Por Claudia Farfán M. Enero 9, 2010

-En su opinión, ¿cómo le suministraron el veneno a Eduardo Frei ?

-Creo que la primera dosis de talio se la dieron con la comida, luego de que contara, por primera vez, que se iba a operar. Recuerde que a él lo vigilaban. No parece tan raro que se lo hubieran dado en su casa, o al ir de visita a otro lugar, porque no era necesario que un enfermero fuera a pincharlo.

La doctora Carmen Cerda no duda en ir mucho más allá de lo que el propio ministro Alejandro Madrid acreditó en la resolución judicial que sometió a proceso a seis personas por el homicidio del ex mandatario. Hasta ahora las dudas sobre la decisión del juez recaen en que no ha precisado los autores materiales ni tampoco el modus operandi del asesinato. Por eso, la opinión de esta médico legista aporta una tesis inédita del suceso.

A fines del año 2004, el magistrado escogió a la  académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, de una nómina presentada por la propia casa de estudios, para que realizara el análisis histopatológico de las muestras extraídas al cadáver del ex gobernante. Su informe pericial junto al de la doctora Laura Börgel, especialista en toxicología, fueron decidores en la investigación del juez.

Ambos documentos han sido objetados por otros especialistas. Ante las críticas, la doctora Cerda aclara que ella es perita designada por el tribunal y no, como se ha dicho, por una de las partes. Agrega que no le afectan los cuestionamientos y que su aval es la experiencia: 30 años dedicados a la medicina forense, en los cuales ha participado en varios hechos de conmoción pública, como el caso de los "sicópatas de Viña", el asesinato del carpintero Juan Alegría, la muerte de los dirigentes del FPMR Raúl Pellegrín y Cecilia Magni, y la auditoría que reveló el escándalo del Patio 29.

En esta entrevista, Carmen Cerda explica cómo, después de cinco años de investigación, se convenció de que Frei Montalva fue intoxicado.

-¿Cuál fue la primera misión que recibieron usted y la doctora Börgel de parte del ministro Madrid?

-Él empezó a encontrar similitudes entre la muerte de don Eduardo y otros dos casos judiciales. Uno era el de los reos de la Cárcel Pública que fueron contaminados con toxina botulínica. El otro era el asesinato del cabo Manuel Leyton en la Clínica London. El magistrado se dio cuenta de que los personajes involucrados en los dos hechos -el que cuidaba la puerta, el chofer, etc.- se repetían. Entonces, la primera consulta concreta que nos hizo fue: ¿Ustedes creen que se podrá averiguar si el ex presidente Frei fue envenenado?

-¿Con qué antecedentes contaban al principio de la investigación?

-El ministro nos entregó un informe con la autopsia que le hicieron a don Eduardo (en 1982) y que apareció años después entre unos desechos en la Universidad Católica. El magistrado me pasó una cajita plástica donde había unas diapositivas antiguas, en las que aparecían fotografías de algunos órganos. También me entregó unos pedacitos de tejido muy chicos que estaban incluidos en una resina que se usa para microscopía electrónica.

Lo que me llamó la atención y le consulté al ministro Madrid fue: ¿se supone que estas muestras las sacaron apenas Frei Montalva falleció? El me respondió: "Sí, a mí me dijeron que las tomaron inmediatamente después de la muerte". Resulta que lo que veía en el microscopio electrónico era una destrucción celular tremenda.

Con posterioridad, relata Cerda, se analizaron las muestras obtenidas en la exhumación del cadáver del ex mandatario, procedimiento que se efectuó a principios del 2005. Luego, ella y la doctora Börgel compararon la información que arrojaron los exámenes toxicológicos, los hallazgos histopatológicos y el historial clínico de Frei Montalva. Con esos antecedentes concluyeron que la acción combinada de dos sustancias tóxicas -talio y gas mostaza- desencadenó la muerte del ex presidente.

