Que a menos de 48 horas de ocurrido el atentado explosivo en el SubCentro de la estación del metro Escuela Militar, que dejó a 14 personas heridas, el gobierno y las policías hayan presentado sendas propuestas para mejorar la investigación y la persecución de los delitos terroristas, plantea dos alternativas: o nuestras autoridades están dotadas de una capacidad de reacción de asombrosa rapidez, o el diagnóstico sobre sus falencias y necesidades tiene una data bastante más larga que un par de días. Todo indica que la alternativa correcta es la segunda.
Aunque indudablemente el atentado del lunes pasado marca un hito en cuanto a la escalada de violencia que supone afectar directamente a la población civil, en muchos sentidos no se trata de un hecho completamente nuevo. Desde hace casi 10 años hay atentados con explosivos, los que hasta esta semana habían sido en lugares con nulo o escaso tránsito de personas. Para muchos, sólo se trataba de delitos contra la propiedad y no terroristas.
Para lograr un acuerdo casi transversal en llamar por su nombre al terrorismo debió ocurrir una desgracia como la del lunes pasado. Es de esperar que no necesitemos otra para que los anuncios no queden en simples declaraciones.
José Luis Santa María O.
Director
jsantamaria@quepasa.cl