Por Claudia Farfán M. y Michelle Chapochnick Abril 16, 2010

© Nicolás Ábalo y Richard Ulloa

El senador Fulvio Rossi le pidió a su secretaria que le tipeara su carta de renuncia. Fue la primera instrucción que le dio la mañana del martes 13, agobiado por la crisis personal y política que enfrentaba.

Hasta entonces, el parlamentario no había compartido prácticamente con nadie su decisión de declinar su candidatura a la presidencia del PS. Como en otros momentos de su trayectoria pública, decidió vivir el trance en solitario. Permaneció sin compañía en su oficina situada en el piso 12 del Senado, a la espera de la conferencia de prensa donde daría a conocer su dimisión.

Pocos minutos antes de las cinco de tarde, el marido de Carolina Tohá salió de su despacho privado para enfrentar las cámaras. Se detuvo unos instantes en la puerta, justo debajo de una fotografía en blanco y negro que lo retrata en el esplendor de su triunfo en las elecciones del 2001. Allí aparece delgado, sobre un escenario, con un look similar a Elvis Presley, en una imagen que parece lejana a la que hoy proyecta. De hecho, quienes lo vieron la tarde del martes señalan que su estado de ánimo era sombrío. Según les dijo más tarde a sus más íntimos, estaba deshecho porque lo habían "reventado".

No pudo sobrellevar, según él, los cuestionamientos públicos que lo responsabilizaban de haber truncado las aspiraciones políticas de su mujer. El pasado 9 de abril, ella desistió de postular a la presidencia del PPD, aduciendo que era incompatible que un matrimonio liderara a dos de los partidos más importantes de la Concertación. Su drástica resolución la tomó sólo nueve días después de anunciar su candidatura, pues contra todo lo previsto -según cercanos a Tohá-, Rossi le había provocado un gran desconcierto al proclamar que él correría por el mismo sillón al interior del PS.

Entre luces y micrófonos, el parlamentario atribuyó su crítico momento a una operación montada por el sector laguista del PPD. El mismo que integra su mujer. De hecho, cercanos a Rossi personalizan en Ricardo Lagos Escobar las críticas: "Él la habría empujado a continuar con su candidatura a la presidencia del partido".

"He sido blanco de sistemáticos y programados ataques por parte de su entorno más cercano", afirmó Rossi, en la declaración pública leída el martes 13.

Sin embargo, el senador también dejó traslucir en sus palabras que éste era un conflicto con ribetes personales. En la conferencia de prensa afirmó que "Carolina tomó su decisión (de declinar a su candidatura) con absoluta autonomía y libertad" y que él no supo de ello hasta que "se hizo pública".

Quienes escucharon al parlamentario se sorprendieron con la mención que hizo a un aspecto de su vida privada para explicar un conflicto político. Incluso, que trasladara sus problemas matrimoniales a un ámbito público.

Sin ir más lejos, ésta ha sido una reflexión obligada en la Concertación durante estos días. Un ex ministro de ese conglomerado dice estar desconcertado "porque es primera vez en mucho tiempo que un problema que concierne a la vida personal de figuras políticas invade la esfera pública". Algunos personeros, incluso, se refieren al episodio como "una teleserie".

Guerra de Egos

Sin embargo, quienes conocen bien el tándem Tohá-Rossi no se extrañan de que esto haya sucedido, porque atribuyen sus problemas a una creciente batalla de egos que ha cruzado su historia matrimonial. En este caso puntual, ella, la más sofisticada representante de la elite de izquierda, y él, un carismático médico de ascendencia italiana, no pudieron evitar que su conflicto personal saliera del mundo privado.

Hasta febrero pasado, la relación entre ambos pasaba por un buen momento, según relatan sus amigos. La incomodidad de Fulvio por el protagonismo de su mujer en la campaña presidencial quedó entre cuatro paredes. Nunca trascendió, por ejemplo, la molestia que sentía él al no poder ubicarse al lado de su señora cuando ella ocupaba los puestos de honor -como vocera del comando de Eduardo Frei- en los actos públicos.

