Por Pablo Allard Octubre 24, 2009

Los brotes verdes de la reactivación económica global están emergiendo con fuerza, en gran parte abonados por la promoción e implementación creciente -por parte de los gobiernos nacionales- de obras de infraestructura basadas en la colaboración público/privada, siguiendo el modelo de concesiones. Si bien muchos culpan al mercado de la crisis, parafraseando el libro póstumo de Edgardo Boeninger: la capacidad de ejecución del Estado necesita con fuerza al sector privado dadas sus ventajas en cuanto a gestión e innovación.

En este sentido, el futuro de la industria de las concesiones en Chile es crítico, y requiere de una revisión y nuevo trato entre los actores que asegure que podamos capitalizar las oportunidades que se presentan hoy y aprender las lecciones del pasado. Hoy las concesiones dejaron de limitarse a autopistas, aeropuertos o servicios sanitarios. Las llamadas concesiones de segunda generación, como las cárceles, pese a su tortuosa vida, han comenzado a rendir frutos, con una calidad de vida para los presos que augura una rehabilitación y reinserción hasta la fecha impensables sin las concesiones.

A estas alturas nos enfrentamos a concesiones de tercera generación, destinadas a cubrir demandas ciudadanas mucho más sofisticadas y complejas, tales como equipamiento deportivo, ferrocarriles de cercanía, plantas de desalinización de aguas, hospitales y edificación pública. Incluso si somos tan atrevidos como Alemania e Inglaterra, podríamos llegar a concesionar infraestructura educacional de calidad.

¿Cómo nos estamos preparando para estos desafíos? Las concesiones ya dejaron de ser un simple mecanismo para construir, operar y transferir grandes obras públicas. Hemos transitado de la mera provisión de infraestructura a una industria de servicios de gran escala, donde el ciudadano está al centro del sistema y exige cada vez estándares más altos.

En este contexto llama la atención el reciente debate sostenido entre los economistas Eduardo Engel y Felipe Morandé sobre las propuestas de los candidatos Frei y Piñera respecto del futuro de la industria en nuestro país. Ahí se plantean dudas y acusaciones cruzadas. Una industria tan relevante para Chile, en cuanto a la reactivación, competitividad y calidad de vida amerita un debate elevado y objetivo. Parte de esta discusión se realizará el próximo miércoles en el Centro de Extensión de la UC, en un seminario donde todos los actores claves se reunirán a pensar el futuro y escuchar las propuestas de los cuatro candidatos. Si no pueden ir, les cuento en un próximo posteo cómo se viene la cosa.

* Arquitecto urbanista.

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