Por Eduardo Arriagada* Abril 3, 2010

El principal problema que ha tenido el Canal 13 en estos años ha sido su dueño, mi universidad. No pongo en duda la capacidad de la UC para ejercer correctamente la propiedad de un canal de televisión, la historia lo demuestra, pero asumo que en los últimos años se hizo con desprolijidad. Más allá de la crisis que hoy viven los medios masivos, ninguna empresa puede permitirse la cantidad de cambios de directivos que sufrió el canal en los últimos años: se perdieron ejecutivos de lujo que no tuvieron el espacio y el tiempo necesarios para hacer su trabajo.

El nuevo rector, Ignacio Sánchez, ya dijo lo que muchos pensamos en la UC sobre el 13. Quizá habló más de lo conveniente, pero las señales están dadas. Pese a que eligió para la tarea a una persona que sabe poco de medios -alguien que no entiende de cómo lucrar con el rating-, al menos tomó la decisión con rapidez y le devolvió al cargo la autoridad necesaria para que el equipo actual del canal -y también los que se sumen- pueda trabajar en forma eficiente.

El Canal 13 debe demostrar que es posible, en medio de las nuevas condiciones socioculturales y de mercado, desarrollar la televisión de calidad que exige el carácter universitario de su dueño. Y en forma rentable. A lo anterior se suma, como ingrediente clave, el carácter católico del proyecto. En un país con los antecedentes culturales que posee el nuestro, eso es algo que no difiere de lo que espera una parte relevante de la población. Si esto es aplicado por el equipo encabezado por Marcelo von Chrismar, él no seguirá teniendo a "la opinión pública UC" mirando por encima del hombro todas las decisiones, lo que es incompatible con un proyecto exitoso.

Una clave del éxito pasará por entender el difícil momento que vive la industria. Existe una serie de elementos que en un posteo sólo se pueden enunciar: los cambios de la publicidad; la fuerza económica de la televisión pagada; el rol central que tendrá internet en las empresas productoras de contenidos; la apuesta por los dispositivos móviles como soporte; la importancia de convertir a la audiencia en una comunidad de usuarios. El 13 cuenta con profesionales capaces de lidiar con este escenario; de hecho fueron pioneros en la apuesta por internet.

Pero, al final, en los detalles emocionales se juegan los proyectos. Hay una trampa que la universidad -como dueña- quizá no tiene la cintura para superar: parece complicado asumir que el 13 es mucho más que el canal de la UC. La Madrastra, el angelito, Teletrece, Los 80… Existen muchos productos que han convertido al canal en un componente importante para entender qué somos los chilenos. Un activo clave es Don Francisco, personaje central en las comunicaciones chilenas, a pesar de que tiene poco que ver con la UC como institución. Será un desafío construir la identidad también a partir de lo que él y otros activos encarnan. En la televisión se trabaja con el tiempo. Y eso será lo que más necesitará Von Chrismar, tanto de la UC como del canal.

* Periodista y profesor de la Facultad de Comunicaciones de la UC

Relacionados