Por Qué Pasa Enero 19, 2018

Dos días tardó el presidente electo Sebastián Piñera en reaccionar públicamente a la primera declaración de Paul Romer, economista jefe del Banco Mundial. Como se sabe, el sábado 13 declaró que los cambios metodológicos al índice Doing Business afectaron especialmente a Chile en los últimos años, lo que podía tener razones políticas. La reacción explotó rápidamente, tanto en el gobierno como en los partidos de la Nueva Mayoría, en los que hubo voces que de inmediato vincularon la eventual manipulación del ranking con un supuesto favorecimiento a las opciones electorales de Piñera.

Por ello, para muchos causó sorpresa que el futuro mandatario se refiriera públicamente al tema recién el lunes. Lo cierto es que el sábado, al estallar la polémica, Piñera se encontraba en Cachagua celebrando el cumpleaños de su esposa, Cecilia Morel. Según su círculo cercano, entre sábado y domingo se le informó que Romer era una persona “volátil” que podía cambiar su versión, y que su opinión respondía a una pugna interna del Banco Mundial. Por ello, se coordinó que fuera su ex ministro de Hacienda Felipe Larraín quien reaccionara al tema. El presidente electo decidió hablar el lunes en la mañana, en la inauguración del Congreso Futuro. Lejos de entrar en la polémica, fue cauto: “Lo primero es saber la verdad antes de precipitarnos con acusaciones y conclusiones que a veces pueden ser muy prematuras”, dijo.

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