Por Qué Pasa Noviembre 3, 2017

Luis Gnecco interpretó a “El Cucaracha” en Narcos, la serie de Netflix. Aparecía en el desierto trabajando en un laboratorio de cocaína. El locutor en off decía que gracias a su detención “Pinochet impidió que Chile se transformara en uno de los principales países donde se procesaría la droga para ser exportada”.

Entre lo que ocurría con los narcos en los 60 y lo que existe hoy, hay un largo trecho. En el mismo mes bandas rivales se enfrentan a balazos en pasajes de La Legua. Antes, se revela que un alcalde PS de San Ramón mantiene empleados a narcotraficantes.

El punto de quiebre fueron los años 90. Belisario Velasco (DC) fue el primero del gabinete que asumió como subsecretario del Interior posdictadura. Días antes del 11 de marzo recibió archivadores de parte de los salientes. Dos de ellos, caratulados como “Seguridad” y “Narcotráfico”, estaban vacíos. Comenzó de cero. El DC Jorge Burgos, jefe de gabinete del ministro del Interior, recuerda que en esos días el narcotráfico no era tema. “En 1990 estábamos consumidos con el terrorismo. Desarticular al FPMR, al Movimiento Lautaro, nos consumía el tiempo. No recuerdo acciones violentas contra narcos en la época”. El asesinato al senador Jaime Guzmán y el secuestro a Cristián Edwards. La droga no era prioridad.

La purga fue en Investigaciones. Asumió en 1990 como director de la Policía el ex general de Ejército Horacio Toro. Encontró una institución desmoralizada. Más de 200 efectivos fueron dados de baja por sus conexiones con la droga durante la dirección de Toro. Fue la primera gran señal de que el narco había entrado para quedarse.

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