Por Claudia Farfán M. Enero 23, 2010

Hasta ahora sus críticas al timonel del PS, Camilo Escalona, habían sido discretas. En su condición de vicepresidente de esta colectividad, Ricardo Solari prefirió mantener un perfil bajo, a pesar de no compartir las decisiones que tomó la directiva ni su estilo de conducción.

Sin embargo, cuando la campaña presidencial ya llegó a su fin, Solari rompe su silencio para dar por finalizada su histórica alianza política con Escalona. Con él, según dice en esta entrevista, tiene diferencias cada vez más sustantivas. Sin ir más lejos, y a diferencia del presidente del PS, el ex ministro del Trabajo se hace cargo de los errores que llevaron al fracaso electoral después de 20 años de gobierno de la Concertación.

-¿Cómo recibió el resultado del domingo?

-Estábamos totalmente preparados para esta derrota, por que era algo previsible. Piñera encabezaba todas las encuestas. Nunca vi un sondeo donde nuestro candidato estuviese sobre él. ¿Eso te dice algo no?

-¿Hubo falta de mística porque se intuía la derrota?

-Tuve una participación tangencial al inicio de la campaña. Y al final nos involucramos porque vimos que esto podía terminar de una manera muy negativa.

-Como integrante del Comité Estratégico de la campaña ¿hace su propio mea culpa?

-Tengo un límite en establecer mi responsabilidad. Mi impresión es que pudimos advertir de modo explícito los tremendos problemas que tuvo la campaña en la primera vuelta. Luego realizamos un trabajo sumamente intenso que permitió evitar la continuidad de un mayor deterioro para el balotaje.

-¿Cómo se explica que Michelle Bachelet, la mejor evaluada de todos los mandatarios concertacionistas, le entregue la banda al candidato de la oposición?

-Las causas de la popularidad de la presidenta son múltiples, porque si uno mira con atención su despegue, éste se asocia con la forma en que ella se apropia de la conducción económica y el modo en que enfrentó la crisis. Además, su respaldo se entiende también por otros atributos en su modo de gobernar, como su capacidad para vincular ese modo gentil de ejercer la presidencia con una acción concreta en varios programas. Creo que hay una disociación entre la manera en que ella gobierna y la forma de hacer política de la Concertación. Y eso hace que no confluya su popularidad con el rating o el puntaje de nuestros candidatos presidenciales.

-¿Cuál fue la falla de la coalición gobernante?

-No entender a fondo este período político, en el que tendríamos que haber mejorado las instituciones, las prácticas políticas y las vías de comunicación con los ciudadanos. No pudimos recoger su irritación y su molestia. Esto lo constatábamos claramente en nuestros focus groups, respecto de asuntos como la incompetencia de la gestión estatal atrapada por la política o por lazos familiares y el tema de la probidad, que es complejo para muchos chilenos.

-El presidente de la DC, Juan Carlos Latorre, endosó al PS parte de la responsabilidad de la derrota de Frei por no haber sabido manejar un liderazgo como el de  ME-0.

-Estoy de acuerdo, aunque luego Juan Carlos precisó esos dichos. La selección del candidato dentro de la Concertación no pudo ser más imperfecta. El proceso de las primarias tuvo una base demasiado angosta de participación y no consiguió legitimar una opción única.

-¿Reconoce que hubo un error en la conducción política de quienes dirigen los partidos, entre ellos el PS?

-Cualquiera que no haga dicha evaluación está negando la realidad. O sea, nadie puede obviar hechos que son reales, como que Marco obtuvo el 20,6 % de la votación. O que si hubiéramos organizado un proceso de primarias más amplio y participativo podríamos haber concluido con un candidato con mucho más respaldo inicial, porque la verdad es que la elección quedó cerrada en la primera vuelta.

"La Concertación perdió en Magallanes. Esa zona, en los últimos 20 años, pasó de ser una región enteramente estatal a una donde el sector privado tiene cada vez más relevancia. Entonces, el tema es cómo nos hacemos cargo de un país que ha cambiado de esa manera".

-Entonces, ¿nunca estuvo de acuerdo con  la forma en que se eligió a Frei?

-Hubo un gran error al no resolver esto en primarias abiertas, donde hubiera participado Marco, pero soy igualmente responsable que el resto, por no haber sido capaz de generar fuerzas en torno a esa idea.

-A su juicio, ¿tiene una responsabilidad particular Camilo Escalona en el triunfo de Piñera?

