Por Roberto Vega, vicerrector académico U. Finis Terrae. Noviembre 28, 2013

El surgimiento de las universidades privadas en Chile, en los 80, se da en medio de una de las mayores revoluciones políticas, sociales, económicas y educacionales sufridas por el país en su historia. 

El tema de cómo nacen estas universidades ha sido suficientemente abordado, pero no desde la perspectiva que propone nuestro libro Rectores líderes: cuatro experiencias de fundadores de universidades privadas en Chile: el papel clave que juega el liderazgo del rector en el éxito del proyecto universitario. Sea que éste dibuje una presencia constante y altamente visible en el campus, o que gobierne en la trastienda “gestionando la cultura” del lugar (como diría el experto del MIT en cultura organizacional Edgar Schein), para bien o para mal, los rectores son actores claves en la vida de la universidad.

En este escenario, el libro  busca desentrañar las características particulares del liderazgo fundacional de Raúl Bertelsen (Universidad de Los Andes); Manuel Montt (Universidad Diego Portales); Pablo Baraona (Universidad Finis Terrae) y  Rubén Covarrubias (Universidad Mayor).

A través de entrevistas a los protagonistas y sus colaboradores más directos, la investigación demuestra que los rectores, con todas sus diferencias, lograron ejercer un liderazgo persuasivo: con carisma, férrea voluntad y bajo la inspiración motivadora de una visión desafiante.

Es difícil conciliar esta experiencia con la escasa épica y el alto gerencialismo de nuestros días. El relato de esos primeros años muestra la importancia de estas personalidades para el éxito de sus proyectos. En un ambiente adverso -aún vigente- los rectores buscaron actuar de manera inspiradora, ayudando a crear una visión compartida, intuyendo el futuro y mostrándoles a sus colaboradores cómo alcanzarlo. La visión de cada uno de los rectores permitió simplificar ciertas materias organizacionales complejas en unos cuantos puntos centrales, y entregar una guía para el desarrollo de estrategias, la toma de decisiones y la conducta al interior de la organización y de ésta con el ambiente. Los rectores dan cuenta de la presencia de un liderazgo transformador, con un amplio repertorio conductual que les permitió responder con eficiencia a las demandas de sus equipos y al contexto histórico en que se fundaron las instituciones.

De hecho, es posible sostener que el liderazgo transformador -característico en los rectores estudiados, quizás con la excepción de Manuel Montt- también permitió el despliegue de estilos de decisión diferentes como el directivo (rasgo distintivo de Rubén Covarrubias, de la  Universidad Mayor), negociador (más colegiado como Bertelsen, Universidad de los Andes), persuasivo (retórico,  comunicador y discursivo como Montt, Universidad Diego Portales) y delegativo (Baraona, Universidad Finis Terrae).

Con todo, las experiencias reunidas en el libro también muestran cuán condicionados se encuentran los rectores por los sesgos de su profesión, su experiencia laboral previa y su conocimiento de diferentes modelos universitarios. La historia de vida posibilita la gestión directiva y a la vez constituye la principal restricción a su rango de posibilidades. No puede ser de otro modo: el liderazgo es un arte, no una ciencia.

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