Un ex ministro de la Concertación dice estar desconcertado "porque es primera vez en mucho tiempo que un problema que concierne a la vida personal de figuras políticas invade la esfera pública". Algunos personeros, incluso, se refieren al episodio como "una teleserie".

Una vez concluida la campaña, ambos partieron de vacaciones a Marruecos. A su regreso, la pareja organizó una reunión en su casa de Providencia para celebrar el triunfo de Rossi en las elecciones parlamentarias. Su estado de ánimo no podía estar mejor y así lo hacían ver a sus invitados, a quienes les mostraba los grabados de Roberto Matta y las pinturas de Bororo que cuelgan en las paredes de su residencia.

Corría marzo y la armonía aún parecía la tónica del matrimonio. En el entorno de Tohá afirman que fue su marido quien impulsó su candidatura a la presidencia del PPD e incluso estuvo presente en el encuentro previo al anuncio formal que ella hizo al respecto, el martes 30 de marzo.

En apariencia, hasta ahí las cosas marchaban bien. Pero lo cierto es que la oferta que había recibido Rossi para dirigir el Partido Socialista ya generaba roces en la pareja. Cercanos a la ex ministra dicen que la crisis empezó el 1 de abril, cuando él persistió y, a pesar de la incompatibilidad que Tohá le planteó, de todos modos proclamó su postulación al PS como uno de los rostros del recambio generacional.

"En el momento en que Fulvio asumió como presidente interino del partido, supe que se despertaría en él un interés en seguir en ese cargo. Siempre le ha gustado estar en la primera línea", asegura un asesor del parlamentario. "Contra viento y marea, siempre se ha atrevido a hacer lo que quiere en política. Por ejemplo, renunció al PS para postular como diputado por Iquique, donde ganó como independiente, pese a la oposición del caudillo y ex alcalde de esa ciudad, Jorge Soria", agrega.

Su estilo ha sido justamente marcar la diferencia. Fue el primer socialista en ganar la presidencia de la FEUC con un discurso de izquierda duro. Más tarde, fue uno de los primeros en tomar con humor su condición de "metrosexual" con que lo catalogaban algunos medios. No ocultaba tampoco su preocupación por la estética ni su gusto por una vida sofisticada y cómoda.

El cortocircuito

Aunque la actitud de Rossi se tildó de machista y egocéntrica, sus cercanos dicen que Carolina Tohá, siendo ya postulante a la presidencia del PPD, alentó a su marido a seguir adelante con su idea de dirigir el PS.

De hecho, en el entorno del senador afirman que ella se opuso, a principios de abril, a que el parlamentario renunciara a su candidatura al PS, tal como, dicen, él tenía pensado hacer a través de una carta pública, que finalmente quedó guardada en su escritorio.

El capítulo Rossi-Tohá

Esta versión, sin embargo, es desestimada por los colaboradores de la ex diputada. Por el contrario, ellos aseguran que la ministra de Bachelet se sintió desplazada por la ambición de su esposo. Lejos de La Moneda y del Congreso, la posibilidad de conducir el PPD le daba vigencia a su liderazgo. "Ella se mueve por principios y convicciones. Y no le pareció correcto que los dos fuesen candidatos", dice un pariente de Tohá.

El punto de quiebre entre marido y mujer se produjo el viernes 9 de abril. Rossi confidenció que la mañana de ese día salió de la casa familiar de color blanco sin saber que horas más tarde su señora renunciaría a la candidatura a presidenta del PPD. Lo que más molestó al senador, según esta versión, fue enterarse a través de la prensa -un llamado de una periodista- de la inesperada decisión de Carolina Tohá. Un cercano cuenta que Rossi comentó que "había hecho el loco". Otro de sus colaboradores revela que, haciendo gala de su sangre italiana, se quejaba a viva voz de lo que él consideraba "una deslealtad"

Relación quebrada

Desde entonces, la relación está quebrada. No obstante, no habría sido ese el motivo por el cual el médico socialista tomó la bullada determinación anunciada el martes 13. Agobiado por las presiones políticas que no había previsto, ha dicho que no tuvo otro camino más que echar pie atrás. Para él, las pifias que recibió en el cónclave concertacionista fueron un duro golpe. Desde lejos, se escuchaban gritos femeninos que lo acusaban de "machista". Además, resintió la indiferencia de los ex presidentes Bachelet y Lagos, quienes lo saludaron con frialdad. Sin embargo, de acuerdo a un amigo de Rossi, fue el silencio de Carolina Tohá lo que más le afectó. No sólo no se dirigieron la palabra en el encuentro político del Estadio El Llano, sino que tampoco la ex ministra lo defendió ante las críticas públicas de sus correligionarios del PPD.