-¿En qué se basó para llegar a esta conclusión?

-Lo primero que hice fue volver a cortar las muestras de la Universidad Católica que me entregó el ministro para saber a qué tejidos correspondían. Se notaba que alguna vez habían sido cortadas; de hecho, había un informe de microscopía electrónica entre los documentos de la UC obtenidos por el juez. Eran como unos cubitos amarillos que medían alrededor de medio centímetro por lado, los cuales contenían unos puntitos más oscuros que medían como un milímetro y que -se suponía entonces- eran muestras extraídas al cuerpo de Don Eduardo, muy poco después de su muerte. Como digo, lo primero que hice fue cortarlos y luego observarlos en el microscopio electrónico. Correspondían a restos de pulmón, riñón e hígado.

-¿Qué alteración detectó a nivel celular en estos trozos de tejido?

-Lo que me llamó la atención y le consulté al ministro fue: ¿Se supone que estas muestras las sacaron apenas él falleció? Él me respondió: "Sí, a mí me dijeron que las tomaron inmediatamente después de la muerte". Resulta que lo que veía en el microscopio electrónico era una destrucción celular tremenda. El estado en que se encontraban los tejidos era realmente espantoso. Pedí la colaboración de una persona experta de la Universidad de Chile, quien también me decía, sin saber de quién se trataba: "Doctora: ¿está segura de que las muestras se tomaron inmediatamente después de que él murió?, porque están muy deterioradas. En conversaciones con la doctora Börgel, yo le contaba: "Esto es lo que estoy viendo, ¿qué lo pudo provocar?". Busqué la acción del hongo candida albicans o de virus, pero la verdad es que no había nada y en microscopía electrónica los virus se ven con nitidez. También rastreé si existía el clostridium de la toxina botulínica, pero no apareció.

Así envenenaron a Frei Montalva

-¿Cómo detectó la presencia de gas mostaza?

-Una vez confirmada la identidad de los restos, la doctora Börgel se dedicó a buscar sustancias químicas que produjeran síntomas, signos y alteraciones de laboratorio clínico, tal como las que presentó don Eduardo. Ahí se dio cuenta de que existían unas moléculas que no eran orgánicas y que ingresaron al cuerpo cuando la persona aún estaba viva, porque su organismo las había transformado en otra cosa. Lo que encontró la doctora fueron sales sulfónicas, una sustancia derivada del metabolismo del gas mostaza, que por cierto no es un gas sino un líquido. Cuando me contó su hallazgo le pregunté: "¿Estás segura?, ¿estás segura?". Ésa era una frase que formaba parte de nuestro ejercicio mental, porque sabíamos a qué nos expondríamos cuando todo se hiciera público.

-¿Por qué deciden buscar la presencia de un metal como talio?

-En uno de los laboratorios de referencia nos aconsejaron que lo hiciéramos por el tipo de moléculas que íbamos encontrando. ¿Por qué el gas mostaza habría derivado sólo en sales sulfónicas? Ésa era una gran duda, pues esta sustancia deriva en otra cosa. A alguien se le ocurrió entonces que tal vez esta desviación del metabolismo podía deberse a un metal.

-¿Y qué hicieron entonces?

-La doctora Börgel se puso a buscarlo. Y encontró talio en los órganos. Yo todavía no analizaba el cabello. Cuando me contó de su hallazgo, nos dedicamos a estudiar qué alteración en las células era típica de la toxicidad producida por el talio. Buscamos en los libros, hasta que encontramos bibliografía que explicaba cómo se acumula este elemento en el cabello y cómo se puede detectar examinándolo con una técnica relativamente simple: la del microscopio de luz polarizada. Esto significa que, cuando hay depósito de talio en el pelo, aparece una luz verde que ningún otro agente produce.

-Ahí deciden hacer el análisis del pelo.

