Por Febrero 26, 2015

No resulta una sorpresa que la gala anual de entrega de los Oscar se aproveche para llamar la atención, en un entorno glamoroso, acerca de las más diversas causas. La ceremonia de este año será recordada por la proclama de Patricia Arquette, quien recibió el premio como mejor actriz de reparto en Boyhood, acerca de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Otras actrices habían hecho guiños a la igualdad de género. Se trata de un tema frente al que el propio presidente Obama no ha sido indiferente. Hace menos de un año firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a enfrentarla. Aunque Hollywood, donde una actriz llega a ganar la mitad que un actor, debiera sentirse interpelado, su discurso tuvo repercusiones globales, acentuando, además, que ser madre constituye un “impuesto adicional” para las mujeres.  En Estados Unidos, si bien ganan 82 centavos por cada dólar que ganan los hombres, las que no tienen hijos experimentan menos diferencia salarial.

Dicho discurso se escuchó en Chile en un momento especial. La realización de un evento que congrega a mujeres líderes del planeta para acelerar la implementación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, coincide con la noticia del aumento de la brecha salarial en un 25%, en base a la Casen 2013. Si una mujer vive en regiones como Antofagasta, donde escala al 50%, o tiene mayor nivel educacional, el castigo es mayor. A nivel internacional, aunque Chile subió 25 lugares en el ranking de igualdad de género del WEF, llegando a 66 entre 142 países, solamente en igualdad salarial desciende al lugar 128. Las consecuencias son varias. Desde que las jubilaciones de las mujeres serán un 33% más bajas hasta, en combinación con factores culturales, desalentar la corresponsabilidad entre padres y madres a la hora de tomar el postnatal. Dadas las bajas remuneraciones de las mujeres, se está optando por “proteger” el empleo del padre. Si bien contamos con la llamada Ley de Igualdad Salarial, que busca establecer el principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres, esta no ha resultado eficaz. Las razones son variadas y van desde que la responsabilidad recae en la trabajadora en forma individual, hasta por la constatación de que, si bien la transparencia es un valor en alza, no alcanza todavía al ámbito de las políticas salariales. ¿Cómo puede denunciar una mujer que desconoce el sueldo que gana un par hombre, a igual función? Michelle Bachelet se ha propuesto revisar la ley que promulgó durante su anterior mandato. Junto con haber instalado una mesa de trabajo que reúne a entidades como Hacienda, Sernam, OIT, CUT y CPC, se encuentra analizando la experiencia comparada (donde destacan Canadá, Suiza, Francia y Suecia) y acogiendo denuncias sobre su inaplicabilidad. La idea es incorporar mecanismos que permitan estimar el aporte de trabajos diferentes pero con igual valor. Adicionalmente, la reforma laboral que viene incorpora un componente de equidad de género. Entre otros aspectos, garantiza la integración de las trabajadoras en las comisiones que negocien el contrato colectivo y faculta a los sindicatos para solicitar a la empresa información general sobre igualdad de remuneraciones.

Sin embargo, las disparidades denunciadas en los Oscar 2015 no terminan acá. Women’s Media Center denunció que dentro de 19 categorías de no actuación, fueron 149 los hombres nominados y 35 las mujeres; que había siete categorías de dicho premio sin nominación femenina y que, desde 2012, solamente un 19% de todas las nominaciones de no actuación habían recaído en mujeres.

Pasa en las películas, pasa en la vida real.

Relacionados