Por Alberto Fuguet* Octubre 24, 2009

El sábado pasado me encontré en un pequeño y transpirado local de Ñuñoa para asistir a una vigilia en espera del ansiado e inesperado regreso a Chile del grupo-de-rock-de-culto Faith No More. La razón es básicamente una y tiene que ver con "la teoría". FNM 2.0, liderado por el inquieto y carismático Mike Patton, dará dos conciertos en Santiago: una gala en el Caupolicán y, al día siguiente, el 30 de octubre, un recital más masivo en el Estadio Bicentenario. Las entradas están agotadas y, por el estado anímico de la vigilia, esta segunda venida o The Second Coming ya ha sido considerada "trascendental" y, para algunos analistas, "clave".

Por eso la vigilia, que terminó con la energética presencia del grupo-tributo Please No More (que es una cita "para iniciados" y que se hace cargo del "famoso" titular del diario La Estrella de Valparaíso). Según Andrés Alday, el inteligente y lúcido vocalista de la banda-de-covers, lo que él vio por TV le "voló la mente" y lo transformó en hombre. Alday tenía trece años cuando, junto a su familia, mirando televisión, vio a Faith No More aparecer en el horario prime enla Quinta y, argumenta, ni él ni el país volvieron a ser los mismos. "Fue más potente que mi primera eyaculación", dice, "con la diferencia que no estaba esperando a FNM". Patton escupió agua, le agarró el trasero a Vodanovic y se rió de todos: el pasado de un país sometido, kitsch y provinciano se juntó, por instantes, con un futuro más cosmopolita e irreverente que claramente nada tenía que ver con ese presente de 1991.

Eso es, básicamente, "la teoría" o, como dicen algunos, el mito. Para muchos fans, y analistas de la cultura pop local, esa noche en Viña algo sucedió y algo se quebró. Lo que se trizó fue el Festival "a lo Pinochet", una semana de música empaquetada para "toda la familia". Faith No More no es para toda la familia; y Mike Patton, ni su voz, ni su forma de ver el mundo es para las madres que, en ese momento, no querían tener hijos como Patton, el cual terminó alienando a la platea, dedicándole su tema más hardcore a Myriam Hernández y vistiéndose como un escolar en ácido. El público presente quedó asqueado y huyó; la prensa reaccionó con furia; la oposición insistía que "esto es el arte de la Concertación", mientras que miles de jóvenes criados en dictadura veían que, por fin, algo nuevo "sucedía en democracia" (ese festival fue el primero de la transición).

Los organizadores rápidamente intentaron lavarse las manos y explicar que todo fue un error y que no tenían suficiente información acerca de este grupo de San Francisco que, por esos días, era portada de Spin. FNM pasó a ser Please No More y, en el mito, "el peor grupo que jamás haya tocado en Viña". Todo fue un error, sí, o quizás, como dice la teoría, fue planeado. Sea lo que sea, muchos insisten en que la dictadura no terminó el 11 de marzo del 90 sino el 5 de febrero de 1991, cuando Patton apareció con peinado mohicano y tocó From Out of Nowhere. Literalmente.

Nada, dicen, fue lo mismo. Puede ser. Quién sabe. Es una teoría.

* Periodista, escritor y cineasta.

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