-Como teníamos cabello de don Eduardo -obtenido durante la exhumación- le aplicamos dicho procedimiento. Por supuesto, no sólo examiné el pelo de él, sino también el de varios voluntarios e involuntarios que pasaban por allí. Entre otros, hasta el de mis hijas. En todos ellos, no se veía nada de ese color; sin embargo, en el pelo del ex presidente aparecieron cosas verdes a distintas alturas. A un centímetro, a tres centímetros y a cinco centímetros de la raíz. Debo decir que todos estos métodos han sido probados por otros científicos.

-En alusión a la investigación que hicieron, Fernando Orrego, doctor de la UC, le restó validez al señalar que el talio se puede encontrar en pequeñas dosis en personas que fuman o que están expuestas a zonas mineras. No exclusivamente en quienes han sido supuestamente envenenados.

-Es extemporánea esa afirmación. No tiene mucho sentido si pensamos en una persona como el ex mandatario que no fumaba y que no vivía cerca de un relave minero. Si me hubiesen dicho que él vivía al lado de los desechos de la Minera Escondida, bueno, estaríamos aplicando otros parámetros. No conozco al doctor Orrego, pero es extraño que él le encuentre tantos defectos a una investigación que no ha visto y que en esta etapa del proceso no podría conocer.

"Es posible que a una persona como Luis Becerra le hayan dicho que vertiera un determinado polvo en la comida de don Eduardo y que él lo haya hecho, porque es una cosa muy sencilla. No era algo que requiriera de una preparación especial (...) Ahora bien, no puedo decir que él lo hizo, porque yo no lo vi, pero lo pudo haber hecho perfectamente".

-Orrego dice que el nivel de concentración de talio es otro punto discutible.

-Es un elemento a considerar, pero es indudable que se debe relacionar con un contexto, porque yo podría decir: el nivel de talio y de gas mostaza era superelevado si pensamos que el cadáver estuvo enterrado 27 años debajo del pasto que regaban todos los días. Entonces, podría haber un factor de dilución del compuesto y eso también habría que tomarlo en cuenta para interpretar el resultado. Pero es indudable que si no vivía en un lugar contaminado, no fumaba, los medicamentos que se le administraban no contenían dichas sustancias, ni el suelo del cementerio ni tampoco la urna, entonces ¿qué hacían estas sustancias ahí?

-¿Es efectivo que pudo determinar con el análisis del pelo que las dosis de venenos fueron administradas en tres oportunidades?

-Sí. Lo que ocurre es que el cabello crece a un ritmo que está establecido, con rangos que son estándar. A partir de la raíz se puede ir midiendo a cuántos milímetros y centímetros encuentras estas alteraciones. Eso te da un calendario, porque el pelo que está más cerca del cráneo es el más joven y el que está en la punta es el más antiguo. ¿Qué hacía yo? Registrar si acaso estas escamitas del cabello estaban ordenadas o no y si acaso encontraba este color verde de la luz polarizada a ciertas alturas.

El Modus Operandi

Aquejado de una hernia al hiato, el ex presidente Frei fue sometido a una primera operación en la Clínica Santa María el 18 de noviembre de 1981. Con posterioridad, fue internado otra vez en este recinto,  debido a las complicaciones inesperadas que sufrió en su estado de salud. Tras ser intervenido quirúrgicamente en varias oportunidades, falleció como consecuencia de un shock séptico el 22 de enero de 1982.

Carmen Cerda sostiene que la primera dosis de talio habría sido suministrada poco tiempo antes de ingresar por primera vez a la clínica. "Pienso que la intoxicación comenzó cuando don Eduardo hizo las primeras consultas y decidió que se iba a hospitalizar. Después, habría habido dos administraciones de sustancias químicas mientras él estuvo en la clínica", afirma la médico forense.

-¿Qué le permite llegar a esta convicción?

