Por Felipe Hurtado H. Enero 13, 2017

El plan es ambicioso: bajar en, al menos, 2’58’’ la marca que desde 2014 ostenta en la maratón el keniata Dennis Kimetto. Salvo en 1909, en que el récord varió 12 minutos en menos de un año; sólo el británico Jim Peters ha podido conseguir una rebaja de ese calibre en un plazo similar. Disminuyó entre 1952 y 1954, 3’02’’8 en su propio registro.

El cálculo de principios de los 90 era que recién en 2041 se pulverizarían las dos horas. En la actualidad, las conjeturas sitúan a 2027 como la fecha más probable para lograrlo. Hay que considerar los 11 años que tomó para que el crono bajara en dos minutos, desde los 2:04’55’’ de Paul Tergat (2003) hasta los 2:02’57’’ del mencionado Kimetto.

Los cálculos, sin embargo, han resultado bastante azarosos en el último tiempo. Por ejemplo, cuando en 2011 Wilson Kipsang hizo 2:03’23’’, se dijo que debía pasar un lustro para caer de los 2.03’. Doce meses después, se estableció la marca que perdura hasta hoy.

Es difícil predecir. Menos complicado resulta asegurar que quien lo logre será africano. Son los dueños de todos los registros de los últimos 18 años, incluido el del nacionalizado estadounidense Khalid Khannouchi que en 2002 rompió el crono que él mismo impuso en 1999 como marroquí.
Todos los involucrados en llegar a la marca imposible tienen a África como común denominador.
La compañía Nike trabaja con el medallista olímpico keniata Eliud Kipchoge, dueño del mejor tiempo del año 2016—apenas ocho segundos más alto que el récor—, el etíope Lelisa Desisa y el eritreo Zersenay Tadese. Este es el mejor mediomaratonista de la historia.

En Adidas cuentan con el etíope Haile Gebrselassie y los keniatas Patrick Makau, Wilson Kipsang y Kimetto. Kenenisa Bekele, otro etíope, participa de Sub 2 Hours, a cargo del profesor Yannis Pitsiladis, que opina que el hito lo conseguirá una figura nueva y que será dentro de los próximos cinco años.
Las marcas deportivas están apuradas. A mediados de diciembre, Nike anunció Breaking 2, un plan para lograr que los atletas que auspician bajen de la marca de 2 horas en la maratón. Lo testearían in situ en la primavera del hemisferio norte (marzo-junio 2017)

Los tiempos, sin embargo, no calzan con el análisis de los expertos. Nike aclaró que su plan no necesariamente será testeado en un circuito reconocido por la federación internacional y que sus corredores ocuparán una ruta favorable, con una mayor inclinación y sin muchas curvas. Los corredores contarían, además, con zapatillas especiales. Tampoco descartó el uso de “liebres”, atletas con un alto ritmo de carrera, pero no destinados a terminar.

Adidas, la marca del lema “Nada es imposible”, cuenta hace tiempo con un calzado que logra reducir un 1% el consumo de oxígeno a igual velocidad, y ya tendría desarrollado un modelo de última generación. Dentro de lo poco que se sabe de su entrenamiento, Adidas —a diferencia de su rival— mediría a sus atletas en un circuito legal.

El Wall Street Journal dice que esta lucha por la marca de menos de 2 horas ya no se trata de un asunto deportivo, sino que comercial. Ambas empresas han sufrido bajas en el precio de sus acciones y necesitan urgentemente volver al escenario. Mostrar innovación y triunfos es clave. Y qué mejor que bajar una marca que parece imposible, sin importar la forma en que ocurra.

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