Por José Luis Santa María, director. Marzo 26, 2015

No es primera vez que una decisión de la Iglesia católica genera controversia en parte de su propia comunidad. Pero lo sucedido a partir del nombramiento de Juan Barros, como obispo de Osorno, ha dado lugar a una movilización inédita para esta institución: sacerdotes, congregaciones y comunidades de laicos han salido públicamente a rechazarlo.

Más allá de las particularidades del caso, este fenómeno da cuenta de que las personas que componen las instituciones -por jerárquicas y basadas en la obediencia que sean- no están ajenas a las dinámicas de la ciudadanía en general: desconfianza en las autoridades, una demanda de participación en las decisiones que afectan y una nueva capacidad de organizar protestas en torno a una causa.

José Luis Santa María O.
Director
jsantamaria@quepasa.cl

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