-Todos los dirigentes de la Concertación tenemos responsabilidad en esta derrota. Eso de personalizar lo encuentro de una deslealtad absurda y, en este caso, innecesaria porque todos hemos presentado nuestras renuncias. Nuestros cargos están a disposición del Comité Central.

- ¿Teme que la Concertación haya llegado a su fin?

-Nadie, absolutamente nadie, piensa en terminar con esta coalición. Lo que se discute es cómo ampliarla. La marca no es, a mi juicio, demasiado relevante, porque lo que importa finalmente es que exista una coalición de centro-izquierda que dispute el electorado y que sea una fuerza relevante de conducción nacional.

Los errores de la campaña

-¿Qué evaluación tiene del rol que cumplieron los partidos políticos en la campaña de Frei?

-Su responsabilidad es por omisión. Hubo una intervención adecuada, pero tardía. Se hizo cuando el deterioro era muy sostenido en las encuestas. No sólo por la presencia de Marco, sino también porque Piñera aumentaba su distancia. Recién entonces se decidió nombrar un responsable territorial -Jorge Pizarro- y después de eso se procedió a actuar con criterios propios de campaña: con una jefatura, con una coordinación cotidiana y siguiendo la evolución de las cifras y números.

-Si hubo siempre conciencia de estas falencias, ¿por qué no se enmendó el rumbo antes de la primera vuelta?

-El principal problema fue que no hubo un núcleo directivo que fuera capaz de conducir el conjunto de la  campaña y que tomara los desafíos y retos electorales. Ésa fue una de las cosas que mejoramos entre la primera y segunda vuelta y, por tanto, se pudo remontar el resultado como finalmente ocurrió.

-Algunos integrantes del comando atribuyen la falta de mística a la personalidad de un candidato que no se involucraba.

-Mi experiencia con Frei no es precisamente ésa. Yo vi a un candidato que enfrentaba las dificultades  y tomaba decisiones.

-Se criticó mucho la estrategia comunicacional. ¿Tuvo una influencia gravitante en los resultados finales?

-Hubo un enfoque conceptual que simplificó la percepción de la gente a través de la idea de reforzar el tema de "más y mejor Estado". Sin embargo, los ciudadanos también desean más oportunidades, porque es un electorado aspiracional. Hubo un énfasis unilateral que no recogió  las complejidad de nuestras audiencias electorales.

¿Le parece justo que Pablo Halpern haya salido de la campaña como el principal responsable de la baja votación obtenida el 13 de diciembre?

-Es desmesurado. Ahora bien, nunca nadie pidió su salida.

-¿Fue más bien una decisión de Halpern?

-Eso es lo que yo percibí.

-Se ha cuestionado también el hecho de que se resolviera esconder al candidato Frei.

-No me consta, pero obviamente su presencia en los medios pudo haber sido francamente de otro estándar. Eso con total certeza.

"Voy a respaldar a la nueva generación del PS"

Las nuevas generaciones

-¿Es partidario de un cambio profundo en la dirección de los partidos oficialistas?

-Claro. En el caso del PS tendremos elecciones sí o sí. Más aún: soy partidario de adelantarlas y que de aquí a 60 días tengamos nuevos dirigentes en el PS, que inicien este nuevo ciclo histórico.

-Eugenio Tironi dijo en una entrevista en La Segunda que dirigentes como usted, Gutenberg Martínez y Camilo Escalona debieran salir de la primera línea.

-Existe un proceso de renovación que tiene como componente la necesidad de un nuevo liderazgo. Pero tengo la sensación de que nosotros somos capaces de enfrentar adecuadamente este momento, siempre que tengamos la tranquilidad de hacerlo como oposición. Voy a respaldar a la nueva generación del PS. Haré campaña y voy a mover todo lo que pueda para que eso ocurra

-¿Da por terminada  su alianza con Escalona?

-No sé ni siquiera quién es el candidato de él. Pero entiendo que aquí hay que provocar un cambio. Lo que estamos viviendo es el fin de un ciclo, y esta nueva etapa, tiene que ser más enfática en una renovación de prácticas que vinculen más activamente a los ciudadanos de este país con lo público. Por lo tanto, mi apuesta en este caso tiene que ver con esta generación de personas, que además cuentan con una legitimidad ciudadana, porque fueron elegidos como parlamentarios.

