Por Andrés Gomberoff S.* Junio 18, 2010

Imposible no sentir un escalofrío en la espalda. Hace unos días, la NASA anunció que las últimas observaciones de la nave espacial Cassini y la sonda Huygens eran consistentes con especulaciones sobre posibles formas de vida en Titán, la más grande de las lunas de Saturno. No pasó inadvertido el anuncio. Y el inevitable escalofrío se paseó entonces sobre la piel. Pero, ¿hay vida en Titán?

Desafortunadamente, la ciencia está lejos de haber entregado evidencias como para que aplaudamos la existencia de nuevos amigos en el Sistema Solar. Sin embargo, este hallazgo ha instalado una discusión sobre el significado de la vida extraterrestre y ha dado alguna esperanza de no tener que viajar demasiado lejos a buscarla. Titán tiene un diámetro de poco más de un tercio del de la Tierra y una atmósfera densa y opaca que lo hace ver como una pequeña esfera naranja que orbita al magnífico planeta del anillo. Su característica más llamativa es que es el único lugar de nuestro sistema solar que, además de la Tierra, contiene grandes masas de sustancias líquidas en su superficie. En nuestro planeta se trata de agua. En Titán la temperatura promedio es de -180º C y la presión atmosférica sólo un poco mayor que la terrestre. El agua no puede estar más que en forma de hielo allí. Pero su gélido clima permite la existencia de grandes lagos de metano líquido, la misma sustancia que en nuestra tierra corre por las cañerías de "gas natural".

En los últimos años, varios científicos han sugerido la posibilidad de que existan formas de vida basadas en este líquido en lugar de agua, que es la base de la vida en la Tierra. La idea es que esos seres vivos podrían utilizar el hidrógeno presente en la atmósfera de Titán para extraer energía de otros hidrocarburos como el acetileno, también común en su superficie. El hidrógeno jugaría un rol análogo al del oxígeno en la Tierra, necesario para extraer energía de los alimentos. De existir esta exótica actividad biológica, los investigadores esperaban una disminución en las cantidades de hidrógeno y acetileno en la superficie de Titán. Y esto es exactamente lo que reportan las últimas observaciones de la misión Cassini que orbita Saturno. Pero no hay que pecar de optimistas.

En primer lugar, pueden existir muchas otras razones que expliquen esa merma. En segundo lugar, es posible que las estimaciones originales de estas sustancias hayan estado abultadas. Finalmente, las observaciones son recientes y deben someterse a un análisis crítico por parte de los especialistas. Pero, sea como sea, el problema del origen de la vida sigue siendo uno de los más importantes misterios científicos, y encontrar formas de vida distintas a las que conocemos en la Tierra sería un tremendo aporte en este sentido. También serían noticias espectaculares las de sabernos acompañados en la soledad del universo. De sólo pensarlo, vuelve a sentirse el escalofrío en la espalda.

Lo más probable es que esta imperiosa necesidad de compañía planetaria no sea satisfecha en esta oportunidad. Pero no olvidemos lo que decía el gran físico Philip Morrison: "La probabilidad de éxito es difícil de estimar; pero si nunca buscamos, las posibilidades de éxito son cero". Después de todo, el alma de la ciencia reside en ser escépticos, pero sin dejar de soñar.

*Departamento de Física UC.

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