Por Camila Guarda Marzo 31, 2017

El escenario es el siguiente: tarde de otoño, linda puesta de sol, deportistas corriendo por la rambla, mientras otros disfrutan de un mate sobre la arena. El viento acarrea el característico olor a marihuana. En Uruguay es legal  fumarla. Los bares comienzan a llenarse. Los carteles ofrecen dos tragos por el precio de uno.

Dentro de las próximas semanas, sin embargo, esa promoción desaparecerá y los uruguayos tendrán que cambiar sus hábitos de consumo. Ya no habrá más 2x1 ni se podrá comprar alcohol después de las 22 horas, a no ser que se trate de un local establecido para su consumo.

Estas restricciones forman parte de un proyecto de ley que, como pocas veces, cuenta con el respaldo de todos los partidos políticos uruguayos. Una comisión parlamentaria lo redactó, y ahora espera que sea promulgado por el presidente Tabaré Vázquez.

Las nuevas medidas se suman a la ley de tolerancia cero de alcohol para quienes manejan vehículos, y a la estricta prohibición de fumar tabaco en lugares públicos que inició Vázquez en su primer mandato (y que hasta ahora funciona, considerando que desde el 2006 el consumo entre adolescentes ha bajado de un 30% a un 9%).

Sin embargo, y pese a que 1 de cada 5 uruguayos reconoce tener problemas con el consumo de alcohol, el nuevo proyecto de ley genera críticas en una sociedad poco acostumbrada a las restricciones desde que José “Pepe” Mujica asumió la presidencia el 2010.

Cuando Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en regular la producción, venta y consumo de marihuana, la pequeña nación de 3 millones y medio de habitantes saltó al escenario global como un ejemplo de lucha por los derechos civiles, considerando que también había logrado despenalizar al aborto y legalizar el matrimonio igualitario.

Pero con el regreso al poder de Tabaré Vázquez la situación ha cambiado, pese a que los dos pertenecen al mismo partido político de izquierda, el Frente Amplio.

Médico de profesión, Vázquez ha instalado la salud como uno de los ejes de su gobierno. No son pocos quienes lo apuntan como el responsable de la demora en implementar la legalización, producción y venta de la marihuana por parte del Estado, aprobada el 2013. El mandatario fue un férreo opositor a la ley, y pospuso su puesta en marcha el año pasado, para después volver a agendarla hacia mediados de este.

Ahora, será él quien firme el proyecto que busca controlar la venta de alcohol. Hasta hoy, no está permitido que se venda entre las 24 h y las 6 a.m., pero con la promulgación de la ley ese horario se extendería entre las 22 y las 8 a.m. Se acabarán las happy hours, los 2x1 y las barras abiertas. Tampoco se podrá publicitar el consumo de alcohol sin advertir sobre las consecuencias de su abuso y se intentará elevar los impuestos a las bebidas alcohólicas.

Por ahora, los comerciantes se suman a los críticos del proyecto de ley y advierten que estas nuevas medidas provocarán un “mercado negro” de alcohol, sobre todo entre los jóvenes.

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