Por Arturo Arriagada Junio 23, 2011

Para el antropólogo inglés Daniel Miller, Facebook no es nada más ni nada menos que lo que las personas quieren que sea. En su último libro Tales from Facebook (Polity, 2011), analiza la relación que establecen doce usuarios con esta red social en la isla de Trinidad. Todo ello para dar cuenta de que las generalizaciones muchas veces nublan lo que Facebook significa para los individuos, pero sobre todo cómo esos significados constituyen en cualquier lugar del mundo un Facebook particular.

Miller da cuenta de la forma en que esta red social media tanto valores como la construcción de significados que se producen fuera del mundo online. Así aparece el caso de Marvin, un tipo de 30 años, quien culpa a Facebook de ser el causante de su divorcio. Para Miller este ejemplo no tiene que ver con una generalización sicológica respecto a qué tiende a hacer la gente en Facebook, pero sí con una particular expectativa de Marvin acerca de lo que su pareja no deja de hacer: espiar el perfil de cada mujer que tiene contacto con él en Facebook.

¿Qué otra particularidad de Trinidad se observa en Facebook? Según Miller, un interés por centralizar en la red social lo que se hace de manera desagregada en internet. Por ejemplo, Alana es una estudiante de enseñanza media cuya profesora sugiere al curso armar un blog para compartir contenido. Alana y sus compañeros le insistieron a su profesora que era mejor hacerlo en Facebook, ya que pueden, además de trabajar, conversar con sus amigos, enviar mensajes, compartir fotos y otros contenidos. Si bien este ejemplo parece sencillo, da cuenta de algo más complejo. El interés de estas personas por consolidar en Facebook las actividades que realizan en distintos sitios en internet. Miller también observó esta práctica en empresarios, quienes desde sus Blackberrys intentaban hacer lo mismo.

En Trinidad, Facebook es importante para reconstruir amistades perdidas, como también para revertir consecuencias propias de la vida moderna como la movilidad. Aquí radica su carácter conservador. Lo que parece nuevo en Facebook no es más que una capacidad intrínseca del ser humano de ser su propia red social.  "Lo más importante de Facebook no es su novedad, sino la manera en que parece ayudarnos a involucrarnos en redes sociales que creímos haber perdido", señala Miller.

La relevancia de Tales from Facebook está en la manera de abordar la comprensión de la relación entre las personas y las tecnologías. Facebook no existe desconectado de las relaciones offline de las personas, todo lo contrario, y tampoco de las diferencias culturales, por más que se intente apelar a la idea de lo "global" como algo uniforme. Su aproximación permite entender cómo las personas construyen y se apropian de Facebook a través de los usos y significados que le otorgan en sus contextos específicos. Como plantea Miller, "la ventaja de esta aproximación es que es posible refutar la generalización". De esta forma, lo interesante es indagar en las diferencias y semejanzas entre el Facebook de Santiago de Chile, y el de Trinidad, Nueva York o Marruecos.

Cuando se habla de tecnología es fácil moverse entre dos polos: el de las "cifras" o el de la "novedad". Lo que propone Miller es que no hay que olvidar a quienes les dan vida a esas tecnologías -los usuarios-, como tampoco sus diferencias culturales.

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