a cambiar en todo su período.  Luego, las expectativas legislativas debieran ser modestas y reivindicar esta superioridad respecto de los gobiernos de la Concertación sólo puede estimular a los parlamentarios de oposición a ser más duros aún. Se pueden aprobar muchos proyectos, pero políticamente lo que importa no es cuántos proyectos de ley se aprueban, sino el contenido de estos.

3.-Alguien en el gabinete tiene que tener la responsabilidad  de mantener la interlocución y las relaciones con los partidos de la Alianza. Hoy esa responsabilidad parece diluida y no es claro quién está a cargo de ello. La UDI ha manifestado fuertemente su molestia con este tema y ha planteado la necesidad de incorporar un manejo más "político".  El problema es que esta labor no la puede realizar un solo ministro, debe ser una acción coordinada y realmente empoderada por el presidente. El descontento de la UDI, si bien puede tener asidero, debiera enfocarse más en resolver el diseño institucional de La Moneda y no tanto en las personas que encabezan los ministerios.

Relacionados