Por Jonás Preller Roldán Octubre 26, 2017

Conociendo parcialmente los hechos históricos, referirse al día después de la primera vuelta presidencial como “La noche de los cuchillos largos” (en alusión a la toma del poder del nacionalsocialismo alemán en 1934) resulta a todas luces una exageración.

Pero lo que no es errado es asumir que la noche del 19 de noviembre y los días posteriores serán los más difíciles para la socialdemocracia en Chile.

El triunfo parcial de Piñera en primera vuelta (incluso con escenarios que no descartan que esa noche cierre su retorno a La Moneda) tensionará en extremo a la Nueva Mayoría. Guillier es el candidato más competitivo para el ex presidente —según las encuestas—, pero lejos aún de poder abrochar un triunfo. De hecho, el escenario más probable es un rotundo triunfo de Chile Vamos en segunda vuelta, con un registro que incluso superaría el 51,6% obtenido por Piñera en enero de 2010.

La Nueva Mayoría sin la DC —Fuerza de la Mayoría— deberá masticar una dura pero anunciada derrota. La incapacidad de llegar a un acuerdo electoral programático y las profundas divisiones entre la coalición (graficadas ampliamente con la DC y el PC) le pasarán la cuenta.

Pero la derrota también tiene un sabor a trascendencia y capacidad de articulación del propio gobierno. Bachelet dejará la presidencia con una aprobación que no se distanciaría mucho del 40%, una resistencia electoral difícil de sortear.

Jonás Preller Roldán
Director

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