Por Cristóbal Florenzano* Febrero 27, 2010

La historia de crisis y transformación que atraviesan los medios tradicionales es una historia que, a estas alturas, tiene una trama, una tensión dramática y un desarrollo reconocibles. Partió hace poco más de 10 años con la disrupción del negocio de las casas disqueras. Siguió con el desfondamiento del modelo de negocio de la prensa escrita y el desplome en cámara lenta de su industria. El próximo capítulo de esta novela por entregas, muchos sospechan, va a ser el de las peripecias y contorsiones de la industria televisiva buscando apearse al nuevo mundo de la distribución digital.

Con la excepción quizás de Corea, donde hay un sistema de medios que opera  sobre un ancho de banda torrencial, Inglaterra es el país que se ha embarcado de manera más seria y radical en la reformulación digital de su industria televisiva. A fines del 2007, la BBC inauguró el iPlayer, una plataforma de distribución de sus programas a través del computador. Si sobrevive el largo vía crucis de aprobación regulatoria, a fines de este año la BBC, junto a un consorcio de socios privados, va a inaugurar una nueva plataforma de distribución digital de contenidos, llamada Canvas. Su gracia consiste en permitir el consumo on demand de los contenidos de la televisión abierta inglesa directamente a través del televisor. Los contenidos no se van a distribuir a través del espectro hertziano, sino a través de la banda ancha que se conecta a televisores comunes y corrientes a través de un adaptador especial.

Con independencia de su choreza tecnológica, la masificación de una plataforma de distribución como Canvas representa el comienzo de un cambio importante para la industria de la televisión. La idea básica de Canvas consiste en fundir de manera orgánica la flexibilidad de distribución de internet con la simplicidad de consumo de la televisión tradicional. Las posibilidades que genera esta plataforma híbrida son muchas y difíciles de resumir. Basta con decir, para dar una idea general, que va a abrir la distribución de contenidos televisivos al mundo más amplio, rico y dinámico de los software y aplicaciones que operan sobre internet.

Canvas va a permitir reducir de manera dramática las barreras de entrada a los productores de contenido independientes y generará las condiciones para que se profundice realmente la competencia en el mercado de la televisión abierta. Además de agregar y distribuir los programas de los canales, Canvas va a distribuir contenidos de asociaciones de productores independientes y de otras instituciones interesadas en producir y difundir masivamente contenidos audiovisuales, aunque sea de manera intermitente.

A pesar de toda la innovación y despliegue tecnológico que supone, nadie espera que Canvas cambie la industria de la televisión inglesa de la noche a la mañana. Los hábitos de consumo de medios, como todos los hábitos, cristalizan lentamente en el tiempo y tienden a cambiar a una velocidad parecida a la con que inicialmente se fraguaron. El mercado televisivo tiene además una cierta estructura, que depende del financiamiento publicitario y es relativamente rígida, y tiende por lo mismo a servir de contrapeso a los quiebres y cambios de dirección más bruscos que da la tecnología.

Nadie puede, sin embargo, anticipar con un mínimo de certeza la serie de cambios y transformaciones que van a detonar estas plataformas convergentes en el mediano plazo. Nadie sabe todavía, tampoco la BBC, si plataformas como ésta van a ser la balsa de la medusa que salva a la industria televisiva del desastre estructural en que se han ido sumiendo los otros medios; o si va a resultar justamente lo contrario: un paso en falso hacia el abismo, parecido al que dieron los diarios cuando empezaron a distribuir sus contenidos gratis por internet. Vamos a ser varios mirando lo que pasa con Canvas.

* MA y PhD (c) en Comunicaciones, Universidad de Cambridge

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