-Como vicepresidente del PS, ¿no cree que le está dando la espalda a Escalona en medio de su peor crisis política?

-¿Por qué? Si él y varios otros más cesaremos en nuestros cargos. Hemos cerrado este ciclo y vendrán para nosotros nuevos proyectos.

-¿Le parece un buen grupo de recambio el senador electo Fulvio Rossi o el diputado Marcelo Díaz?

-Es la generación que tenemos y debemos apoyarlos. También me gustaría mencionar otro integrante del sector más joven del partido, como es Francisco Javier Díaz, quien también se ha unido a ellos. El PS tiene que buscar un nuevo trato con la ciudadanía. Y eso hay que hacerlo con la otra gente.

-¿Cree en una Concertación ubicada más a la izquierda del espectro político?

-Cualquier cosa tiene que pensarse a partir del resultado electoral. Chile acaba de elegir a un presidente empresario, así que suponer que radicalizando nuestro discurso vamos a crecer, me parece que es algo que amerita fundamentación. Además, la idea de separar a la DC de los partidos autodenominados "progresistas", me parece que nos conduce a ser minoría.

-¿Coincide con Ricardo Lagos Escobar en que debiera renovarse por completo la coalición de gobierno?

-No hay otro camino. Pero también debe existir una discusión sobre los límites de la Concertación: si será sólo un referente  partidario o tendrá también la capacidad de acoger otras sensibilidades ciudadanas. Otro tema importante es ver qué tipo de oposición haremos al gobierno de Piñera y cuál es nuestro proyecto de futuro.

-¿En qué sentido?

-Le doy un ejemplo: la Concertación perdió en Magallanes. Esa zona, en los últimos 20 años, pasó de ser una región enteramente estatal a una donde el sector privado tiene cada vez más relevancia. Entonces, el tema es cómo nos hacemos cargo de un país que ha cambiado de esa manera.

-¿Teme, al igual que Escalona, que los trabajadores sufrirán abusos por parte de los empresarios bajo un gobierno de Piñera?-Quienes vamos a ser oposición tenemos que transmitir confianza y no temor.

-¿El discurso de izquierda no ha sabido captar esta realidad?

-Creo que no. A mí me preocupa cuando se habla de una agenda progresista, pero en ella no se incluye la visión de quienes tienen una aspiración de acceder a nuevas oportunidades por su propio esfuerzo. Además, existen otros temas que tampoco hemos sabido recoger, como es la segmentación que tienen nuestras ciudades. Ahí hay una masa muy importante de electores que hemos perdido, porque viven en espacios inseguros, donde la calidad de vida es infinitamente inferior.

El gobierno de Piñera

-¿Teme, tal como Escalona, que los trabajadores sufrirán abusos por parte de los empresarios bajo un gobierno de la Coalición por el Cambio?

-Quienes vamos a ser oposición tenemos que transmitir confianza y no temor. Obviamente, el gobierno de Piñera tiene una cercanía objetiva con el mundo empresarial, pero una respuesta a los desequilibrios que esa situación podría ocasionar no surgirá del miedo, sino que de la disposición a creer en nuestras instituciones y en lo que  éstas puedan hacer para resguardar los derechos.

-¿Cree, como Gabriel Valdés lo dijo alguna vez, que Piñera podría ser un buen presidente?

-Francamente espero que sea un buen presidente, porque eso es bueno para el país. Tengo la sensación de que él hizo compromisos fuertes y espero que su trabajo se oriente a cumplirlos, pues no es fácil crear un millón de empleos o terminar con la delincuencia. Quiero ver cómo funciona la nueva forma de gobernar. Pero todo esto lo voy a hacer con una mezcla de curiosidad y con el juicio crítico que se merece cualquier gestión gubernamental. Hoy tú no puedes tener prejuicios sobre esta materia, aunque los primeros días han sido desalentadores porque ha aparecido una agenda que no lo acompaña: la que se refiere a los conflictos de interés que aún mantiene por su condición de accionista.

-¿Confía en la gente que está trabajando con él en el diseño del nuevo gobierno?

-Los conozco mucho y objetivamente, en sus respectivas áreas, son personas competentes. El punto está en qué se puede hacer desde la academia o la empresa privada y qué se puede realizar desde las restricciones políticas y sociales que establece cualquier gobierno. Mira lo que sucedió con Obama. Era la esperanza de una transformación y hoy ha terminado con un año lleno de problemas.

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