Pasadas las primarias, los candidatos se preparan para comenzar la arremetida final para noviembre. El resto del año, la campaña seguirá tomándose la agenda, con promesas que apelan a las principales preocupaciones de la gente: seguridad, salud, educación. Mientras, la inmigración es una realidad que acapara menos atención política. Recientemente un experto en temas migratorios dijo que no somos el Estados Unidos de Sudamérica. Es cierto, Chile no vive una explosión de inmigrantes como la primera potencia mundial, ni como algunos países de Europa. Sin embargo, la necesidad de quienes llegan al país en busca de oportunidades choca con la falta de importancia que parece otorgársele a este tema a nivel local.

Aunque el gobierno parecía entusiasmado con la idea de enviar un proyecto de ley de migraciones, no ha habido avances. Se hablaba de que esto podría ocurrir durante el segundo semestre, pero todo parece estar en stand-by. Además, este proyecto no contemplaría una nueva institucionalidad con más atribuciones, algo clave para avanzar en la materia. Mientras, muchos de los que llegan buscando el “sueño chileno” tendrán que seguir esperando, sumidos en una dolorosa precariedad de la que justamente buscaban huir al llegar al último rincón de América Latina.

Paula Namur Y.
Editora general
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