Por Cony Stipicic* Agosto 15, 2009

Esto es personal. Así que nadie piense que estoy dictando cátedra ni mucho menos que ninguneo una opción respecto de la otra. Supongo que en el espíritu de las redes sociales está hacerse cargo del desempeño individual de los usuarios. A mí me gusta la horizontalidad, la instantaneidad, el debate, la privacidad y  -para romper las cacofonías- el tiempo real. Por  eso prefiero Twitter a Facebook.

@huasonic escribía en su blog que gracias a Twitter aprendimos a enterarnos primero de las cosas que pasan, como ocurrió con la muerte de Michael Jackson. Yo le sumaría: y aprendimos a compartir reacciones, juicios y prejuicios, datos, a expresarnos entre pares y nos abrimos a que, por ejemplo, un arquitecto "invada" territorio que, por deformación, los periodistas tradicionalmente hemos considerado sólo nuestro.

Las dos son redes sociales donde coexisten grupos con algo en común. Pero mientras Facebook busca ser una plataforma para interrelacionarse con otros desde una perspectiva, si se quiere, más social, Twitter opera como comunidad de intereses, a través de un versátil mensaje de 140 caracteres que te instala frente al resto con una acción, recomendación u opinión que puede llegar a tener mucho valor periodístico. Digo periodístico, no necesariamente noticioso.

 Twitter tiene otra particularidad que a mí me acomoda: la aceptación del otro no es lineal o pareja. Puedo tener muchos seguidores pero sólo seguir a uno, como José Piñera lo hace con Obama. En Facebook tengo amigos si soy amigo de otros. Si un político quería ser mi amigo, al decirle que sí podía aparecer "adhiriendo" a su causa. En Twitter eso no pasa. Al contrario. Si decido seguirlo, me siento con libertad de desafiarlo desde la horizontalidad que el medio me permite. Puedo optar por no ser su follower, pero interactuar igual con él y contestarle cuando me mencione. Libertad libre.

Claro, otra cosa es que responda. Porque si Twitter enseña algo es que política y web 2.0 es una relación en pañales en Chile, por más que muchos intenten instalarse como los Obama chilensis. Cuando los candidatos -al margen de contadas excepciones- aprovechen los 140 caracteres para colocar algo distinto de su agenda del día, podríamos empezar a conversar.

*Periodista. Es directora de radio Duna

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