Por Jonás Preller Roldán Enero 6, 2017

Todos hablan del centro político pero, probablemente, pocos sean capaces de identificar a este grupo.
Hoy este concepto se ha transformado casi en un eslogan de campaña, apuntando a aquel electorado no tradicional, que no responde a los estímulos clásicos del bipartidismo o que, en definitiva, no se siente representado por las estructuras políticas actuales.
Paradójicamente, el centro podría incluso estar más cercano a los extremos, no pensando necesariamente en representaciones extraparlamentarias o liderazgos fundamentalistas, sino en aquellos electores que rotan fuera de las cúpulas actuales.
Para muchos, como el ex premier Tony Blair, el centro es hoy la respuesta más efectiva a los populismos, apuntando por un perfil más moderado, con vocación ciudadana, al que el stato quo le acomoda y las grandes reformas lo desajustan.
Este grupo, joven, masivo y de clase media, hoy puede llegar a representar el 40% del electorado. Un poder en sí mismo capaz —tal como desde los años 60 en adelante— de dar vuelta una elección.
Este es el nuevo botín político. Este es el centro que todos quieren, al que los candidatos les gustaría conquistar. Pero que antes, sufren por identificar.

Jonás Preller Roldán
Director
jonas.preller@quepasa.cl

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