Por Michelle Chapochnick Diciembre 5, 2009

© Nicolás Abalo

A estas alturas cuesta definir a ciencia cierta quién es el hombre de confianza de Eduardo Frei. La idiosincrasia del propio candidato, dicen algunos de sus asesores, propende a no tener uno, sino varios poderes pululando en torno suyo. Frei ya no es un hombre de círculos de hierro.

Bowen primero. Luego Pablo Halpern. Ahora, Jorge Pizarro. En el comando todos apuntan al senador DC como el nuevo asesor clave en los últimos 100 metros de la campaña. Sobre todo por su expertise en el trabajo territorial -donde esperan marcar diferencias ostensibles con la candidatura de Sebastián Piñera- y por su cercanía con los partidos.

"Pizarro ha ordenado la casa", esgrimen. Pragmático, duro y directo, no dudó en sumarse a la opción del otrora adversario de la candidatura presidencial de Soledad Alvear, de la que él mismo fue su principal promotor.

-El 26% que marca Frei en las encuestas -como en la última CEP- a todas luces no es muy bueno.

-En las circunstancias en que estamos, es muy bueno.

-¿A qué circunstancias se refiere?

-Con varias candidaturas que aspiran al electorado de la Concertación; con una situación de desgaste en la coalición y en los partidos; con un pacto parlamentario en que ha habido muchas deserciones; y con un gobierno que está terminando con mucha popularidad, pero que no ha sido capaz de traspasarla a la coalición, ni tampoco al candidato.

-¿Qué se ha hecho para revertir eso?

-Hemos privilegiado una movilización de miles de voluntarios por Frei a lo largo de Chile, para tomar contacto efectivo con los electores. En un principio nos costó mucho hacerlo. Pero ahora nos ha ido bastante bien.

-¿Por qué resultó tan difícil y tardía la implementación en terreno?

-Se empezó a hacer cuando la campaña tomó ritmo. Cada cual escoge su estilo y desarrolla sus potenciales: el nuestro son los recursos humanos. Hay otros que tienen recursos económicos, otros que tienen recursos histriónicos y otros que tienen recursos comunicacionales de todo tipo. Frei no es de los que se saltan la fila, no es de los que viven en función de un personalismo, no es de los que hacen de todo una frivolidad.

-A pesar de ese liderazgo del que usted habla, Frei sigue estancado en las encuestas y ni siquiera la arremetida de La Moneda lo ha hecho despegar.

-Existe mucha confusión todavía. Nuestro esfuerzo ha sido ligar ambos proyectos. Por eso, algunos candidatos, que son de la oposición y que le han sacado la mugre a la propia presidenta, hoy pretenden mimetizarse con ella y dicen representarla. Eso lo hemos paliado con el contacto directo con las personas. Ese trabajo y ese despliegue no se han visto reflejados en los estudios de opinión. Pero sí han demostrado que Piñera y Frei pasan a segunda vuelta.

-A propósito del gobierno. Usted criticó duramente a su equipo político y la pérdida de norte. ¿Ha enmendado su rumbo?

-Edmundo Pérez ha sido capaz de coordinar, de conducir y entregarle un rumbo que ha sido muy positivo para el gobierno. Antes, no era claro el rumbo, ni la coordinación, ni la capacidad de conducción del equipo político.

ME-O, el de la elite

-¿Qué le parece la candidatura de Marco Enríquez- Ominami?

- Creo que es un proyecto personal, familiar y comunicacional que ha tenido algún éxito, con un discurso agresivo y muy descalificador, que ha recogido el malestar y la inconformidad de importantes sectores de nuestro país, que quieren ver una renovación rápida, una forma de hacer la política diferente y una mayor transparencia en la toma de decisiones.

-¿ME-O ha hecho algún aporte? -La cara de Karen Doggenweiler. Me parece bien que el mundo que está en la farándula, en la frivolidad, en la cuestión liviana se incorpore a los grandes problemas del país, porque son ciudadanos que tienen opinión, que tienen mucho que decir y que pueden aprovechar el tremendo carisma que tienen.

-¿Representa él la renovación que usted mismo ha dicho que es necesaria?

-Enríquez es el representante máximo del establishment político y de las elites políticas de este país. Así que en términos de renovación él no me dice nada...

-Pero sí representa un recambio generacional…

-Es muy viejo en algunas cosas y puede ser demasiado adolescente en otras, como él mismo lo ha confesado. El tema de la edad no me dice nada. Prefiero un viejo como Renán Fuentealba Moena (ex intendente regional, 92 años), que a un joven que no tiene claridad de ideas.

- ¿Cómo definiría la campaña de ME-O?

-Lo que ha hecho él es atacar a los partidos. Lo hace de manera negativa, buscando construir un referente político a la pinta de él. Ese tipo de caudillismos a mí no me motiva... Eso es Uribe, Chávez, Kirchner... es un estilo de hacer política que yo no comparto.

