Por Michelle Chapochnick Mayo 21, 2010

© José Miguel Méndez

En las alturas del cerro Manquehue -donde está su casa-, el diputado Cristián Monckeberg parece ajeno a la tensión que tiene dividido en dos a RN. Al menos en un primer momento, antes de referirse a su rival por la presidencia del partido. Aunque jamás pierde la compostura, emite críticas lapidarias contra la gestión de Carlos Larraín, a quien responsabiliza de la pérdida de influencia que ha sufrido la colectividad que otrora fue el referente más importante de la derecha y a la que pertenece el presidente Piñera. El 12 de junio ambos medirán fuerzas en unas reñidas elecciones internas.

-¿Por qué piensa que es mejor que Carlos Larraín para dirigir RN?

-Larraín es continuismo, seguir administrando el partido sin grandes cambios. No veo un proyecto político, ni un sueño, ni una hoja de ruta hacia adelante. Los grandes líderes saben estar en el minuto preciso y saben retirarse oportunamente. Pero él no ha tomado la decisión adecuada: bajar la cortina. Culminó un ciclo dentro de Renovación Nacional, con aciertos y con errores.

-¿Cuáles son esos aciertos y desaciertos?

-Así como Carlos fue necesario en su minuto, hoy se requiere una generación de personas nuevas, con ideas nuevas, que miren hacia el futuro El principal desacierto fue la elección parlamentaria. Tenemos la bancada más disminuida desde los inicios de RN: sólo 18 diputados.

- ¿Y la mesa fue la culpable?

-No se tomaron buenas decisiones al momento de elegir a los candidatos. Deberíamos haber aspirado a sacar 26 ó 27 diputados, sobre todo pensando que el candidato presidencial era de nuestra colectividad. Perdimos siete diputados que iban a la reelección y eso no ocurre en ningún lado. Algunos diputados perdieron por 16 votos, y eso no le puede pasar a un partido, hay que preverlo.

-Pero usted era parte de esa mesa...

-Sí, pero me fui.

-¿Por qué?

-Por varias razones. Principalmente porque no me sentía interpretado por lo que ellos planteaban. Y porque estaba cansado de la sarta de descalificaciones personales que surgían por pensar distinto. No estaba dispuesto a seguir viendo en el diario que me daban como bombo en fiesta.

-¿Estaba dispuesto a apoyar una mesa de consenso en torno de Allamand?

-Andrés Allamand me parece un tremendo nombre. De hecho, nos está ayudando. No digo que vaya a salir públicamente abrazándonos, pero sí, nos está ayudando con propuestas, nombres y ganas. Nos mira con buenos ojos.

El presidente y su partido

-¿Cómo ha manejado Larraín la relación con Piñera?

-Con altos y bajos. Durante dos años RN estuvo de punta con el candidato presidencial de su propio partido, con declaraciones poco acertadas, que no le hacían bien a la candidatura. Y hoy, una vez que Piñera es Presidente de la República y que se viene la sucesión en RN, veo cómo se hace mucho aspaviento de esa buena relación, de esa coordinación, de este amor fraterno y me parece un poco sospechoso. Ojalá que eso perdure y que no sea un veranito de San Juan producto de las elecciones internas.

"Larraín es continuismo, seguir administrando el partido sin grandes cambios. No veo un proyecto político, ni un sueño, ni una hoja de ruta hacia adelante. Los grandes líderes saben estar en el minuto preciso y saben retirarse oportunamente".

-¿Al jefe de Estado le acomoda más una mesa dirigida por Larraín o por usted?

-Al mandatario le acomoda un partido que sea leal, pero que también le proporcione ideas y sea soporte en todo el país. La idea es que RN sea un verdadero escudero del gobierno: eso es a lo que nosotros aspiramos. Hoy veo al partido absolutamente desarticulado. Los militantes quieren que su opinión se escuche. Y eso no se ha hecho. Ésa es la manera de relacionarse con un gobierno. No se trata de entenderse con Sebastián Piñera, sino de un vínculo institucional entre RN y el gobierno. Es decir, tiene que existir lealtad, pero también propuestas sobre la mesa.

-¿Por qué Piñera alabó a Larraín hace unos días?

-¿Lo alabó...?

-En una comida del partido...

-Si un presidente va al aniversario de un partido es lo lógico que felicite al presidente, al vicepresidente, al secretario, al administrativo, al junior, a los diputados y a los senadores. Y eso fue lo que hizo. Si cada vez que me reúno con el mandatario hago aspaviento público de ello es una clara señal de que hay un grado de debilidad en ese eventual apoyo. Lo que no corresponde, y eso sí está mal, es que el timonel de un partido involucre al Presidente de la República en una elección interna.

-Independiente de quien dirija RN, ¿cómo debería ser la relación de Piñera con la colectividad?

-RN apoya al gobierno, pero al mismo tiempo tiene vida propia, identidad y propuestas, y por lo tanto, si en algún minuto tenemos que hacer ver nuestros puntos de vista, lo vamos a hacer. Eso es no ser servil: es ser leales. Y discutir a puertas cerradas, no criticarlo públicamente.

-Dice que no deben producirse críticas públicas, pero usted está recibiendo el apoyo de Allamand, una de las personas que más han criticado al jefe de Estado.

-Fue crítico en algún minuto, en los inicios del gobierno y antes de su instalación. Estaba molesto principalmente por las decisiones que se habían tomado, pero son situaciones superadas. Las hemos conversado.

-¿Cómo ve a RN? ¿Qué autocrítica se hace?

