Por Qué Pasa Octubre 20, 2017

Los rumores de la incomodidad de ciertos miembros del equipo de Avanza Chile y del grupo de comunicaciones de la campaña de Sebastián Piñera con Gonzalo Cordero circulaban desde la semana pasada.

La molestia de quienes forman parte del equipo original se concentró en el perfil público con que el abogado llegó al comando. Ello fue refrendado por varias notas de prensa que así lo destacaban. Pero también en que, según afirma una alta fuente del equipo piñerista, el trabajo comunicacional se realizaba en forma conjunta, con poderes repartidos, entre los cuales se generaba una estrategia única y no bajo el mando de “un” jefe. Además, se sostiene que el grupo “le dio todos los espacios, pero él no dio el ancho”. “Él llegó con una idea de algo más senior, pero en el comando todos usamos overall”, plantean. Incomodidad generó, además, que se fuera de vacaciones a Europa a dos semanas de instalarse en Apoquindo 3000.

Pero un capítulo no contado es el de la molestia que los ribetes públicos de la llegada de Cordero habría despertado en la periodista Fernanda Otero, histórica asesora de Piñera. Hasta que el analista entró a integrar el equipo de campaña, ambos competían en el rubro de las agencias de comunicaciones: mientras el abogado fue socio de Azerta, ella es dueña de B2O, que tiene importantes clientes como Falabella, Latam  y Entel, según figura en su web.

Así, Andrés Chadwick optó —afirma un alto miembro del comando— por “cortar un ruido que podía agrandarse” y en línea con algo que en el equipo “es sagrado, y es que el jefe es Piñera, el coordinador es Chadwick, y el resto debe destacar por su aporte, no por lucimiento personal”.

Tras la publicación de La Tercera del miércoles, desde la campaña precisaron que Cordero sigue en el comando con un “aporte válido y útil, directo con el Presidente”. Afirmaron que de lo que se trató fue de un ajuste de funciones, en el que se le destinará a temas “más de ideas y menos operativos”. Y defendieron al abogado al asegurar que no ha planteado la ambición por un cargo específico, si es que Piñera llega a La Moneda.

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