-¿Ve a ME-O en ese estilo?

-El riesgo es que este estilo de hacer política, que promueve caudillos que obedecen a sus propios intereses, se pueda empezar a manifestar en Chile. Yo tengo otra visión: uno debe formar parte de proyectos más colectivos, mi esencia es el humanismo cristiano, que es la antítesis de la exacerbación de la personalidad. Eso se encuentra en el autoritarismo, en los resabios del marxismo-leninismo.

-¿Él ha hecho algún aporte?

-La cara de Karen Doggenweiler. Me parece bien que el mundo que está en la farándula, en la frivolidad, en la cuestión liviana se incorpore a los grandes problemas del país, porque son ciudadanos que tienen opinión, que tienen mucho que decir y que pueden aprovechar el tremendo carisma que tienen. Yo creo que ése es un aporte.

"ME-O es el representante máximo del establishment"

Cerrado a la negociación

-¿Se ve o no negociando con ME-O con miras a la segunda vuelta?

-Marco Enríquez ha dicho en todos los tonos que él no va negociar nada. Así que parto de esa base.

-Una cosa es lo que dice ahora y otra lo que se pueda decir el 13 de diciembre. Si él se abre a negociar, ¿estarían dispuestos?

-Eso pregúnteselo a él. Tengo la costumbre de creerle a la gente lo que dice hasta que me demuestren lo contrario. Marco ha sido reiterativo en denostar, vilipendiar y descalificar la candidatura de Frei y de la Concertación. Lo que él quiere es construir un movimiento personal y familiar y para eso requiere que se termine la Concertación. Por lo tanto, no me pongo en el caso de que el día de mañana a él se le ocurra negociar, porque amaneció iluminado en la mañana o porque a la Karen se le ocurra y le diga hay que ir a negociar. No tiene sentido.

-Pero necesitan esos votos.

-Tanto para Frei como para Piñera es difícil lograr una gran mayoría que les permita ganar. Nosotros vamos a trabajar para construir esa mayoría con todos aquellos que no votaron por nosotros, incluyendo posibles votos por Piñera.

Piñera y su talón de Aquiles

-¿Cómo evalúa la  candidatura de Piñera?

- Le ha faltado mucho para transformarse en un candidato ganador, por lo tanto, ha sido un mal candidato. Tenía todas las condiciones para, como se dice en buen chileno, llevarse la pelota para la casa. Esto, producto de nuestras divisiones y de las frustraciones que tenemos desde el mundo de la Concertación. Así y todo, Piñera sigue estancado e incluso bajando. No es creíble, es demasiado maqueteado y repite hasta el cansancio una serie de cosas que después no está en condiciones de cumplir.

- Usted criticó a Piñera en la elección presidencial pasada al señalar que había sido cooptado por la UDI y su discurso conservador. Esta vez, Piñera ha mostrado signos de independencia...

- El problema es que él dice una cosa y los partidos hacen otra. Y eso se sigue demostrando hasta hoy. Ha prometido el oro y el moro a los chilenos y no ha sido capaz de cumplir. Existe una incoherencia brutal entre lo que dice y lo que hacen sus parlamentarios. No estoy hablando sólo de la UDI, porque generalmente la UDI tiene mayor disciplina, sino de su partido: RN. Ése es su gran talón de Aquiles.

- Pero con temas como los valóricos ha arriesgado los votos de la UDI…

- El que Piñera esté en las encuestas en el 36-38% es reflejo de que no ha podido interpretar a todo el espectro de la UDI. Ésa es una realidad. Creo que la UDI tenía candidaturas mejores que las de Piñera. Pero bueno, ése es problema de ellos...

Post 13 de diciembre

-¿Cómo ve el futuro de su partido?

-Ha sufrido todo un proceso interno después de los múltiples problemas en la conducción del partido. Esta última conducción ha hecho un gran esfuerzo por sacar adelante al partido a pesar de una campaña presidencial que ha sido difícil. La Democracia Cristiana está saliendo de su crisis y en esta elección le irá bien.

En el comando presidencial de Frei todos apuntan al senador Jorge Pizarro como el hombre fuerte en la recta final de la campaña.

-¿Después del 13 de diciembre, la Concertación seguirá existiendo tal como la conocemos?

-No, la Concertación cambiará de todas maneras. Será otra. Hay que recoger las enseñanzas. Espero que la Concertación haga su proceso de reinvención de manera profunda y eso parte por la reformulación de nuestro proyecto de sociedad para los próximos 20 años.

-¿Por qué hasta ahora no han hecho esa renovación de la que tanto hablan?

-Porque no hemos estado a la altura de los desafíos. Por la urgencia de gobernar -y gobernar bien- que hizo que nos fuéramos amarrando a la lógica de la administración del poder del Estado.

-¿Si pierden, se destruye la Concertación?

-No: se tiene que reinventar para ser oposición y ser alternativa en cuatro años más.

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