En el PS interpretan la actitud de la ex secretaria de Estado como una señal de apoyo a la "operación política" denunciada por el senador Rossi. Más aún, creen que ella nunca estuvo muy convencida de que la presidencia del PPD fuera el mejor camino para potenciar su liderazgo y que ésta fue una buena excusa para retirarse a tiempo con diplomacia. Además argumentan que la victimización no calza con el carácter que tiene Tohá. "Es no conocerla políticamente", dice un cercano a Rossi.

En tanto, en el PPD ven con buenos ojos que ella reconsidere la opción de volver a la carrera por la presidencia del partido. Esta semana su contendor al interior de la colectividad, Jaime Quintana, se mostró abierto a respaldarla para que encabece una lista de unidad.

Lo que más molestó al senador fue enterarse a través de la prensa -un llamado de una periodista- de la inesperada decisión de su señora. Un cercano cuenta que Rossi comentó que "había hecho el loco". Otro de sus colaboradores revela que, haciendo gala de su sangre italiana, se quejaba a viva voz de lo que él consideraba "una deslealtad".

Lo mismo piensan sus amigos, quienes creen que la ex ministra de Bachelet requiere de un espacio político para mantenerse vigente. Ellos han sido quizás los más severos a la hora de juzgar la acción de Fulvio Rossi. De hecho, el hermano de la ex diputada, José Tohá, escribió en Twitter que la actitud del senador sólo favorecería el statu quo que representan Girardi y Escalona en la Concertación. "Rossi ni se da cuenta cómo viene la cosa. Vanidad, liviandad e ingenuidad, mala combinación", escribió desde Washington.

Una pareja mediática

"Aunque no tenemos nada malo que ocultar, sí pensamos que era mejor esperar un tiempo antes de dar a conocer lo nuestro…". Con esa confesión en una entrevista, en febrero del 2005, Rossi hizo público su idilio con Carolina. Diez meses después se casaron en una ceremonia religiosa que publicó en exclusiva la revista Cosas. Desde entonces, el sello mediático del matrimonio se ha mantenido vigente prácticamente hasta hoy. En 2006, por ejemplo, concursaron en el programa "El baile en TVN". Un año más tarde, protagonizaron una bullada discusión en el patio del Congreso, en Valparaíso y, con posterioridad, una reconciliación pública ante las cámaras fotográficas apostadas en la Cámara de Diputados.

Nunca antes, sin embargo, los desajustes de esta conocida pareja concertacionista habían tenido la repercusión de este último episodio. A juicio de varios analistas, la forma en que el matrimonio manejó sus diferencias personales y políticas podría dañar la imagen pública de ambas figuras, pero además complican innecesariamente la agenda de dos partidos en crisis y empañan el difícil proceso de rearme que vive la Concertación.

No obstante, existe coincidencia en que el mayor costo lo ha pagado el senador. No sólo por las críticas públicas y generalizadas que provocó el episodio Tohá-Rossi, sino también por los heridos que dejó en el PS su zigzagueante actuación. Para la generación de recambio de ese partido no fue menor que él levantara su candidatura en forma inconsulta, pasando por alto la adhesión que había comprometido con el diputado Marcelo Díaz. Además, la posterior declinación de su candidatura desencajó a su principal promotor al cargo, el diputado Marcelo Schilling, quien se enteró de la noticia por mensaje de texto apenas unos minutos antes de las cinco de la tarde, cuando el parlamentario leyó con  solemnidad su carta de renuncia.

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