Por Qué Pasa Enero 26, 2018

El jueves de la semana pasada, cerca de las siete de la tarde, el ambiente estaba tenso en el tercer piso de la FECh. En la casona ubicada en la calle José Carrasco Tapia una asamblea de la federación, compuesta por la mesa directiva, los senadores universitarios y los centros de estudiantes, tenía que tomar una decisión.

Horas antes se había entregado un documento que proponía la suspensión del presidente  de la federación, el militante del Movimiento Autonomista Alfonso Mohor. ¿Las razones? Una comisión investigadora determinó que su actuar fue negligente frente a una denuncia de acoso laboral de una funcionaria del centro de estudiantes de Ingeniería contra otro funcionario, cuando Mohor lo presidió, en 2017. Era la primera vez que un presidente de la FECh corría el riesgo de ser suspendido de sus funciones.

Tuvieron que pasar dos horas para que se llegara a un acuerdo: el documento, finalmente, fue desestimado y la comisión fue declarada ilegítima. En cambio, se optó por esperar a marzo y crear una nueva comisión, integrada por miembros de la mesa y consejeros FECh, junto a la Secretaría de Sexualidades y Géneros de la universidad, quienes tendrán que volver a investigar lo sucedido en Ingeniería.

Relacionados