Por Santiago Rosero, desde París Febrero 12, 2015

Dos pasajes de la vida temprana de Jeff Koons ilustran con elocuencia lo que sería su recorrido como artista. A los doce años se dedicó a hacer copias de obras maestras de la pintura para que su padre las vendiera en su tienda de muebles. Más tarde, para financiar su arte, trabajó como intermediario de mercancías en Wall Street. Reproducción y mercantilismo se volverían marcas de su fábrica. 

En el Centro Georges Pompidou, de París, se presenta actualmente la más completa retrospectiva de su obra que se haya mostrado en Europa. Al tratarse de él, la sala de museo se percibe como una tienda de departamentos en un mall de lujo.

Las series Pre-New, Popeye y Hulk Elvis podrían encontrarse en la sección Juguetes. Aunque corresponden a periodos distintos, todas celebran la cultura popular a través del uso o la reproducción (acero inoxidable, aluminio) de figuras inflables asumidas como íconos (muñecos, flores, boyas). Koons junta estética pop y minimalismo y antepone como un valor artístico la capacidad de reproducir al detalle.

Luego está la sección Electrodomésticos. La serie The New constituye un salto cualitativo si se acepta que una colección de aspiradoras de marca Hoover guardadas en vitrinas de plexiglás alcanzan para echar una mirada sobre la obsesión de la sociedad estadounidense por consumir productos nuevos. Koons había decidido perpetuar la idea del readymade de Marcel Duchamp, y lo hizo con literal osadía.

La sección Deportes equivale a la serie Equilibrium, que incluye la asombrosa instalación donde un balón de básquetbol parece flotar en el espacio que contiene un cajón de vidrio. El artista juega con el argumento de ascensión de clase que ofrece el marketing del deporte profesional.

Luxury and Degradation corresponde a la sección Licores. Koons toma publicidades de alcohol y las recrea en lienzo, y toma objetos de coctelería y los reproduce en acero inoxidable, queriendo en ambos casos eliminarles su aura elitista, pero el resultado son piezas con un bling bling aún más pomposo.

Las series Banality y Celebration podrían corresponder a la sección Adornos para el hogar. En ellas se encuentran varias de las piezas más famosas y más costosas del artista: Michael Jackson and Bubbles, escultura en cerámica, 5.6 millones de dólares. Balloon dog (versión naranja), escultura en acero inoxidable con lustre cromado, 58.4 millones de dólares, la más cara vendida en una subasta por un artista vivo. Por el desprejuiciado placer de hacerlo, Koons celebra la banalidad de objetos y juguetes de la imaginería y la religiosidad popular. Lo hace, además, con el cinismo de la monumentalidad, y logra que el arte parezca reducido a un asunto de perfección técnica.  

La serie Made in Heaven corresponde a una hipotética sección Adultos. En fotografías a gran escala y esculturas de pequeño formato (mármol y vidrio), Koons se pone en escena en posiciones sexuales explícitas con Ilona Staller, alias “Cicciolina”. La serie evoca una intimidad sin reservas y explota el universo estético de la actriz porno. Koons y la Cicciolina se casaron en 1991 y se divorciaron en 1994.

La serie Gazing Ball sería una subsección especializada en exteriores de Adornos para el hogar. El mismo Koons resalta en este, su más reciente trabajo, el valor ornamental de las obras de arte. Vuelve a ser radicalmente literal. Para juntar arte clásico con elementos pop contemporáneos reproduce esculturas de siglos pasados (Ariana dormida, Hércules Farnesio) y les junta una esfera cromada (gazing ball) típica como adorno de jardines en Estados Unidos y Europa. Así como ocurriría en el mall, al llegar a esta zona del museo, el interés y la gracia decaen.

Dos mujeres que visitaban la exposición de París comentaron:

-No entiendo cómo alguien que mete una aspiradora en una vitrina está entre los artistas más ricos del mundo.

-Supongo que hay que tener la idea y hacerlo.

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