Por Octubre 30, 2014

El próximo martes 4 de noviembre los estadounidenses votarán para renovar los 435 escaños de su cámara de representantes y 33 de los 100 escaños del Senado. Sobre estas elecciones, los expertos proyectan una victoria de los republicanos, quienes le quitarían la mayoría en el Senado a los demócratas, dificultando las reformas de los últimos 2 años de la presidencia de Barack Obama y abriendo las puertas a una competitiva elección presidencial para el 2016.

Pero un punto que aún no ha sido explorado en su totalidad, especialmente por los republicanos, es el potencial de votación de los migrantes y minorías en Estados Unidos. Según los datos del US Census Bureau, en la última elección presidencial, la suma de los votantes asiáticos, hispanos y negros representaba casi un 25% del total de 132,9 millones de votos, y a su vez, disminuían 2 millones de votos emitidos por blancos -no hispánicos-. Esto confirma la tendencia de que las minorías cada vez cobran mayor importancia: fueron fundamentales para la reelección de Obama el año 2012, donde sólo un 39% de los blancos votaron por él, pero un 93% de los negros, 71% de los hispanos y 73% de los asiáticos prefirieron al candidato demócrata.

Ahora bien, en una charla en el Instituto de Política de la Universidad de Chicago, el senador demócrata por Illinois, Dick Durbin -quien se espera que obtenga una cómoda reelección-, fue consultado sobre las reformas migratorias, una promesa de Obama. Sin embargo, Durbin, quien integra el comité en el Senado que ve el tema,aseguró que la actual propuesta no sería aprobada antes de las elecciones, ni tampoco después de ella.  Su explicación principal fue que no existía apoyo suficiente de los republicanos para impulsar una reforma tan grande, pero que tampoco se vislumbra como una prioridad para los demócratas. Para relajar el ambiente, dijo que se alegraba que los republicanos no priorizaran el tema de las migraciones, ya que les entregaba una ventaja comparativa en un grupo demográfico creciente.

Este tema es de vital importancia para el desarrollo del futuro de las elecciones en Estados Unidos. Los migrantes y minorías tienden a ser votantes bastante fidelizados por los demócratas, y los republicanos los asumen como costo hundido en las diferentes elecciones. Actualmente no existe una estrategia pro-oportunidades hacia los migrantes, ya que ambos partidos siguen observando las migraciones desde un punto de vista netamente asistencialista. Es por ello que, según varios analistas, el principal desafío para los republicanos en las próximas elecciones es lograr articular un discurso atractivo para los migrantes y votantes hispanos, negros y asiáticos, y para los demócratas, conseguir candidatos que empaticen con los ya mencionados.

En Chile tampoco ha existido una preocupación sobre el potencial de los votantes migrantes, los cuales ya poseen derecho a voto. Al igual que en Estados Unidos, los partidos y movimientos políticos, especialmente los de centroderecha, deben tener claridad en que si la discusión se basa en el asistencialismo, o en ampliar el estado de bienestar -que muchas veces termina poniendo barreras a la migración, como se puede apreciar en algunos países de Europa- es probable que sea cooptado por movimientos igualitarios. Un enfoque basado en la justicia, la igualdad de oportunidades y en destacar lo positivo de la migración, tanto en el acceso al mercado laboral como al cultural, social y económico, permitiría replantear las fidelizaciones políticas que se han generado en otros países. Hay que entender que los migrantes no sólo son grandes emprendedores y fundamentales para el futuro de nuestro país, tanto demográficamente, como económica, social y culturalmente, sino que más temprano que tarde, también lo serán electoralmente.

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