Por María de los Angeles Fernández-Ramil* Julio 16, 2010

El cúmulo de desaires inferidos al presidente Piñera podría tratarse, no de un problema inherente al cargo mismo, como sostiene Jocelyn-Holt, o de la estrategia comunicacional del gobierno. El asunto también contiene ribetes académicos. En el ámbito de la ciencia política, el estudio de la institución presidencial ha estado circunscrito a los dos medios principales a través de los cuales los mandatarios pueden ejercer su influencia. Ambos interactúan entre sí, determinando su fortaleza. Nos referimos a los poderes constitucionales inherentes al cargo, por un lado, y, por otro, a los capitales partidarios que permiten tener el control sobre sus propios partidos y, a su vez, sobre el comportamiento parlamentario.

Pero podría existir un tercer factor, no observado suficientemente por las investigaciones: la imagen presidencial, traducida en las encuestas. En algunos casos, como en el de Michelle Bachelet, hasta permitiría suplir la insuficiencia, por ejemplo, de los capitales partidarios. Adicionalmente, el presidente Piñera enfrenta otro fenómeno: cuatro ex presidentes, todos de la Concertación, que han decidido bajar del Olimpo de sus propias fundaciones para entrar directamente a la arena política. ¿Cómo influye, en los imaginarios políticos ciudadanos, que el actual presidente tenga que compartir protagonismo mediático y diferencia de estilos con los que le precedieron en el cargo? Esta situación es inédita.

Por otra parte, ya que los ex presidentes han aterrizado en el Estado llano, no estaría de más que invirtieran, más allá de la fórmula cosmética de la renovación como recambio de rostros, en la situación interna de sus propios partidos. Para algunos, como Michelle Bachelet, el riesgo es grande porque podría existir una relación inversamente proporcional entre sus niveles de popularidad y la distancia que hacia ellos ha logrado transmitir. Sin embargo, si se tienen pretensiones de reelección, dicha distancia puede tener fecha de vencimiento. Si hacemos caso a Andrés Allamand ¿no son acaso los partidos los que hacen el trabajo plebeyo de conseguir votos?

*Directora Ejecutiva Fundación Chile 21.

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