Por Marzo 13, 2014

Hay formas y formas de volver a casa. Unas mejores que otras. O unas más claras que otras. Eso es lo que, creo, insinúa el título de la entrevista que hizo Qué Pasa a Andrés Velasco en su edición pasada. Y es que en su afán de quedar en un punto intermedio entre el nuevo gobierno -con el que cada vez comparte menos ADN- y la centroderecha -donde hay sectores que manifiestan simpatía hacia sus posturas-, Velasco carga tintas contra ambos y no queda muy claro su “camino del medio”. Es ciertamente más agresivo contra la centroderecha -para la que apuesta a ser una elección de mal menor-, haciendo afirmaciones claramente alejadas de la verdad. Quiero hacerme cargo de dos de ellas.

Señala Velasco, en un intento por diferenciarse de Evópoli, que el programa de Evelyn Matthei no propuso ninguna reforma a la política. Por tanto, el apoyo que dio Evópoli a la candidatura revela que este movimiento no prioriza tampoco dichas reformas, las que serían esenciales en un ideario liberal. 

Pero se equivoca. El programa de Matthei contemplaba un conjunto muy importante de reformas políticas. Por supuesto que incluía en forma prominente una modificación del sistema binominal, pero también un significativo traspaso de atribuciones del gobierno central a regiones (incluida la institución de un presidente del Consejo Regional elegido en forma directa) y del Ejecutivo al Legislativo. Además, se proponía el voto de los chilenos en el extranjero sin restricciones, la posibilidad del voto adelantado, una mayor rendición de cuentas del Ministerio Público, del Poder Judicial y del Congreso, una descentralización tributaria, el reconocimiento de los pueblos indígenas en la Constitución, etc. Es decir, harto, y en la dirección de perfeccionar nuestra democracia, la participación ciudadana y las instituciones políticas.

La segunda afirmación equivocada de Velasco, en el ámbito económico, es que “no habría nadie en la derecha de acuerdo con introducir reformas legales que impongan  cárcel a quienes se coluden para subir los precios”. Falso.

La número 5 de las 30 medidas que se agregaron al programa de Matthei de cara a la segunda vuelta decía expresamente: “Penas de cárcel para quienes atenten contra la libre competencia”, propuesta que complementaba las reformas ya planteadas a la ley respectiva en el programa mismo. Es más, se proponía que el sistema judicial aplicara la misma severidad utilizada respecto de los delitos comunes a los delitos económicos. A esto se agregaba una proposición de autonomía para el Sernac, en el formato de una institución colegiada y con más atribuciones. O sea, había en el programa un genuino interés por mejorar las condiciones de competencia y transparencia en los mercados. ¿Son estas propuestas conservadoras? No me parece.

Quiero pensar que Velasco no leyó el programa de Matthei y por eso hace esas afirmaciones.  De cualquier forma, sería bueno que dejara de lado  las descalificaciones propias de la vieja política, que tanto critica, y que se sumara a un debate de ideas donde con argumentos podamos discutir sobre el futuro que soñamos. Muchos miramos con preocupación que su proyecto personal se interponga al genuino interés de que las ideas de libertad, meritocracia, diversidad e inclusión puedan permear todos los sectores políticos.

Relacionados