Por Qué pasa Agosto 31, 2017

Existía una  piedra en el zapato de Michelle Bachelet. Esta data de cuando cayó en cuenta de que, desde el Ministerio de Hacienda, habían filtrado a la prensa el informe de productividad que alimentó negativament el proyecto de reforma a las AFP (la semana pasada). Esto, en momentos en que ni siquiera la mandataria tenía conocimiento de su contenido. Además, La Moneda  había solicitado expresamente a Hacienda y a las demás reparticiones insumos o informaciones relativas a la reforma de las AFP.

“A la Presidenta le escondieron la pelota en Hacienda, como se dice en el fútbol”, relatan en La Moneda. Ello habría provocado que Bachelet apareciese desinformada en un programa de radio del 17 de agosto (Universo), desconociendo el contenido de este informe que arrojaba malísimas perspectivas para la empleabilidad de los chilenos de incrementarse en un 5% las cotizaciones a costa del empleador, como promueve el proyecto oficialista.

El caso del bombástico rechazo del consejo de ministros al proyecto portuario minero  Dominga el 25 de agosto, entonces, no fue lo que alejó a Bachelet de su ministro de Hacienda. Tampoco fueron las consecuencias de aquellas declaraciones del lunes en que Valdés criticó a los ministros que rechazaron el megaplan del inversionista Andes Iron. Las confianzas ya estaban fracturadas.

Cuando Michelle Bachelet apareció con el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, dándole un espaldarazo público el martes 29, la lejanía con su jefe económico ya era mayor.

A diferencia de lo que muchos(as) piensan, las opiniones sobre Dominga no fueron la clave. El quiebre había comenzado antes.

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