Por Yoani Sánchez* Abril 9, 2010

Los textos que han aparecido agrupados bajo el título Cuba libre se publicaron en el ciberespacio durante un período de dos años y fueron leídos por una gran comunidad virtual en mi blog Generación Y. Cada frase contenida en ellos fue concebida bajo la imperiosa necesidad del que siente que debe confesar o advertir algo antes que sea demasiado tarde, con la premura de quien tiene poco tiempo para recuperar los años dilapidados bajo el silencio. Ésta es la bitácora de una balsera virtual que ha visto los faros de la utopía apagarse uno a uno, mientras nos rodeaba el mar de las necesidades materiales, los discursos vacíos y la testarudez de los poderosos. Más que a una obra literaria, el lector se asomará al espasmo de una prolongada náusea, a mi terapia personal contra la cobardía.

Ahora que escapan de la pantalla para quedar en las páginas de un libro, mis posts han dejado de ser kilobytes recargando la red para materializarse sobre el papel. Llegarán a manos incluso de aquellos que no suelen navegar desde la pantalla de un ordenador y también tendrán una segunda oportunidad de repasarlos quienes los conocieron en su anterior formato digital. La cálida estructura de carátula y hojas permitirá a mis desencantadas viñetas de la realidad estar a mano de las tachaduras, las anotaciones y las dedicatorias. Daría cualquier cosa por ver si alguien se anima a subrayar una línea, a poner algún signo de interrogación o (¡vaya que vanidad!) uno de exclamación.

Para acumular informaciones generales y estadísticas sobre Cuba lo mejor sería consultar una guía turística, repleta de datos actualizados, o el enjundioso ensayo de un economista, de un politólogo. En mi libro sólo se van a encontrar las cicatrices, las interrogantes que ha ocasionado el vivir en un país que poco se parece al que me prometieron cuando niña.  No faltarán los que afirmen que la publicación de Cuba libre forma parte de "la campaña mediática orquestada por el imperialismo con el propósito de destruir a la revolución cubana". Sin embargo, debo advertir que aquí no están relatados los inquietantes acontecimientos desatados en esta primavera del 2010, que pusieron al descubierto la habitual voluntad represiva de nuestro gobierno y la paulatina pérdida del miedo en los reprimidos. A lo sumo se podrá descubrir en este título una pequeña parte de la basura que durante medio siglo se ha escondido bajo la alfombra y que ahora el viento de la verdad se empeña en dejar al descubierto.

Sólo me queda pedirles a quienes decidan leer estos textos que me disculpen si les destrozo alguna ilusión. Sepan que me encantaría estar equivocada; me gustaría muchísimo despertar un día con la sorpresa de que vivía en el paraíso y no me había dado cuenta. Cada vez que me he sentado frente a un teclado lo he hecho carcomida por las dudas, pero el dolor no engaña. Esto que he contado lo he vivido. Las palabras que pongo a consideración de los lectores se han juntado a partir de la interacción con esa Cuba profunda que muy poco se parece a la mostrada en las vallas políticas y en los anuncios turísticos.

* Bloguera cubana. Creadora del premiado "Generación Y".

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