Por Sebastián Lehuedé Junio 19, 2014

Los avances del grupo extremista fundamentalista Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS), que promueve la búsqueda del poder para desatar la guerra santa o jihad, ha desatado una crisis mayor en el primero de estos países y obligado a Estados Unidos a revisar su rol en la zona. Pero el colectivo también ha llamado la atención por otro factor: cómo ha sabido sacarle provecho a las redes sociales, captando el interés de los usuarios y medios de Occidente. Los miembros de ISIS claramente se manejan en “el lenguaje de internet”, algo que queda claro al constatar el mix en las imágenes compartidas por los jihadistas : armas y gatos (las mascotas favoritas en toda red social). Una recopilación realizada por PolicyMic, además, muestra la naturalidad con que sus partidarios comparten su día a día, con fotos grupales de encapuchados armados y selfies de hombres con traje de camuflaje.

El impacto de las imágenes y tuits se ha visto amplificado por una inteligente y minuciosa estrategia en redes que parece tener a Occidente y sus medios de comunicación como su principal objetivo. El resultado: según la revista The Atlantic, ISIS ha logrado superar las 10.000 menciones de su hashtag por día, más que duplicando a su principal rival, Al-Nusra. Esta estrategia le ha permitido al grupo extremista hacer circular con efectividad imágenes como la de un jihadista mirando la bandera de ISIS sobre un edificio con la consigna “Estamos llegando, Bagdad”.

Además de una coordinación con activistas y simpatizantes, ha contribuido en su estrategia la aplicación The Dawn of Glad Tidings, que además de informar sobre los hechos relacionados con los jihadistas, publica automáticamente en la cuenta de Twitter del usuario, llegando a los cerca de 40.000 tuits diarios.

El campo de acción de los gobiernos en estos casos es estrecho. Según BBC, el gobierno iraquí optó por bloquear Twitter y Facebook luego de que la imagen de un hombre decapitado circulara por esas redes. Y es que, independiente del impacto que puedan tener las imágenes en el propio país, las redes sociales sirven como nexo directo del grupo con la comunidad internacional y los medios de comunicación.

El mundo ya había comprobado cómo en los países o regiones más polarizadas las redes sociales servían de amplificadores. Estrategias como las de ISIS demuestra que Twitter no sólo se ha transformado en un campo de batalla político -del que incluso grupos divergentes del capitalismo han aprendido a sacar provecho-, sino también en un frente de combate, a secas.

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