Por Valeria Bastías G. Febrero 12, 2015

La llegada de la muerte y junto a ella, la impresión de haber perdido la oportunidad de conocer a fondo una historia que representaba muchas otras. Eso sintió el periodista español Carlos Hernández en 1992 cuando murió su tío Antonio Hernández, un sobreviviente del campo de concentración nazi Mauthausen, con quien en escasas ocasiones pudo hablar del tema debido a lo reservado que era y a la condición de exiliado que nunca le permitió volver a España. Hoy, Hernández lidera un proyecto que trajo de vuelta la memoria de su tío y de los más de 9.000 españoles que pasaron, en promedio, cuatro años y medio como prisioneros,  y de los cuales unos 5.500 no resistieron las torturas o fueron directamente asesinados.

“Me encuentro en el campo de prisioneros de guerra de Trier, Alemania. Somos unos 700 españoles. Los nazis nos mantienen separados del resto”. Fue el primer tuit de la cuenta @deportado4443, el 21 de  enero pasado, y que dio inicio a un relato en primera persona de lo que se vive al interior de un lugar que parece el infierno en la Tierra. El nombre de la cuenta corresponde al número que le asignaron a Antonio Hernández al ingresar, el 25 de enero de 1940, tres días después de ese primer tuit y tras un tormentoso viaje en tren que también fue narrado, a uno de los mayores campos de concentración nazi situado en Austria.  Desde entonces, Antonio Hernández describe a diario en 140 caracteres cómo van sobreviviendo él y sus compañeros. O cómo van muriendo.

“Mi objetivo inicial era hacer algo para mí y mi familia, pero me metí mucho en el tema de la deportación española y decidí hacer un proyecto con varias patas para recuperar la voz de las víctimas y ponerlas en el sitio que les corresponde”, relata  Hernández.

La cuenta es parte de un proyecto que el periodista comenzó hace un año y medio atrás, investigando primero la vida de su tío y luego la del resto de los españoles, consiguiendo entrevistar en ese período a 18 deportados -Hernández supo que hace poco fallecieron dos de ellos-, y buceando en decenas de archivos de España, Francia, Austria, Alemania y Polonia. El resultado fue plasmado en el libro Los últimos españoles de Mauthausen (Ediciones B), luego en el sitio www.deportados.es, en donde hay videos con los testimonios, fotos y documentos, y finalmente, en la cuenta de Twitter. “Ahora que estoy presentando el libro por toda España me di cuenta de que la gente no sabe que hubo españoles en los campos de concentración nazi. Realmente, ellos son los grandes olvidados”, dice Hernández.

Tras el fin de la Guerra Civil, medio millón de españoles opositores al régimen franquista huyeron a Francia, donde no fueron bien recibidos. Allá, un grupo de hombres, se unió al ejército francés y luego fue capturado por las tropas nazis cuando éstas invadieron el país. Fueron los primeros en llegar al campo de concentración. Más tarde y paulatinamente, cayeron los españoles más subversivos, aquellos que se habían unido a la guerrilla francesa para luchar clandestinamente contra los nazistas. Hernández afirma en su libro que los españoles capturados terminaron en los campos tras un pacto entre Franco y Hitler debido a que el dictador español, quien fue aliado del alemán durante el inicio de la II Guerra Mundial, había decidido quitarles la nacionalidad por considerarlos sus enemigos.

 Al llegar a Mauthausen, les entregaban un traje a rayas con un triángulo azul que significaba apátridos. Con eso, los distinguían de las estrellas de David de los judíos o de los triángulos rosa de los homosexuales. Curiosamente, y en un afán de los germanos por mantener la organización, al triángulo azul le añadieron una S al interior. Terminaron siendo los  españoles sin patria.

No ha pasado ni un mes desde el primer tuit y la cuenta @deportado4443 ya tiene más de 36.500 seguidores. No hay ningún mensaje inventado; todo está basado meticulosamente en lo que realmente vivieron los españoles ahí. Pero más allá de los números, lo que ha impresionado a Hernández han sido los comentarios  y la forma en la que los seguidores interactúan con Antonio Hernández. Por las características del perfil, no contesta ningún DM porque significaría iniciar una dinámica diferente, pero Hernández lee cada mensaje de aliento dirigido a su tío. “He llegado a llorar con algunos comentarios. La sensibilidad que la gente está transmitiendo es emocionante y  a mí, en cierto modo, me ha reconciliado casi con la vida”.

 El relato en Twitter durará hasta el  5 de mayo, fecha en que se cumplen 70 años de la liberación de los prisioneros de Mauthausen tras la llegada de las tropas norteamericanas. Hasta ese día, Hernández relatará y resumirá lo vivido por su tío y los otros españoles durante los  cuatro  años y medio que padecieron torturas, trabajos forzosos, hambre y las múltiples humillaciones que ya han sido reveladas.

“Somos una anomalía democrática dentro de Europa, y este año, como se cumplen 70 años del fin de la Guerra y 40 desde que murió Franco, al menos yo voy a intentar que se les saque del olvido. Las víctimas lo merecen. Y los sobrevivientes  merecen un reconocimiento.  Ellos no han demostrado ni el más mínimo rencor, pero sí recalcan  algo muy importante y en lo que todos  insisten: no olvidar. No olvidar, para que no se repita nunca más”.

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