-Lo que ocurre es que inmediatamente después de que se le administraban estas sustancias se producían cambios importantes de laboratorio y de parámetros clínicos. Antes de operarse por primera vez, ya el hemograma con que él ingresó a la clínica tenía una cierta alteración. Posiblemente, si hubiera sido mi paciente, le habría dicho que no se sometiera a una intervención quirúrgica.

-¿Esta alteración tuvo que ver sólo con el suministro de los elementos químicos que encontraron 27 años después de su muerte?

-Los hallazgos corresponden al efecto que se describe en la literatura, sobre todo para el talio. Creo que el gas mostaza se lo empiezan a dar después, cuando ya está en la clínica. Pero el talio perfectamente se lo pueden haber comenzado a administrar antes de ser hospitalizado.

-¿Tiene que haber existido la supervisión de alguien que conociera el uso de estas sustancias para lograr el efecto esperado?

-Hay dos temas distintos. Hubo una persona que dictaba las órdenes: "El día martes denle este polvo blanco, el día jueves denle este otro". Sin embargo, la persona que recibió las instrucciones no tuvo por qué estar al tanto de lo que eran estos elementos. Aunque pudo ser en su casa, no descarto que haya sido en otra parte. Don Eduardo no siempre estaba en su hogar: seguramente lo invitaban a comer.

Así envenenaron a Frei Montalva

-De los inculpados como autores del supuesto homicidio, el único que tuvo contacto permanente con el ex presidente antes de ser hospitalizado fue su chofer, Luis Becerra. ¿Este hecho explica su procesamiento como autor?

-Es posible que a una persona como Luis Becerra le hayan dicho que vertiera  un determinado polvo en la comida y que él lo haya hecho, porque es una cosa muy sencilla. No era algo que requiriera de una preparación especial ni nada. Simplemente se trataba de mezclar una cantidad muy pequeña de una sustancia bajo la forma de un polvo en los alimentos.

-¿Es fácil de portar? ¿Dentro de un salero por ejemplo?

-Exacto. Ahora bien, no estoy en condiciones de decir que Becerra fue, porque yo no lo vi, pero lo pudo haber hecho perfectamente. El talio es una especie de sal que no tiene sabor ni olor. Entonces, si lo mezclan en una comida, no tienes cómo saberlo. Además, lo puedes disolver también. De hecho, hay libros muy interesantes de envenenadores que echaban talio al té y a la Coca Cola y las víctimas jamás supieron que estaban siendo intoxicadas. Por lo tanto, es algo fácil de disfrazar.

- La resolución judicial dice que los agentes químicos se introdujeron presumiblemente por vía endovenosa.

-Cuando su salud se complicó, después de la primera intervención, es posible que le hayan inyectado talio. En cuanto al gas mostaza, pensamos que también pudo ser aplicado por vía endovenosa, no a través de la piel, porque produce un enrojecimiento muy visible. Dicen que el gas mostaza por su consistencia no se podría disolver, pero la verdad es que la mostaza nitrogenada, que es prima de la mostaza sulfúrica, se usa en vía endovenosa para el tratamiento del cáncer.

-¿Pero pudo suministrarse también en la comida de la Clínica Santa María?

-Por lo que sabemos, durante el último tiempo él estuvo con alimentación parenteral. Cuando ésta era preparada tampoco se puede excluir que en ese momento se le haya agregado alguna otra cosa.

-Uno de los médicos tratantes del ex presidente, Patricio Silva Garín, fue procesado como autor del supuesto homicidio. ¿Le parece factible que él desconociera el efecto que tenían estas sustancias químicas en su paciente?

-Ignoro lo que Silva sabía o no. Pero existe el tema de la responsabilidad. Si yo dejo a un paciente que está a mi cargo hospitalizado, debo estar al tanto de lo que ocurre con él. A mí no se me pidió que determinara quién era el médico tratante. Es posible que el Dr. Silva no haya estado enterado, pero eso no habla muy bien de su labor. No sé tampoco qué grado de vinculación tenía con los servicios de seguridad, pero indudablemente ha sido  mencionado en varios otros casos, lo que es de dominio público.

