Por Pablo Bosch Kreis // Gerente general de Las Majadas de Pirque Octubre 13, 2017

El último barómetro global de la corrupción de Transparencia Internacional fue demoledor. El 80% de los chilenos cree que el nivel de corrupción en el país ha crecido en el último año. Mucho se ha hablado de una crisis de confianza hoy en la sociedad chilena. Y las cifras así lo demuestran. Mientras en el promedio de países OCDE un 36% dice que es posible confiar en las demás personas, en Chile la cifra es de sólo un 13%.

Pero ¿qué es lo que hace falta para restaurar la confianza? La conversación. Cuando conversamos con otros no sólo estamos intercambiando información o puntos de vista. En esta interacción estamos conociendo a la otra persona, desarrollando empatía y generando lazos de reciprocidad. Esto se puede resumir en generación de confianza.

A través de las conversaciones vamos desarrollando y potenciando estos lazos de confianza, de colaboración y de amistad. Esto es lo que podemos llamar redes. Llamamos capital social a la red de contactos que cada persona tiene. Mientras más diversa esta red, mayor es el capital social.

¿Y por qué la construcción de capital social es tan importante? Porque es clave para el desarrollo de un país, y es precisamente de lo que Chile y Latinoamérica carecen. Nos pasa que muchas veces nos juntamos con gente que piensa igual que nosotros y hablamos de los mismos temas de siempre. ¡Esto nos hace pensar que nuestra “verdad” es la única verdad! Sin conocer a gente distinta a nosotros no podemos empatizar con sus problemas y formas de ver la vida. Estas conversaciones son el camino para entender y encaminar a una sociedad en crisis de confianza. Conversaciones como las que vivimos en Des.Conecta.

Durante el año hemos desafiado a diversos grupos de personas a hablar sobre la confianza en Chile y a proponer ideas para que el índice de confianza suba. La mayoría de las veces impresiona y emociona ver los resultados, donde las personas se dan cuenta de que hay más cosas que nos unen que las que nos dividen.

¿Por qué si los índices de confianza están tan bajos las personas agradecen tanto los momentos donde nos abrimos para generar precisamente, confianza? ¿Por qué nos cuesta tanto conversar y bajar las barreras para generar confianza?

Los invito a volver a confiar. A conversar con gente distinta a ustedes, sobre temas donde ojalá no estén de acuerdo, tratando de empatizar con la visión del otro. A aceptar humildemente otras verdades y abrirse a la posibilidad de que estas conversaciones son el camino correcto. ¡Les aseguro que, por lo menos, lo van a pasar bien!

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