El embajador de China en Chile, Li Baorong, prepara su partida del país. La Cancillería ofrecería hoy jueves un almuerzo en su honor. Luego del término de su misión, el embajador ahora se trasladaría a Caracas  para ejercer como embajador de Venezuela, algo que es visto como un ascenso, considerando el desafío que representa el gobierno de Nicolás Maduro para la diplomacia. Según conocedores del asunto, el puesto requiere serenidad y mano firme.

Llegará como embajador al primer destino que tuvo en América Latina. En Venezuela se desempeñó como attaché (o agregado especial) entre 1989 y 1991. Después vivió en Uruguay, donde conoció los conflictos sociales (como la larga huelga de la construcción) durante el gobierno de Lacalle.

Tras 10 años en la Dirección de América Latina en Beijing, se le envió como ministro consejero a Cuba.

Con esta experiencia, siempre con sus habilidades comunicativas,, fue fundamental en la redacción del Primer Documento de la Política de China hacia América Latina y el Caribe (2008).

Años más tarde se convirtió en embajador en Chile, con Michelle Bachelet (2014). Según cercanos, ha cumplido sus metas: generar una relación estratégica entre Chile y China, traer al presidente Xi Jinping en visita oficial al país (y llevar a Bachelet a esa nación), lograr que bancos chinos se instalen en Chile, y traer inversiones en sectores como energía y telecomunicaciones.