-En su resolución judicial, el magistrado menciona su presencia en los días previos a la muerte del general Augusto Lutz en el Hospital Militar.

-Así es. El ministro dice que su nombre se repite en distintos momentos: en la muerte de Lutz, en el fallecimiento de José Tohá, etc. Como todos los encausados, será necesario que aclare su participación en este caso... y eso que no tiene nada que ver con mi peritaje. Él va a tener que demostrar qué  hacía ahí, al lado del ex presidente.

-¿Quién cree que pudo participar en esta intriga?

-Eugenio Berríos (el químico de la DINA) era una persona que sabía fabricar estos cachivaches. Como casi todos los envenenadores, en un momento determinado contó lo que había hecho, jugando con el asunto de que difícilmente se le probaría algo. Le gustaba desafiar y decir: cometí el crimen perfecto. Berríos era así, un poco jactancioso. Pero además era una persona de gustos bastantes caros. Entonces, él se vendía al mejor postor. El tema para mí no es si fabricó estas sustancias, porque de eso no hay duda: estaba en condiciones de hacerlo. No le importaba que fuera un ex presidente u otro personaje. Si le pagaban bien, era capaz de hacer un veneno para matar a Pedro, Juan o Diego. El problema para mí es quién mandó a fabricar el veneno. Pero creo que ese tema todavía está un poco verde en la investigación.

"Pienso que la intoxicación comenzó cuando don Eduardo hizo las primeras consultas y decidió que se iba a hospitalizar. Después, habría habido dos administraciones de sustancias químicas mientras él estuvo en la clínica".

-¿Por qué no se ha logrado establecer los hechos que vinculan a los ejecutores con la intoxicación que usted y la doctora Börgel detectaron?

-El problema de las personas que hoy están acusadas no es que alguien los vio con un frasco de veneno en la mano, sino las explicaciones que han dado al tribunal sobre su rol en los hechos. No lo he conversado con el ministro Madrid, así que no lo podría asegurar, pero después de revisar sus declaraciones y por los mismos antecedentes del programa Informe Especial, salta a la vista que es muy sospechoso ver a personas que declaran cosas muy distintas frente a un mismo hecho o que cambien su versión en el tiempo.

El Informe del FBI

-¿Por qué el ministro Madrid envía al FBI los tejidos extraídos al  cadáver de Frei Montalva?

-Uno de los primeros desafíos era certificar que los restos correspondieran a don Eduardo. Por eso se realizó un estudio de ADN. Primero en Chile y luego en Estados Unidos. Ésta fue la polémica prueba que se le pidió al FBI, el cual se remitió a decir: "No drugs" y nada más.

-¿Qué se le solicitó con exactitud al FBI?

-Investigar el ADN, tanto en las osamentas como también en las inclusiones que la UC le entregó al ministro Madrid. Eso se demoró bastante. Ahora, trabajar ADN en esos restos tan chicos  y con restos óseos que están en regular estado tampoco es fácil. Hubo que tomarle muestras a varios miembros de la familia. Una vez que se estudió todo esto, recién logramos empezar a trabajar.

-¿Qué importancia le otorga a este informe?

-Ninguna. En otros casos judiciales, la Policía de Investigaciones de Chile intentó enviar peritajes al FBI para que los ayudaran a dilucidar ciertas dudas y ellos contestaban invariablemente: "No se puede determinar". Entonces, llegué a la conclusión de que preferían no involucrarse en los resultados cuando no iniciaban ellos el peritaje o tomaban la muestra.

-Ha trascendido que el FBI no pudo buscar sustancias químicas por la antiguedad de los tejidos que recibieron.

-La solicitud de Chile al FBI fue sólo una: "Determíneme el ADN". En realidad, sirvió más para enredar el tema que para simplificarlo.

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