Por Junio 26, 2014

Los seres humanos nos diferenciamos de los demás primates en varios aspectos, pero sin duda el más distintivo es el enorme tamaño del cerebro en comparación con el tamaño del cuerpo. Considerando la relación lineal entre el tamaño y el número de neuronas, en el cerebro humano hay aproximadamente tres veces más neuronas que en el de los gorilas. Este aspecto de nuestra evolución es conocido como encefalización, y ha sido clave durante la historia de la rama homo de los primates.

Durante mucho tiempo se ha especulado sobre qué llevó al aumento del tamaño del cerebro y de la cantidad de neuronas durante nuestra evolución. En los últimos años se han obtenido evidencias que sugieren que existen al menos dos elementos muy importantes: la duplicación de un gen clave para la migración neuronal y un cambio radical en la dieta.

Hace unos 2,4 millones de años apareció el homo habilis, el primer primate de la rama homo que, además de ser completamente bípedo, usaba herramientas.

Estos primeros destellos de raciocinio están asociados a la duplicación de un gen llamado SRGAP2A. Durante nuestra historia evolutiva, este gen ha sido duplicado 3 veces y es parte del grupo de 23 genes que está duplicado en humanos pero no en otros primates. Este gen en particular habría sido duplicado inicialmente hace unos tres millones de años -generando una copia llamada SRGAP2B- y luego una segunda vez, para dar lugar al gen SRGAP2C, hace unos 2,4 millones de años. Una tercera duplicación habría ocurrido hace un millón de años y dio origen al gen SRGAP2D.

¿Por qué es tan relevante que este gen se haya duplicado? Particularmente el gen SRGAP2C, que habría aparecido en el linaje de los habilis y que está presente en el 100% de los humanos, produce una versión más corta de la proteína SRGAP2A. Esta versión interfiere con la función de la proteína ancestral, permite la migración más rápida de las neuronas y hace más lenta la velocidad de maduración sináptica, incrementando la densidad en el córtex cerebral. O sea, permite que las neuronas migren más rápido y formen más conexiones.

Se estima que cuando apareció el homo erectus -hace 1,9 millones de años- el volumen del cerebro había llegado a los 850 centímetros cúbicos, el doble del que tenía el homo habilis. Este aumento es equivalente a que cada generación posea 125.000 neuronas más que la anterior. ¿Por qué los otros primates no experimentaron el mismo crecimiento del cerebro? Una de las principales hipótesis es metabólica: un cerebro grande es tremendamente “gastador”. Una dieta basada en alimentos crudos, como la de los gorilas y otros primates, restringe las calorías a las que se puede acceder, con lo que impone una restricción metabólica para el aumento del tamaño cerebral. Durante la evolución, la aparición del gen SRGAP2C tuvo consecuencias importantes en el aumento de las capacidades cognitivas, lo que le habría permitido a nuestros ancestros empezar a usar estrategias avanzadas para obtener más calorías. Un cambio clave en este sentido fue la capacidad que desarrollamos para usar el fuego y comer alimentos cocidos, principalmente carne. En efecto, la carne aporta más proteínas y calorías por gramo que los vegetales. El problema es que el consumo de carne cruda era un peligro, debido a las enfermedades y la baja digestibilidad. Así, el uso del fuego permitió tener acceso a una comida más fácil de masticar, digerir y absorber, además de aportar más proteínas y calorías de una forma segura.

Como consecuencia, desarrollamos cerebros más grandes y disponíamos de tiempo para usarlo en actividades cognitivas y creativas. Un impulso enorme para la aparición del homo sapiens.

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