Por Francisco Aravena, Editor general Febrero 26, 2015

Cuando el lunes siguiente a la revelación del crédito concedido por el Banco de Chile a Caval, en el Palacio de La Moneda salieron a hablar con naturalidad de un “negocio entre privados”, parecía que en el gobierno tenían perfectamente claro cómo enfrentar el tema, y cómo cerrarlo. Cuando unos días después tuvieron que empezar a cambiar de estrategia, en esa tensa semana que terminó con la lectura de un comunicado de renuncia tan carente de elocuencia como generoso en soberbia, quedó claro que una cosa es dar un tema por cerrado y otra es que el tema cierre.

Algo similar ha ocurrido en la otra parte del negocio: el banco que concedió el crédito. El cuestionamiento al encuentro del vicepresidente Andrónico Luksic con el hijo y la nuera de la entonces inminente próxima mandataria, parecía destinado a extinguirse ahí, en una reunión imprudente. Pero a medida que el caso crece, las preguntas al interior de la institución también se extienden. Especialmente tras la carta de Luksic a los empleados del banco, reconociendo a título personal un mal proceder y pidiendo disculpas. En la práctica, el mensaje tendió un puente directo hacia el banco, por donde el “asunto entre privados” avanzó a paso firme y se instaló en las oficinas de la casa matriz.

Todo en horario de atención al público general.

Francisco Aravena F.
Editor general
francisco.aravena@quepasa.cl

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