-RN no produce rechazo, pero tampoco adhesión. Cuando le preguntas a la gente por RN dicen que es un partido que no les incomoda, pero al momento de votar, no votan por él, sino por la UDI o la Concertación. Pero sí vota por Sebastián Piñera. Él planteó temas nuevos, fue capaz de salirse del esquema típico derecha-izquierda y RN no fue capaz de interpretar eso, y eso está reflejado en la elección parlamentaria. La UDI sí lo logró de alguna manera.

"Larraín no ha tomado la decisión adecuada: bajar la cortina"

¿Coloma, Kast o Longueira?

-¿Cómo ve a la UDI? ¿A qué atribuye las críticas que ha hecho al gobierno?

-Las atribuyo a que ese partido está en un proceso de rodaje. En la UDI hay un problema para entender cuál es su rol dentro del gobierno. Ese debate se ha dado dentro de la colectividad y está marcado por las elecciones internas. Tenemos a Juan Antonio Coloma que está en una línea, y a otros líderes, como José Antonio Kast y Pablo Longueira, que también son superdestacados, pero están en la línea totalmente opuesta a Coloma.

-¿A qué se refiere?

-Coloma está en una línea de conversar con la actual administración, de llegar a acuerdos y de apoyarla -y eso lo entendió antes de las elecciones-. Y, por otro lado, está la visión de quienes creen que hay que ser, dentro de la Coalición, opositores al gobierno.

-¿En esa línea estarían Kast y Longueira?

-El peso de los 40 diputados con que cuenta la UDI se puede hacer sentir de muchas maneras, y creo que la forma de Coloma es la más adecuada. Pero ése es un debate interno de ese partido.

-¿Le complica Longueira o el diputado Kast como presidente del partido aliado?

-No, no me complican.

-Larraín, por ejemplo, dijo en una entrevista en Qué Pasa que alguna gente de la UDI quería arrinconar al gobierno...

-No sé si quieren arrinconarlo o quieren mostrar sus garras para decir "aquí estamos, escúchennos" y no me parece bien que eso suceda. Creo que la UDI equivoca el camino si insiste en actuar en forma díscola o criticando públicamente al gobierno.

-Algunos hablan de desafección de la UDI hacia Piñera.

-Siempre hubo fricciones y desavenencias, pero se superaron absolutamente. Piñera hizo un tremendo esfuerzo y se ganó el corazón de la UDI. Pero parece que hay que penetrar más los corazoncitos de ciertas personas individuales.

-¿De quiénes?

-De los que hemos escuchado un poquito desordenados.

-¿Por qué en RN no han defendido al presidente de las críticas de la UDI?

-Salvo el senador Alberto Espina, no he visto grandes defensas en RN de la actitud que han tomado nuestros socios.

-¿Por qué?

-Una mesa directiva activa debería haber tomado cartas en el asunto para resolver este problema de una vez y actuar de forma rápida. Pero no se ha hecho mucho. Tenemos que comprender que somos socios, que es nuestra obligación entendernos con el gobierno y con la UDI y que hay que hacerlo bien. O si no, esto será debut y despedida.

"Siempre hubo fricciones y desavenencias con la UDI, pero se superaron absolutamente. Piñera hizo un tremendo esfuerzo y se ganó el corazón de la UDI. Pero parece que hay que penetrar más los corazoncitos de ciertas personas individuales".

Libertad y Desarrollo y el autoexilio

-Evelyn Matthei señaló que Libertad y Desarrollo se había convertido en el líder de la oposición al gobierno. ¿Está de acuerdo?

-No sé si Libertad y Desarrollo ha sido opositor. Ellos han defendido sus propuestas y sus planteamientos. Entiendo que Libertad y Desarrollo tiene independencia, pero también entiendo que de ahí ha surgido gran parte del actual gobierno, como Ena von Baer y Cristián Larroulet. Ahora, sí me parece que han sido un poco desmedidos en sus críticas y han ido un poquito más allá de lo que todo el mundo esperaba. Me parece totalmente exagerada la postura que tomaron, y ojalá que rectifiquen, porque son muy necesarios y muy útiles en el Congreso. Lo peor es autoexiliarse intelectualmente.

-Existen posturas muy diferentes en la administración piñerista y en los partidos de la Coalición respecto a los impuestos y a los temas valóricos. ¿Cómo logran conciliar eso para gobernar juntos?

-Levantar los impuestos como un principio sobre el cual no se puede transar es sumamente errado. En RN eso no ocurre.

-¿Pero usted estaba de acuerdo con la depreciación acelerada y no se incluyó en el paquete?

-Ahí está la diferencia entre RN y la UDI. Nosotros somos un partido más pragmático, más de centro y entendemos que los impuestos son un medio para conseguir objetivos. ¿Y cuáles son los objetivos en este caso? El bien común, la reconstrucción, la solidaridad.

-¿Está diciendo que la UDI está preocupada de los intereses de los empresarios?

-Eso dijo Joaquín Godoy, que está en mi lista. Pero yo no lo voy a decir.

-¿Ve complicado gobernar con socios que a ratos parecen tan distintos?

-Sí, será complicado. Complicado será que no sean leales al gobierno, complicado será que no apoyen al gobierno.

-¿Cree factible el camino propio de la UDI?

-No. Lo que sí veo posible es que se sume más gente a la Coalición, pero para que se sume más gente no hay que anunciarlo por los diarios.

-¿Se refiere a la confederación de partidos que Carlos Larraín y Adolfo Zaldívar pretenden crear?

-Sí. Una vez un muy buen amigo me dijo que en política las cosas hay que hacerlas, no decirlas. Porque cuando uno las dice antes, fracasan.

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