Por Francisco Sagredo Febrero 26, 2015

Cobresal, San Marcos de Arica y Unión la Calera. Tres equipos de regiones. Tres instituciones que jamás han obtenido un título de primera división y que cuentan con algunos de los planteles más baratos del fútbol chileno.

Un trío de clubes  a los que, a priori, antes de comenzar el Clausura 2015, los pronósticos ubicaban en el grupo que lucharía por zafar del descenso.

Sin embargo hoy, cuando ya se han jugado ocho partidos y el campeonato está por completar la mitad de sus 17 fechas, los que mandan en la tabla son precisamente ellos: el puntero Cobresal y los sub líderes San Marcos y Unión la Calera.

¿Crisis de los grandes o salto competitivo de los chicos? Un poco de ambas cosas.

El análisis más crítico invita a creer que el fenómeno es un indicador negativo. Se estaría “nivelando para abajo” debido al irregular desempeño de los tres grandes tradicionales (UC, Universidad de Chile y Colo Colo) y a las pobres campañas que algunos han peleado arriba en los últimos años (Santiago Wanderers, Palestino, O’Higgins y Unión Española).

Pero más allá de los aspectos cualitativos hay un dato duro que también explica lo que hoy se ve en la cima de la tabla: desde que se adoptó el sistema de torneos cortos semestrales en el año 2002, en la pelea por el título siempre aparece algún “tapado” que no estaba en los pronósticos.

El tema es que este año no son una o dos las sorpresas, sino que tres y hasta cuatro, incluso, si se considera a la Universidad de Concepción que fue líder en las primeras cinco fechas y hoy marcha en la cuarta ubicación.

El registro muestra que con campeonatos de sólo 17 jornadas una racha de cuatro o cinco triunfos significa instalarse en la lucha por el liderato, una situación impensada en los torneos de dos ruedas que terminan premiando la regularidad en el tiempo y la riqueza de un plantel capaz de afrontar una larga temporada.

Hoy estamos viviendo un hecho inédito. Nunca en nuestra historia profesional, a esta altura de un campeonato, el fútbol chileno había tenido en los tres primeros lugares de la clasificación a tres equipos sin estrellas en su palmarés.

Cobresal, San Marcos y Unión la Calera jamás han festejado un título y ahora, para incredulidad de muchos, comienzan a ilusionarse con algo grande a pesar de que su principal objetivo sigue siendo mantenerse lejos del descenso o aspirar a un cupo en las copas Sudamericana o Libertadores llegando a la liguilla.

Lo del equipo de El Salvador es para no creerlo. Los dirigidos de Dalcio Giovagnoli lideran la tabla en solitario con un extraordinario 70,8% de rendimiento y cuentan con el paraguayo Ever Cantero como máxima figura y goleador del torneo.

Competidor habitual en liguillas de promoción, hoy Cobresal es el rival a vencer y sueña con aguantar en la cima para celebrar en su estadio El Cobre, un recinto con capacidad para 20 mil espectadores, el doble de la población del campamento minero.

Lo de San Marcos de Arica y Unión La Calera también sorprende. Ambos sub líderes vienen de tibias campañas durante el 2014 y no cuentan con grandes figuras en sus plantillas.

San Marcos, cuadro enredado con la tabla de promedios, apostó por Fernando Vergara en la banca, un técnico que venía de sucesivos pasos sin pena ni gloria por Cobreloa, Deportes Iquique, Deportes Temuco, Deportes La Serena y Huachipato. Hoy los ariqueños son los únicos invictos del torneo, cimentando la gran campaña en su 100% de efectividad jugando fuera de casa: cuatro triunfos en cuatro partidos.

Los caleranos, en tanto, de la mano de su ex jugador Ariel Pereyra, disfrutan de sus 16 puntos mirando de reojo la tabla de coeficiente del descenso, en la que marchan en la décimo tercera posición, es decir, sólo tres lugares sobre el retroceso a la B.

Las apuestas apuntan a que el “dominio de los más débiles” debería apagarse y que los hoy líderes terminarán desinflándose debido a la menor jerarquía de sus planteles. Pero las jornadas avanzan y en estas primeras ocho fechas, ni Colo Colo, ni Universidad Católica, ni Universidad de Chile han logrado arrebatarles la punta.

De esos tres grandes sólo la UC (tercera a dos puntos del líder) y el Cacique (sexto a tres unidades) tienen opciones de meterse en la pelea.

Los albos no empezaron bien la temporada sumando apenas un punto en las primeras tres fechas. Pero hoy el equipo de Héctor Tapia ha recuperado su nivel competitivo y se reinstaló en la lucha por los primeros lugares, esperando agazapado cualquier tropiezo de los líderes.

En San Carlos de Apoquindo parecen todos entusiasmados con la dinámica y cambio de actitud que ha mostrado el equipo tras la llegada de Mario Salas a la banca. Los cruzados están ahí, cerca de la punta, pero aún son un equipo en formación que debe asimilar la nueva mano futbolística de su técnico.

La U, en cambio, ya quedó afuera de toda discusión.  Décimo tercera, a nueve puntos de Cobresal, ha tenido un inicio de año para el olvido debido a varios factores: la seguidilla de lesiones, los problemas de salud de su DT, Martín Lasarte, la baja individual en el rendimiento de varias figuras tras la obtención del último título y la austera política de contrataciones. Todos hechos de la causa que tienen al equipo azul muy lejos de los abrazos con que terminaron el 2014.

Su timonel Carlos Heller y Lasarte intentarán salvar el semestre con la Copa Libertadores. De seguir torcidas las cosas serán ellos quienes deberán asumir las responsabilidades del fracaso y con el mismo entusiasmo que mostraron al momento de sacarle brillo al título conseguido en diciembre.

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