Durante los últimos tres meses, el trabajo del ex director del Servicio de Impuesto Internos, Michel Jorratt, estuvo bajo cuestiomiento. Para algunos, su servicio cambió erróneamente su criterio al iniciar acciones penales contra empresas que han financiado la política de manera irregular. Para otros, tuvo una actitud vacilante y dilatoria frente a los casos que podían afectar a autoridades, especialmente cuando eran de su propio sector político.

En este tiempo, desde que el caso Penta lo transformó en un actor clave, también se le acusó de comportamientos erráticos: al decir que no perseguiría a políticos; al abrir una ventana para que empresas se autodenunciaran ante la institución a cambio de no ir a la justicia, al inhabilitarse para ver los temas de Giorgio Martelli y su empresa, etc. A esas alturas, Jorratt sólo se mantenía a flote en medio de una tormenta que cada día crecía en intensidad. Más aún cuando se reveló que él mismo había realizado trabajos para la empresa de Martelli.

Esta semana finalmente el barco se hundió. No daba para más. El reciente asumido ministro de Hacienda Rodrigo Valdés lo destituyó “para cautelar la institución”. En esta entrevista, realizada al día siguiente que dejó su oficina, Jorratt da cuenta del proceso que vivió. Y aprovecha también de fijar su verdad.

José Luis Santa María O.
Director
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