Por Juan Andrés Quezada Enero 27, 2017

En once meses, Carolina Goic ha logrado lo que cualquier política podría alcanzar en años o quizás nunca llegar a conseguir. La senadora magallánica pasó de ocupar una de las vicepresidencias del partido a ser electa presidenta de la Democracia Cristiana, luego reelecta con una amplia mayoría, y ser el rostro de refresco de un alicaído partido que, tal como lo dijo recientemente Gutenberg Martínez, viene bajando su apoyo “lento, pero seguro, elección tras elección”.
La historia partió el 2 de abril de 2016, cuando Goic asume la presidencia del partido tras la renuncia del senador Jorge Pizarro por la implicación de sus hijos en el caso SQM. Pero el punto de quiebre fue su comentado discurso en el funeral de Patricio Aylwin, también en abril pasado, donde llamó a sus pares (políticos) a pedir perdón. Fue esa tarde cuando la senadora se instaló como carta presidencial de su partido. Desde ese día ha ido ascendiendo escalón por escalón, lenta pero segura.
¿Podrá lograr Goic lo que no pudo Soledad Alvear hace unos años y recientemente intentó Mariana Aylwin? La próxima junta nacional de la DC tiene la palabra.

Juan Andrés Quezada
Editor ejecutivo
jaquezada@quepasa.cl

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