Por Qué Pasa Octubre 6, 2017

Estos podrían haber sido los días más agitados del año de Rodrigo Valdés si hubiese permanecido a la cabeza del Ministerio de Hacienda. Justamente, cuando se cumplía un mes de su salida del cargo, el equipo que lideró desde mayo de 2015 (hasta fines de agosto de este año) ingresaba el proyecto de Ley de Presupuesto 2018, su trámite oficial.

Al contrario de lo que su agenda como ministro contemplaba para septiembre, Valdés, a diez días de haber salido de La Moneda, tomó sus maletas y partió con su esposa, Ilana Meller, a Europa para disfrutar de dos semanas de vacaciones. Según sus cercanos, esos días los utilizó para descansar y desconectarse de la contingencia nacional.

Ya de regreso, definió que empezaría a mirar ofertas laborales que están sobre la mesa. Entre ellas, realizar consultorías internacionales, escribir papers y hacer clases en universidades. De hecho, se instaló el rumor de que podría llegar a la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile. Sin embargo, consultado por Qué Pasa, el decano de la facultad, Manuel Agosin, descartó esta posibilidad.

Valdés continúa con sus actividades regulares, como salir a correr a diario a las 6:30 am con el consejero del Banco Central, Pablo García, y con el ex presidente de la misma entidad, José de Gregorio. “Sigue levantándose temprano a trotar aunque no tenga que ir a La Moneda porque sus amigos sí siguen con su rutina habitual”, comenta un cercano, que ha compartido con el ex ministro tras su renuncia y que confiesa que lo ha visto “muy descansado y animado”.

También es habitual verlo en el café Starbucks de Luis Pasteur, en Vitacura, junto al ex ministro de Energía Máximo Pacheco, con quien desarrolló una fuerte relación de amistad.

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