Por Juan Pablo Garnham, desde Nueva York Febrero 12, 2016

El año partió difícil para los 11,3 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos. La Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) realizó una serie de redadas en estados del sur del país, las que terminaron con un centenar de arrestos.

El efecto de inseguridad rápidamente se sintió en las comunidades latinas. Recientemente, un directivo de una ONG que hace clases de inglés para extranjeros me explicó que sus profesores lo notaron. “Me dijeron que la asistencia bajó, porque la gente estaba con miedo a salir”, comentó.

Todo esto, luego de que en diciembre el Washington Post publicara una noticia en la que fuentes de ICE anunciaran que este sería un año donde efectivamente se iría con más fuerza contra grupos específicos de personas sin papeles. Porque, a pesar de que el presidente Barack Obama está presionando para lograr que la Corte Suprema apruebe su acción ejecutiva a favor de los inmigrantes, al mismo tiempo la agencia dedicada a evitar la inmigración ilegal está tratando de contrarrestar la llegada de más de cien mil personas dentro del último año, principalmente de América Central.

El contexto de estos anuncios está cubierto de dudas, rumores y poca claridad. Por ejemplo, a principios de mes dio vueltas una historia en las redes sociales que decía que “la Migra” había llegado a una escuela pública de Harlem, Nueva York, a buscar potenciales indocumentados. La versión dice que los administrativos de la escuela no permitieron la entrada —de hecho, recintos educativos, hospitales e iglesias son considerados fuera de límites para este tipo de operaciones—, pero nadie ha podido comprobar que esto en realidad haya sucedido.

El boca a boca entre los latinos es fuerte, pero al mismo tiempo es poco preciso. Pensando en esto, y utilizando tecnología muy sencilla, la organización Latino Rebels comenzó un proyecto que permitiría informar a las comunidades de las distintas acciones de ICE: crearon el “Migramap”, un sistema online donde cualquier persona puede denunciar de manera anónima y segura una redada.

“Hemos tomado una aproximación valiente dentro de nuestras iniciativas para construir igualdad en la comunidad, creando nuestra propia campaña de datos desde las bases para ayudar a quienes son objetivo de las redadas”, dijo Marlena Fitzpatrick, CEO de la organización Latino Rebels. “No deberíamos depender de otras plataformas para informarnos de cuándo estas operaciones de ICE ocurren”.

Las personas pueden, en un formulario, indicar dónde y qué sucedió, y esto luego aparece en un mapa. Esto puede funcionar como una alarma y también explicar las variadas tácticas que usa ICE, ya que se ha sabido que la agencia a veces actúa en hogares y otras en lugares de trabajo. A su vez, se ha hablado de situaciones donde no siguen los procedimientos ni respetan los derechos de los inmigrantes, como la posibilidad de tener el apoyo de un abogado o que no se entre a sus hogares sin una orden judicial.

La herramienta no es perfecta. De a poco el mapa se ha ido llenando de puntos azules —casos no confirmados— y los puntos rojos —redadas confirmadas— son la minoría. Pero potencialmente, al menos, da cierto orden que el boca a boca no tiene. “Al mismo tiempo, estamos fomentando la expresión personal y estamos permitiendo que sea la misma comunidad la que cuente sus propias historias”, concluye Marlena Fitzpatrick. “Al usar esta herramienta, es la comunidad la que tiene el poder para informar a los demás constituyentes”.

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