Por Arturo Arriagada, sociólogo, académico UDP Julio 15, 2015

La masificación de internet y las redes sociales online ha dado como resultado el surgimiento de nuevos líderes de opinión, que son actores clave a la hora de generar valor en torno a bienes y servicios. Son consumidores que opinan y difunden en sus redes sociales las características y cualidades de nuevos y viejos productos. En el caso de la industria de la moda, las fashion bloggers son un buen ejemplo de una tendencia instalada con fuerza en distintos mercados.

El New York Times acaba de lanzar el especial “Intersection”, una serie de entrevistas con “influenciadores” de la moda en distintos países de América Latina. En Santiago, la entrevistada es Valentina Ríos, diseñadora gráfica y creadora del blog de moda Le Freak C’est Chic, un sitio donde habla de las últimas tendencias de la moda, se saca fotos con distintas tenidas (ella misma es la modelo) que luego sube a su sitio, las comparte en Instagram, Facebook y Twitter. Así como Ríos, existen alrededor de 70 blogs de moda en el país, creados principalmente por mujeres –sí, el género sigue siendo una cuestión relevante en este asunto– que armaron en sus computadores sitios que hoy las tienen convertidas en una voz importante sobre las últimas tendencias a nivel local y global. ¿Por qué?

Los creadores de estos sitios responden a una transformación que ha facilitado el desarrollo tecnológico. Por un lado, las distinciones entre productores y consumidores son cada vez más borrosas. ¿Quién es el creador de una tenida, el diseñador o la persona que la compra, se la pone y se saca una foto para compartirla en sus redes sociales? Por otro, al compartir opiniones y reseñas de marcas de ropa, así como de las tendencias de la moda, ellas se convierten en actores relevantes que les dan dinamismo a las economías de consumo, generando demanda en torno a esos bienes, y añadiendo valor a la ropa que comentan destacando sus cualidades.

Ahora bien, no todo es resultado de la tecnología. Tener miles de seguidores en las redes sociales permite plasmar y compartir opiniones, imágenes y todo lo que tiene que ver con las tendencias locales y globales al instante; pero también el gusto es fundamental. Y ahí las fashion bloggers con sus prácticas logran formar el gusto de sus seguidores a través de sus plataformas digitales. Esto ha llamado la atención de marcas como Zara, H&M o TopShop, las que no conciben lanzar sus nuevas colecciones sin incorporar en sus cadenas de valor a las fashion bloggers. Esto se traduce en invitaciones a eventos, auspicios en sus sitios, envío de ropa para que sea reseñada en los blogs, entre otras prácticas. Las fashion bloggers son una especie de fuerza de venta cuya gracia está en ser las consumidoras ideales de los productos que ofrecen estas marcas, llevándolas de manera directa a sus nichos de seguidores a través de las redes sociales. Todo basado en una comunicación directa, horizontal y fundada en la experiencia con el producto.

También tienen un rol democratizador en la difusión de lo que es considerado como “lo que está de moda”. Sus habilidades para navegar en el mar de información disponible en internet, apropiarse de las últimas tendencias globales de la moda y luego hacerlas circular a través de sus sitios las ha llevado a tener una posición de poder cada vez mayor en la industria de la moda. Les han quitado poder a intermediarios clave entre la producción y el consumo, como pueden ser las revistas de moda.  De La moda al día con Beatriz Vicencio pasamos a la moda en tiempo real con las fashion bloggers.  Lo mismo ocurre en otros mercados de la industria cultural,  como el diseño, la música, el cine y la literatura. Son los nuevos intermediarios entre la producción y el consumo, los influenciadores en la era digital.

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