Para muchos partidos políticos pasó a ser un dolor de cabeza cumplir con la cuota de género, que, según la nueva ley electoral, exigía un mínimo del 40% de mujeres en cada lista parlamentaria (a diputados o senadores). Esto no fue fácil de lograr. Como muestra está lo que ocurrió con la Democracia Cristiana en Arica, donde este partido terminó apoyando al ex ministro (PS) José Miguel Insulza al Parlamento, en desmedro de su propia candidata local, Trinidad Parra.

Sin embargo, según datos recopilados por el académico de la Universidad de Talca Mauricio Morales, la realidad es más favorable para el universo electoral femenino. De acuerdo a los datos de las elecciones de diputados desde 1989 a 2013, ellas tienen un desempeño electoral similar al de los hombres, en promedio. En 2013, por ejemplo, tanto hombres como mujeres bordearon una media del 13% de votación. Si se lleva esta cifra a votos, los hombres obtienen en promedio 13 mil votos, mientras las mujeres alcanzan 13 mil 900.

“Los partidos, por lo tanto, tienen una doble motivación para presentar mujeres en distritos competitivos: que ellas rinden igual que los hombres e, incluso, marginalmente mejor cuando se contabiliza el número de votos y que si se consideran los incentivos de la nueva legislación, cada partido recibirá UF500 extra por cada mujer electa en noviembre”, concluye el académico.